Dicen que este año era el fin de todo. Que no íbamos a sobrevivir. Que estábamos condenados a acabar envueltos en la miseria y la oscuridad, y nos iba a caer toda la maldición del mundo. En el fondo no fue tan malo. En verdad, hasta tuvo cosas buenas. Entre todas esas cosas positivas están las películas que vimos. Las que nos emocionaron. Las que nos dejaron marcando ocupado. Las que sentimos cercanas, entrañables, las que nos emocionaron, más o menos. Que nos hacen esperar el 2013 con optimismo e ilusión.
Aquí un repaso personal de aquellos estrenos fílmicos en la cartelera comercial peruana que más me llamaron la atención, en estricto orden de preferencia:
Skyfall. Nadie lo hubiese esperado. Yo no, al menos, viniendo de Sam Mendes, quien siempre me ha parecido sobrevalorado. Cosa rara, con una historia por encargo para una franquicia fílmica compone su mejor película y una de las mejores entregas de la gran saga del agente secreto James Bond. Daniel Craig, quizás el menos cool, pero al mismo tiempo el más humano y sentido de todos los intérpretes, se complementa con la magistral Judi Dench, la jefa M de los servicios secretos al servicio de Su Majestad, y con un estrafalario y brutal villano caracterizado por Javier Bardem. La búsqueda de la verdad, la paternidad, las heridas, la lucha por la supervivencia, el desarraigo, todo ello son elementos nuevos en la filmografía de Bond y resumen al fin y al cabo un retrato profundamente humano y conmovedor, salpicado de trepidantes secuencias de acción, suspenso y efectos especiales. Este es un 007 en clave desencantada y sombría, a tono con los tiempos que corren.
The Descendants. Alexander Payne nos cuenta un drama de perdón, redención y reconciliación, en clave menor, un drama sobre la familia, sobre los quiebres y requiebres de las relaciones humanas. Para este propósito se vale de George Clooney, quien se hace uno de aquellos increíbles papeles de hombre maduro, carismático y al mismo tiempo vulnerable. La vida es inmensamente dura, las acciones de las personas son a veces impensables, pero el mundo sigue girando y, a veces (me corrijo, no a veces, siempre) el dolor debe cicatrizar y el hombre debe seguir caminando, redimido. Entrañable.
The Ides of March. George Clooney, otra vez, dupleteando en esta cinta sobre el poder y la política: como director (luego de la notable Good Night, and Good Luck.) y como intérprete de un prometedor candidato presidencial que intenta alcanzar la meta en medio de un escenario podrido donde difícilmente sales ileso de la contaminación. El gran Ryan Gosling, actor de primera, le hace contraparte y se muestra intenso, sólido, insuperable. Intriga, máscaras y los vericuetos más siniestros del juego de tronos cotidiano. Recomendable.
La piel que habito. Este es un filme bizarro de esplendor superlativo. Personajes dotados del sentimiento y la afectación propias del cine de su director, Pedro Almodóvar, quienes entran en un torbellino de torbellino de caos, pretenciosidad, pastiche, melodrama y ciencia ficción, donde la locura y el disparate son reales (y pueden tocarte las fibras más íntimas). El amor y la carcajada se encuentran con el horror y la huachafería y fielmente, en vez de repelerse (como sería lógico) se atrae. Proyectos tan audaces y zafados como este, en manos de tipos como Almodóvar, siempre serán una lección de cine.
La invención de Hugo Cabret. ‘Marty’ Scorsese se sale de su filmografía usual y nos invita a perseguir el mundo de la fantasía. Hugo, un niño huérfano, vive una aventura increíble cuando trata de reparar a un robot malogrado y conoce a una niña que tiene una llave que puede ser la clave del misterio de la cinta. Pero aquí se descubre la magia, sobre los sueños y, también, cómo no, sobre el cine, sobre sus orígenes, la suprema gran ilusión. Nada es gratuito, todo está plagado de metáforas, frases, moralejas. Una historia que trasciende la mera intención de dirigirla hacia niños. Hugo es como la vida misma.
The Tree of Life. Terence Malick decide contarnos la historia de nuestra existencia desde los postulados más disímiles, mezclando biología, ciencias naturales, filosofía y, claro está, un deleite místico de reflexiones, frases, puntos de vista que lo acercan con el discurso y con la letanía, pero también con el reencuentro del hijo pródigo con la fe, del converso que ha visto la luz, con el ser humano que ha buscado respuestas toda la vida y al fin las ha encontrado. Esta película conmueve y emociona, al mismo tiempo que genera sentimientos encontrados. En este esfuerzo brutal por hacernos creer lo que él cree, el cineasta-predicador compone sin remilgos una propuesta estética extraordinaria, un triunfo de la cinematografía sin adjetivos.
