El cineasta Daniel Núñez -que en su rol de actor interpretó al pretendiente de Magaly Solier en La teta asustada– ha dirigido y estrenado tres largometrajes: Madre (2009), El vástago y su promesa (2010) y El hijo pródigo (2011). Esta última cinta se presenta hoy viernes a la 1:00 pm en La ventana indiscreta de la Universidad de Lima y a las 7:30 pm en el Centro Cultural del CAFAE-SE (Av. Arequipa # 2985, San Isidro), con la presencia del director.
Como parte de la investigación que están realizando para la Universidad de Lima sobre el cine que se hace en el interior del país, Emilio Bustamante y Jaime Luna Victoria conversaron con este activo realizador wanka en su ciudad natal.
¿Cómo te iniciaste en el cine?
Cuando salí del colegio aposté por estudiar actuación. Llevé talleres en Lima, pero estudiar toda una carrera para mí era muy difícil por los gastos que se hacen allá. Después me vine aquí a Huancayo y empecé a capacitarme en teatro. Conocí a varios amigos que estaban vinculados a la actuación y el cine.
¿Desde el principio tenías interés en el cine o solo en el teatro?
Desde muy pequeño a mí me encantaba lo que es actuación. En el colegio era bastante atrevido, no me perdía ninguna festividad dentro de la escuela. Mis padres querían que yo fuera zapatero así que intenté hacer una empresa de zapatería. Los años iban pasando y no me sentía cómodo con lo que estaba haciendo. Entonces dije “voy a apostar, voy a hacer lo que me gusta”. Por ahí veo un casting aquí en Huancayo. Decían: oye, va a haber una película. Interesadísimo, agarré mis cosas, y a las tres de la tarde estaba yo primero en ese casting convocado por Johnny Chávez. La película era «Así eres tú», más conocida por su nombre en quechua, “Cuyaymi”. Allí conocí a Jacky Riveros, a Rick Barzola… La película era en VHS, nuestra primera experiencia, “qué alucinante, que chévere”, decíamos, vernos en la pantalla era una emoción intensa. Eso fue entre el 2003 y el 2004.
Después conocimos a Martín Landeo que iba a hacer Flor de retama. Nos convoca y yo dije “esta es mi oportunidad, yo voy a estar en esa película”. Fue un caos porque el vestuario teníamos que comprarlo nosotros mismos. Landeo me dijo “Daniel, usted va a ser extra, de terruco”. “Ya chévere”, dije, “yo la hago linda”. Creo que de ese punto empezó ya mi carrera.
¿Ahí conociste a otros futuros cineastas?
Conocí a Nilo Inga, de Huachac. Conocí al maestro Reynaldo Arenas, que me enseñó un montón de lo que es la actuación; a Gerardo Zamora, Sandra Vergara. Acabó esa película, y con Johnny Chávez juntamos un elenco y dijimos “hagamos una película”. Estábamos con toda la fiebre; pero lamentablemente no salió. Entonces, por su propia iniciativa, Nilo Inga se va a grabar Sangre y tradición. “¿Quién me va a apoyar?”, dijo “Ya, yo” dije. Y nos fuimos a Huachac. Grabábamos. Eso era la muerte. Yo tenía un papel de antagónico. Pero la familia fastidiaba: “Oye, ¿qué estás haciendo?”
Dedicarte a la actuación no era una alternativa a ser zapatero para ellos.
No. Recuerdo que cuando estaba haciendo “Sangre y tradición” Nilo me decía: “Daniel, tienes que viajar a las nueve de la mañana para que grabes tus escenas”. Y yo decía: “No voy a poder porque tengo chamba hasta las tres de la tarde”. “Si no estás, tu personaje lo va a hacer otro”, decía Nilo. “¡No!” Y me amanecía haciendo mis zapatos hasta terminar. Agarraba mis 30 solcitos, mi pasaje, y a la locación. Yo mismo me pagaba por lo que quería hacer. En el 2005-2006, nuevamente Nilo Inga hace la película El Tunche, en la selva. Igual. “Ya, ¿quiénes van?”, decía Nilo “Yo”. “Ya, junten su pasaje, vamos a la selva a grabar la película”. Y la familia ahí te chancaba. Un mes estuvimos en la selva.
