Festival de Lima 2012: «Una separación», el extraño y natural cine iraní

Nader y Simin, Una separacion

Primero, creo que esto va a ser más de 500 palabras. Segundo, que me perdonen Abbas Kiarostami (el padre del moderno cine iraní) y Jafar Panahi (su alumno más aplicado y rebelde) pero lo hecho por Asghar Farhadi, aquí, me parece más que una continuación del cine arte iraní, una renovación estética con grandes posibilidades en lo narrativo. Digámoslo con todas sus letras: «Una separación” es una obra maestra.

Nader y Simin, Una separacion

Cada vez que tengo oportunidad no dejo de decirme: pero qué producto tan extraño y natural parece el cine iraní. Y pensar que todo empezó hace mucho tiempo, por 1900, filmando zoológicos, procesiones y fiestas de la corte antes de volverse hacia lo cómico y liberarse (en el sentido artístico) y ser lo que es hoy: un cine diferente. Pero recién desde 1960 y a eso le llaman Cine Motafavet. Una manera de hacer cine al gusto de Truffaut, Godard, Rivette, Röhmer y Chabrol; es decir, una especie de nueva ola iraní. Y también le hubieran subido el pulgar Rosellini, Visconti y De Sica, pues la ciudad de Teherán y alrededores se convertiría en una Cinecittà todavía habitada por neorrealistas iraníes absolutamente reales. Un cine de arte y con espacio para las ideas, “un cine que impone un estilo realista y reflexivo”.

¿Pero qué cuenta el cine iraní último?

  • El viaje interior de un hombre de mediana edad que ha decidido suicidarse y busca alguien que le prometa enterrarlo.
  • En una provincia al sur de Irán, un niño es testigo de la muerte de sus padres durante la guerra Irán-Irak, y huye hacia el norte oculto en un camión.
  • Mientras los refugiados en un campo iraquí buscan de enterarse de un inminente bombardeo del Tío Sam a Irak, los niños se dedican a recolectar y vender minas antipersonal.
  • Tres mujeres en libertad condicional buscan no tener que regresar a prisión, mientras que otra lamenta, en plena sala de partos, que pueda concebir a una niña y no a un varón y estos destinos se cruzan en una sola noche.
  • Una pareja de esposos quiere divorciarse porque ella no quiere seguir viviendo en Irán, mientras que él no quiere marcharse porque tiene a su anciano padre con Alzheimer.
  • Todas las anteriores pero también mucho más.

He sentido una extraña satisfacción que sólo puedo asociarla, cómo llamarlo, al masoquismo del espectador: mientras las cosas empeoran en las vidas de los protagonistas la película va mejorando enormemente y sin respiros.

En “Una separación” nada parece separarse. Por el contrario, posee una estructura narrativa que tiende a la acumulación de situaciones, a la cohesión e interdependencia entre ellas (y sin confundir a nadie). ¿Podría decirse que el leitmotiv, el divorcio de la pareja, es la punta de ese iceberg que nos mostró Hemingway? Sí.

Y que además ese iceberg flota gracias a las muñecas rusas que van abriéndose en el interior de la historia. Y este abrirse de la trama resulta tan necesario, inesperado y natural a una misma vez que es imposible pestañar, o voltear a mirar al vecino o hacerse a un lado para que nos pase por encima esa avalancha pues estamos creciendo con ese inmenso y tenso mural donde el foco de atención (más escritores: Henry James le llamaría “punto de vista”) muda, elige a otros (incluso a quienes estamos a oscuras, viéndolo). Pero no para extraviarse sino, a manera de posta, continuar explotando el drama. Y la trama.

Nader y Simin, Una separacion

¿Pero de qué iceberg y matrioshkas estoy hablando si esto ocurre en Irán? Ya verán que una cosa lleva a otra, de tal manera que no se puede hilvanar nada aquí sin aguarles la fiesta a los futuros espectadores. Sólo decirles que Nader (él) y Simin (ella), clasemedieros iraníes, con sus incompatibilidades (que son las nuestras), y la cuidadora del anciano (con sus penurias y su marido y sus deudas) son el pretexto para enfrentarnos, con una absoluta normalidad, a las grandes diferencias de género existentes en Irán, al fundamentalismo religioso, al conflicto entre lo ético y lo moral (o lo amoral), a un sistema donde lo absurdo (visto desde occidente) reina sin oposición. Repito: ¡pero qué producto tan extraño y natural parece el cine iraní!

Nader y Simin tienen una hija adolescente que padece el drama de esta posible separación, apurándose a madurar mientras es educada por y con el conflicto que atraviesa su familia. Tiene que elegir entre ambos, decidir a cada momento, hacerse adulta, convertirse en una especie de bisagra que lucha para que esa puerta no se cierre.

¿Panahi o Kiarostami en Farhadi? Yo diría que ambos aunque más Panahi, con El círculo, que Kiarostami con “El sabor de las cerezas”, por nombrar dos películas también premiadas en el extranjero.

El talento narrativo de Ashgar Farhadi consigue que texto-imagen-historia discurran armoniosamente como una unidad. Prefiere que la angustia se apodere del encuadre y así nos somete a los distintos puntos de vista, con una dinámica tal que lo cotidiano parece renovarse mientras sucede. ¿Fotografía? Acá está hecho más a imagen y semejanza de Kieslowski (digo yo, los planos subiditos, como decimos) auque menos lúgubre.

Y sobre el final, el de esta ¿reseña? y no el de la película, señalar que Panahi sigue encerrado en Irán desde el 2009, cumpliendo un arresto domiciliario de 6 años y prohibido de filmar por otros 20 por oponerse a las elecciones de su país (¡pero qué producto tan extraño y natural parece el cine iraní!) y pedirles, recomendarles que vean lo que filmó con un iPhone desde la clandestinidad: su encierro, en “This is not a Film” [descargar vía torrent].

Y no olvidar que en los últimos 25 años el cine iraní ha obtenido alrededor de 300 premios en prestigiosos festivales internacionales como Venecia, Cannes, Berlín, Chicago, Toronto, San Sebastián y Montreal, incluido el Oscar a Asghar Farhadi este año por “Una separación”.


4 respuestas

  1. […] iraní ya había recibido el mismo premio en 2012 por una película estilísticamente similar: “Una Separación”. Este respaldo podría explicarse por solidaridad de la Academia con los afectados por las amenazas […]

  2. […] a la política anti musulmana de Trump. Recordemos que Farhadi ya ganó el Oscar por la estupenda A Separation y en Cannes recibió el premio al mejor guion por “The […]

  3. […] y Critics Choice Awards. El director Asghar Farhadi ya obtuvo el Oscar por su estupenda cinta Una separación, así que sabemos que la Academia gusta de sus notables guiones estructurados a partir de dilemas […]

  4. […] sostener con dignidad un hogar de tres hijos y un anciano con Alzheimer (ya van dos en el Festival, La separación) trabajando de costurera sin beneficios en una fábrica de Montevideo. La realidad de la historia […]

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