The Dark Knight Rises. Hablar del Batman de Christopher Nolan significa hacer un análisis multidisciplinario, que no solo se centra en el aspecto visual. Batman es, si cabe el término, un símbolo. De nuestros temores y miedos, de nuestra sociedad, de nuestra frivolidad. En TDKR confluyen los elementos más depurados de un estilo visual, pero al mismo tiempo de una filosofía de trabajo. En verdad, TDKR es la historia de Ciudad Gótica y, a través de ella, de toda una mitología. Los personajes que se arman terminan no solo siendo utilitarios, sino vitales para armar una película cerebral, coral y omnisciente, con una coda, desbocada, epifánica, ineluctable, en la cual el héroe se permite un gesto adicional y supremo de grandeza. Nolan ha logrado un hito, un cierre digno para una de las más alucinantes trilogías de la historia del cine. Un clásico contemporáneo, sin duda.
Argo. No es para mí una novedad el talento manifiesto de Ben Affleck para la realización. Ya lo habíamos visto en Gone Baby Gone y, sobre todo, en The Town (una de las mejores cintas del 2010). Con esta película se consagra para las ligas mayores, una historia que mezcla la historia, el suspenso, la intriga y el policial. Humor negro a raudales y lo mejor de la tradición hollywoodense, es también el relato de una farsa y el testimonio de un sistema que usa al cine para un operativo de rescate político. Maravilloso guion y gran montaje. Ejercicio de nostalgia y fibra a raudales de Ben.
Shame. A través del retrato de un hombre de voraz apetito sexual, esta película plantea una denuncia de un modo de vida, así como un breve ensayo sobre la moral y el remordimiento (en tanto observación distante, casi clínica, mas no juicio de valor). La obra de Steve McQueen es implacable, dura. Follar es también morirse interiormente. Extraordinaria actuación de Michael Fassbender, en contraposición con la espectacular Carey Mulligan, la manzana de la discordia, el imán de la culpa. La moralidad se diluye, el abismo de la vergüenza se cruza. No hay justificación, solo acciones. No hay redención, solo el final ineluctable, casi sinfónico de la destrucción de una persona. Desgarradora.
Drive. Lo pensé, en principio. Quizás Drive no sea perfecta (¿quién lo es?), pero es enternecedora. Es violenta, pero también tiene nostalgia. Es estética pero busca también ser estilizada, tener actitud, ser cool. Tiene a Ryan Gosling, el mejor actor de su generación en uno de sus mejores roles de la vida, con la actitud tan fresca de Steven McQueen y el carisma del Clint Eastwood de los policiales setenteros. Una banda sonora extraordinaria, una gran edición y, sobre todo, una historia que conecta. Que te deja triste, que te sobrecoge, que tiene a Carey Mulligan, otra vez, ahí perdida e indefensa y muy en el fondo tú también crees que puedes ser Gosling en ese momento, que puedes ser un héroe real y puedes hacer la obra buena, salvar a la chica del cuento, matar a balazos a los malos y entrar en la gloria, aún a pesar de tu propio martirio. Un cuento de hadas siniestro, sucio y muy posmoderno, al fin y al cabo.
Fuera del top ten, y en menor medida, también me gustaron:
- Io sono el amore: Tilda Swinton demostrando porqué es una de las mejores actrices del mundo.
- Frankenweenie: El retorno con fuerza del mejor Tim Burton, mucho gusto.
- ¿Sabes quién viene?: Roman Polanski, un espacio y cuatro actores pasándola muy bien.
- Margin Call: una sólida película de intriga política.
- The Hobbit: un espectáculo fílmico, descomunal y épico.
- Habemus Papam: Nanni Moretti goes to Vatican.
- Moonrise Kingdom: Wes Anderson jugando una vez con sus personajes excéntricos, le salió bien pero ya empieza a agotar la fórmula.
- Chronicle: found footage, nerds y súper poderes, un combo que no puedes evitar.
- Moneyball: Brad Pitt componiendo un sentido retrato ambientado en el mundo de los deportes.
- Ted: no volveremos a ver a los ositos de peluche del mismo modo luego de ver esta película tan divertidamente incorrecta.
Deja una respuesta