Saliste de vacaciones de la zapatería.
Salí de vacaciones. Acabó la película, bonito todo, y llego a la casa: “Mamá, fui a actuar”. “¿Te han pagado o no te han pagado?”, me pregunta. “Si me han pagado”. “Mentira. ¿Hasta cuándo vas a entender? Ya, vamos a vender los animales, postula a la policía”, decía ella. Pero no me gustaba la vida militar. Es que había una pasión. Decía: “yo tengo que vivir de esto, me encanta”… Cuando veo un reportaje a Magaly Solier. Dije “wow…”. Yo me había enamorado, ¿no?
¿Te habías enamorado del cine o de ella?
Me enamoré de la pasión que ella tenía, y había llegado lejos, ¿no? De un momento a otro. Yo decía “pero por qué no me llaman a mí, estoy aquí en Huancayo, vengan a buscarme…” Estoy viendo el reportaje, y le digo a mi hermano: “vas a ver que yo voy a llegar a actuar con ella. Aunque no me creas, ya vas a ver”. Pasaron dos meses. Voy a la función de “El Tunche” en Lima, en el CAFAE. Y al final se me acercan unas personas: “somos de la productora de Claudia Llosa, queremos hacerte un casting”. Era para “La teta asustada”. Fui y sudaba con los nervios y el calor. Pero me gustó el personaje. La chica me dijo: “Oye ¿qué te pasa?” “No, es que, te soy sincero, nunca he hecho casting acá en Lima”, le digo. “Ah, ya te entiendo”, me dice. “Puedes hacerlo leyendo pero actuando”, me dice. “Dame un minuto”, le digo, “por favor, un minuto”. “Como quieras”. Empezaba a caminar haciendo el personaje. Y ahí le gustó algo. “A ver, repite eso”. Y el camarógrafo estaba grabando. “Oye, tienes algo, tienes algo rico que está saliendo de tu boca”, dice. “Me gusta, me gusta. A ver, sigue”. Me quedé cuatro horas ahí en el casting. Salí a Huancayo. Pasó todo febrero, marzo. En abril revisé mi correo: casting. “Chévere, amigo, ¿sabes qué?, le gustó a Claudia Llosa, y quisiéramos conversar contigo; vente a Lima”. En ese rato estaba tan emocionado que me puse a llorar. Llego a mi casa. “Lean esto. ¿Ahora que me van a decir?” Mi mamá se puso a llorar: “Ya, Daniel, haz lo que tú quieras hacer, ya no te decimos nada”. Y desde ese punto empezó todo. Hasta ahorita, trabajando. Gracias a eso hice «Madre”, mi primera película como director.
Cuéntanos cómo fue lo de «Madre».
«Madre» fue una inspiración mía. Yo escribí el guion. Trabajamos con una productora cristiana. “Yo voy a actuar y voy a dirigir la película”, dije. Cuando estuve en “La teta asustada” aprendí bastante lo que es dirección, un montón. Una vez Claudia me dijo: “Daniel, en mi película no quiero actores profesionales, sino quiero que sean ellos mismos”. Era una técnica que ella utilizaba para sus películas. Entonces, paso a paso, yo también utilizaba esa técnica y funcionaba. Hacía los talleres de actuación y discutíamos al personaje. Y salió la película. La estrenamos acá. Al principio no tuvo mucha acogida. Entonces, la modificamos y la reestrenamos. Ahí sí hubo mucha gente.
¿Volvieron a grabar escenas?
Sí. Faltaban algunas cosas en la película. El viaje a la selva.
¿Publicitaron la película?
