Se presenta en Lima «Apuyaya», documental sobre la Semana Santa en Ayacucho

Un segundo estreno que tendremos en el marco del Festival Lima Independiente 2012, será el documental ayacuchano Apuyaya, dirigido por Juan Camborda Cruz.

La película sigue toda la fiesta que se vive en Huamanga durante los días de celebración de Semana Santa, un evento muy especial e importante para los ayacuchanos, y que con los años se ha ganado también la atención de visitantes de otras partes del Perú.

La transformación de la ciudad, el efecto que tiene esta fiesta en Ayacucho, su gente, y en la actividad social, cultural y comercial de la zona, es lo que nos muestra Apuyaya. Vean el tráiler a continuación:

Apuyaya (2012), una producción de Waqrapuku Films, es el tercer largometraje de Juan Camborda. Se presentará el sábado 16 de junio a las 5:00 p.m. en el Auditorio Robles Godoy, en el Museo de la Nación; y el jueves 21 de junio a las 5:15 p.m. en el Auditorio CIELO, en Los Olivos.

Juan Camborda nació en Ayacucho hace 34 años. Estudió biología en la Universidad de Huamanga, carrera que dejó para dedicarse al audiovisual. «Empecé en este mundo hace 10 años exactamente, editando pequeños videos con fragmentos de películas clásicas. Quien me dió la oportunidad de dedicarme a esta actividad como profesión fue mi gran amigo Juan Carlos Cárdenas. Él me propuso editar un documental para la Comisión de la Verdad (‘Sasachacuy Tiempo’), y fue en ese momento que empecé a dedicarme a esto completamente», nos cuenta el realizador huamanguino.

Juan, ¿cuándo se realizó el documental «Apuyaya»?
El documental se realizo este año, en las celebraciones por Semana Santa. El proyecto se origina a partir de algunos puntos de vista personales, que compartíamos con Roberto Lozano (encargado de la fotografía en esta película), que se fueron acumulando sobre todo en los últimos años, al ver los cambios que sufría la celebración.

¿Desde cuándo venías trabajando la idea para esta película?
Quisimos grabar el proyecto el 2009, pero por cuestiones técnicas y sobre todo presupuestarias, el proyecto se fue postergando. Este año decidimos realizar el documental de una vez. Dos personas, con equipo básico, sin presupuesto, pero con las ideas claras sobre lo que teníamos que decir.

¿En cuánto tiempo y en qué locaciones se grabó?
El documental se grabó durante los diez días que dura la Semana Santa en Ayacucho, que inicia el Viernes de Dolores y culmina en la Pascua de Resurrección, el domingo siguiente. Durante los diez días estuvimos detrás de las imágenes, registrando todo lo que podíamos. Así que la única locación es la fiesta en sí, por todos los lugares donde esta se celebra.

¿Cuanto tiempo les tomó terminar la película luego del rodaje?
Terminado el rodaje nos pusimos a editar el trabajo durante algo más de un mes. No fue un trabajo continuo, desafortunadamente, ya que debíamos dedicarnos a nuestras actividades habituales, porque como dije, el proyecto no contaba con presupuesto. Nos amanecimos varias veces para terminar la edición, que en su primer corte duró 2 horas y media, desechando muchas veces imágenes preciosas, pero que no aportaban mucho al documental.

¿Qué intenciones tenías al realizar esta película? ¿Mostrar directamente la celebración costumbrista de la Semana Santa, o había también un intención de denuncia de algún tipo?
La intención desde el principio fue mostrar «la otra cara» de la Semana Santa, no dejando de lado el costumbrista y tradicional, al contrario, dando apertura a lo que sucede alrededor de esta fiesta.
En sí, la sociedad ayacuchana tiene algunos vicios que arrastra desde la época colonial, y que se manifiestan en Semana Santa. Eso por un lado, el otro es el «despertar» económico de la ciudad, porque termina la fiesta y Ayacucho vuelve a ser la ciudad serena que es el resto del año.

¿Cómo sientes que esta nueva película se relaciona con tu obra previa?
Para mi sería difícil buscar alguna relación, personalmente tengo muchos puntos de vista sobre Ayacucho y el tiempo que me tocó vivir. No soy «el típico huamanguino», que defiende a capa y espada la ciudad y todos sus vicios.

Mi familia no es de Ayacucho, a parte que me tocó crecer en una época muy violenta, donde casi no se salía a la calle por las noches, por lo que desconozco muchas de las costumbres y modos de ser de los huamanguinos -porque hay diferencia entre ser nacido en Ayacucho y «ser huamanguino». Ya cuando llegó la pacificación es que recién empecé a relacionarme con la gente, y a conocer los modos de vida en la ciudad. Esa particularidad es la que me brinda un punto de vista distinto sobre la ciudad y sus costumbres. Quizás esa pueda ser la relación con mis películas previas.

¿De dónde proviene el título de tu película?
Etimológicamente, apuyaya viene de dos palabras: «apu» que significado Señor importante o Dios, y «yaya» que significa anciano. Otro significado para apuyaya, más religioso, es «Señor de las alturas» o «Señor de los cielos».
La frase completa, «Apuyaya Jesucristo», proviene del ccarahui que se entona en casi todas las procesiones de Semana Santa. Ahí, la palabra apuyaya es una expresión de dolor dirigida hacia Dios, que en Ayacucho y en casi todas la sierra, tiene mucho significado.
[Escuchen el canto completo aquí, cantada por el Coro de la Basílica de la Catedral de Huamanga]

¿Con qué equipo trabajaste en esta película?
El equipo fue mínimo: una cámara Canon Digital-SLR 60D, un equipo de audio básico conectado directamente a la cámara. Todo el registro está en HD, gracias a la pequeña cámara nos dio una gran soltura en espacios pequeños, y también en las noches, por la gran sensibilidad que tienen.

Filmografía: Los trabajos de Juan Camborda incluyen su participación como editor del documental «Sasachacuy Tiempo» (Tiempos difíciles), por encargo de la Comisión de la Verdad. Luego dirigió cuatro cortometrajes: No amanece tan pronto (2005), «El vidente» (2006), «El aprendiz» (2007) y «Abel» (2012); y dos largometrajes de ficción: Frágil (2008) y Secuelas del terror (2010).

Yapa: Vean más imágenes de «Apuyaya».