Si, le hicimos promoción por radio, televisión. Es una película cristiana, tiene un público ya bien asegurado: todas las iglesias cristianas. Todos van a ver la película. Yo la llamaría la primera película cristiana evangélica. Acá nunca se había visto algo así. Fueron a verla y salieron llorando. “Wow, qué chévere”, dije. Fuimos a Trujillo, a Chimbote, a Huamachuco. Fuimos a fiestas de iglesias…
¿Cuántas funciones hicieron en Huancayo?
Hicimos cuatro. Todas en el cine Mantaro, sábado y domingo. Domingo más lleno. Cuando la volvimos a reestrenar en Trujillo, en un coliseo, hubo gente; pero el productor dijo: hay que sacarla a la venta en DVD. Los hermanos nos compraban a diez soles las originales. Pasaron quince días. Volvemos a Huancayo, y por allí se escuchaba la música de la película. “Qué raro”, dije. La estaban pirateando. Los piratas la vendían a dos soles, dos cincuenta. Y pegó la película. De ahí me llamaron los de El Comercio, me hicieron una nota en la revista Somos. Y allí nomás estaba con el estreno de “La Teta Asustada”.
¿Tú eres cristiano? ¿Perteneces a la iglesia que produce la película?
Trabajo con productores cristianos de diferentes iglesias. Desde mucho antes a mí me gusta. Yo decía, “voy a hacer una película cristiana, o sea, que no se identifique a la iglesia, sino que se identifiquen los valores, la palabra de Dios: honra a tu padre y a tu madre, por ejemplo, que está plasmada dentro de la Biblia”.
¿Tú le propusiste la película a la productora Adonai o Adonai te propuso hacerla a ti?
Nosotros propusimos. Éramos tres amigos. Creamos una historia. Escribimos un guion. “Ya, yo voy a dirigir, tú vas a ser el productor, tu eres el productor ejecutivo”. O sea, fuimos así, en equipo. Funcionó.
¿Qué porcentaje del costo de la película ha salido de tu bolsillo y qué porcentaje ha sido inversión de otras instituciones o iglesias?
La inversión fue de la productora Adonai. Y lo que es manejar todo el equipo estaba bajo mi responsabilidad.
¿Adonai es una empresa que pertenece a una iglesia o es una empresa particular?
Era un ministerio de alabanza, que cantaban, y de allí nomás hicieron la empresa.
El pastor no está dentro de la productora. La empresa es muy aparte de lo que es la iglesia.
¿Ellos no te impusieron condiciones? ¿No te quisieron cambiar el guion?
Hubo varias cosas. Ellos no tenían mucho conocimiento de cine. Nunca habían hecho cine. Entonces a nosotros nos pusieron pautas. “Esto no va. La selva, no; que quede ahí nomás, y punto”. Particularmente como director no me gusta eso. Me gusta enfrentar retos grandes. “Se tiene que hacer esa parte, aunque sea no voy a tomar desayuno, no voy a almorzar, pero esa parte tiene que estar”. Me puse terco y se hizo.
¿Tú elegiste a tu equipo?
Sí.
El acabado técnico es bueno, ¿cómo llegaste a ese nivel en una primera película?
Por la experiencia, creo.
¿La experiencia de “La teta asustada”?
Sí, de “La teta asustada” y trabajando con Nilo Inga, también. Nilo me enseñó un montón. Después, trabajando en comerciales. He hecho varias cosas.
¿Quién hizo cámara en “Madre”?
Yo mismo. A veces cuando tenía que actuar, venía mi amigo Luis Balbín que es el productor, y hacía la cámara.
¿Cómo le fue a “El vástago y su promesa (Madre 2)”?
Eso sí fue un boom. Llenamos coliseos. En Pichanaqui, en San Martin de Pangoa. Estuvimos en Chimbote, igualito.
Eso también puede haber sido porque, como te piratearon “Madre” y ya todo el mundo la conocía, entonces cuando veían anunciada “Madre 2”, hubo más interés en verla. La piratería jugó a tu favor en este caso.
Sí. Fue bastante conocida la película.
¿”Madre 2” es la continuación de “Madre” o es otra historia?
Es la continuación. Es del hijo de quien hablamos.
Tú en realidad no ganabas nada por las exhibiciones de tus películas a pesar de que los espectadores pagaban su entrada, tú no recibías un porcentaje de esas ganancias. Todo se lo llevaba Adonai, ¿cómo era el trato?
Hasta Madre 2, si, se llevaban todo ellos.
¿Pero te daban un pago como director?
A mí me pagaban por presentación. O sea, se va a presentar la película y tu imagen tiene que estar en las entrevistas. Yo no soy de exigir. Si hubiese tenido ese conocimiento y esa arrogancia hubiera dicho no me paguen doscientos, tienen que pagarme más de mil soles, están llenando un coliseo, cobrando seis, siete soles por entrada. Y, justamente, por eso yo decidí formar mi empresa para hacer “El Hijo Prodigo”.
Entonces «El hijo prodigo» la has hecho ya en forma separada de Adonai y de las iglesias.
Sí.
Es tu propia producción a pesar de que sigue teniendo un tema bíblico pero ya la has hecho de forma independiente.
Sí.
El guion también es tuyo en este caso.
Si, el guion también. Lo trabajé con un amigo, Luis Chuquín.
¿Cómo hiciste para conseguir los fondos para hacer “El Hijo Prodigo” ya que era una producción tuya?
Bueno, en las dos películas anteriores no gané mucha plata. Gané una cantidad mínima para cubrir la comida, apoyar a la familia, nada más. Pero yo creo que, con la pasión y el propósito, uno logra sus objetivos. Entonces muchos me decían: “habla con un abogado, un asesor de imagen”. Me decían: “tú tienes imagen, puedes ir a tocar puertas”. Hago un taller de actuación, ya tengo alumnos. “Entonces voy a hacer la película”, dije. No tenía ninguna cámara, ningún trípode, o sea cero. Pero mis alumnos estaban ensayando, dándole duro, así que empezamos a grabar “El hijo pródigo”. Y faltaba para comer. Yo tenía un presupuesto de cincuenta soles. Un amigo que tenía una cámara me dijo: “te la voy a prestar, Daniel”. Después me la alquiló. José Miguel García Picasso me ayudó bastante. El dueño del restaurant Los Girasoles es un amigo mío que me quiere un montón. Él también me apoyó, me dijo: “Daniel, grabas la película acá”. Después, otra empresa más. Cada auspiciador me servía para cubrir los gastos de ese día de rodaje. Y un día nos faltó plata.
Ya estábamos en las últimas escenas, los chicos estaban cansados. Pero les digo: “Muchachos, el propósito es terminar la película. Ya, no se chupen”, “Daniel, ya no hay plata, mi papá no me quiere dar para mi pasaje”, me dicen. “Ya, vamos a hacer un show. Vamos a ir actuar”, dije. “¿Adónde?”, “A la calle. Acá les hacemos la guerra a los cómicos ambulantes”. Yo salía allí, porque me conocían: “Señores, ¿saben qué?, necesitamos el apoyo de ustedes, les voy a vender un turrón. ¿Cuánto cuesta? Un sol. ¿Me colaboran o no me colaboran?”, les digo. “Claro pues Luchito, vamos a colaborarte”, dicen. Ya había para solventar. Recuerdo que, cuando llegó el día del estreno, estaban en el avant premiere todos los auspiciadores y les encantó la película. La siguiente semana se estuvo estrenando en el cine Mantaro. Quería que fuera toda la gente. Fui a la oficina del Gobierno Regional: “Señor, necesito un millar de afiches, por favor”. “Ya Daniel, al toque los afiches”. A pegar en todo Huancayo. Publicidad, radio, televisión, entrevistas, reportajes….
Estrenaste.
Sí, pero me faltó criterio. Tenía para hacer un mes y lo he hecho sábado y domingo no más. De todos modos la gente fue. Lleno total. Domingo, la gente empujándose. Estaba lloviendo pero la gente estaba haciendo su cola ahí.
¿Cuánto costaba la entrada?
Siete soles, ocho soles.
¿Cuándo fue el estreno?
En octubre del 2011.
¿Y has seguido dándola en otros sitios?
Si, estuve en la Selva. Estuve en comunidades rurales. Nos ha ido más o menos. Este año (2012) no me ha ido tan bien que digamos porque sacamos préstamos del banco, nos alucinamos. Faltaba asesoramiento de administración. Y me quedé endeudado, pero te digo, no me voy a chupar porque haya pasado eso. Porque el público sigue exigiendo. Y quiere que esté una vez más “El hijo pródigo” en Huancayo, porque después del estreno que yo había hecho iban al cine Mantaro: señor, ¿no se sigue exhibiendo la película? Y el mismo gerente que alquila me vino a buscar: “Daniel, están viniendo a preguntar”. Pero es una fuerte inversión, por lo menos 4,000 soles te gastas para la campaña publicitaria y no me alcanzaba porque tenía que pagar unas cuantas deudas.
Y el costo de la película, ¿en cuánto lo has calculado?
50,000 soles.
¿Cuál es tu próximo proyecto?
Yo quiero seguir con este género porque muchos me dicen “las películas que tú haces me recuerdan a mis hijos, me hace acordar a mi mamá, me hace pensar en cosas de mi vida que he pasado”. Así que esta historia que voy a realizar va a tener un impacto bien fuerte. Es un testimonio que una señora me ha contado y también lo he escuchado en diferentes lugares de mamás que vienen y me dicen: “joven, mi esposo me ha dejado con todos mis hijos, se ha ido con otra mujer, yo no sé qué hacer”, me dicen y la necesidad del pueblo te exige abordar esto. Le vamos a dar duro a esos patas que abandonan a sus hijos, los dejan en la calle. ¿Por qué hay tanta delincuencia?, justamente es por eso. Porque un hijo empieza a tomar desde los doce, trece años, a drogarse, porque no hay cariño de papá, de mamá. Entonces, me estoy esmerando más en este guion.
¿Estás escribiendo solo el guión?
Me está ayudando un amigo peruano que vive en España. Los protagonistas son tres niños. Tengo una actriz, tiene seis añitos pero actúa que es una maravilla.
Ya hiciste el casting entonces.
Si, ya tengo a todos los actores. Estamos ensayando. Me voy a meter a un género a lo hindú pero adaptado a nuestra realidad. Con travesuras…
¿Y cómo vas a financiar este proyecto? Has pedido préstamos al banco o tienes socios.
Ahora estoy trabajando con unos socios y con un empresario que quiere que su marca vaya dentro de la película.
¿Te presentarías al concurso del Ministerio de Cultura?
Yo quisiera entrar con un proyecto pero hay cosas que están pasando dentro de DICINE y no me gusta porque hay preferencias, te dejan a un lado…
¿Desconfías del concurso del Ministerio?, ¿crees que hay argollas, que hay influencias, corrupción?
Si, corrupción, influencias o no evalúan bien a sus ganadores. Por ahora prefiero seguir trabajando así, con poco dinero pero logrando buenos resultados.
El hijo pródigo (2011)
Dirección y fotografía: Daniel Núñez
Jefe de producción y dirección de arte: Luis Chuquín
Guión: Daniel Núñez y Luis Chuquín
Cámara y sonido directo: Jhonny Chávez (Arte Films)
Montaje: Edilberto Condezo Cayetano
Música: Deyvis Luna
Montaje de sonido: Hilish Amaru
Asistente de dirección: Anais Reyes
Diseño de portada: Edgardo Cann & Picaso de AVL
Intérpretes:
Sem Joel Medina Ccente
Lizbeth Gavino Huamán
Jessely Isabel Ninalaya Romero
Joel Orellana Grados
Jean Pier Coronel Nuñez
Estreno: 15 de octubre de 2011
Entrevista: Emilio Bustamante y Jaime Luna Victoria
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