5 Broken Cameras (2011) y Far from Afghanistan (2012) son dos documentales que hacen frente a conflictos armados, el primero provocado entre los colonos israelíes y los habitantes de Territorios Palestinos, mientras que el segundo desatado por las fuerzas militares de EE.UU. dentro de los territorios del mencionado país asiático. Ambos filmes coinciden en reflejar un ambiente derruido y acechado por lo políticamente incorrecto, sustentado por las dinámicas del poder y la fuerza agresiva de invasores que niegan la norma constitucional o prefabrican un enfrentamiento con fines “mesiánicos”. El punto de distinción entre estas se basa en desde dónde llega esa voz de denuncia. Emad Burnat resulta ser director, testigo y corresponsal de una guerra que afecta tanto sus lazos familiares como los de su población. «5 Broken Cameras» es, de los dos documentales, el más honesto.
Burnat sigue a la resistencia pacífica palestina y de paso nos va informando sobre cómo las fuerzas militares de Israel van apoderándose de los terrenos del campesinado palestino. Es la cámara que se inmiscuye en medio de la batalla campal imprevista, aunque siempre frecuente. El circuito es usualmente el mismo: un grupo de palestinos plantados en las áreas apoderadas, la llegada de las milicias israelíes, el boca a boca y finalmente la retirada en medio de una lluvia de gases lacrimógenos o balaceras intimidatorias, casi siempre dejando algún saldo de heridos o algún muerto. «5 Broken Cameras» tiene una analogía en paralelo, la de las cámaras de Burnat, aquellas que le sirvieron para grabar las fases por las que va pasando esta guerra. Es durante esto que los aparatos van colapsando uno a uno, prueba de los rezagos del conflicto.
Hay sin embargo otra analogía más melancólica. A medida que ocurren las fases de la guerra, Burnat nos describe la infancia de sus cuatro hijos, niños que van creciendo en medio de los encarcelamientos a familiares, la violencia y el nacimiento de las primeras cuestiones sobre quién es el agresor y el porqué dicha acción. «5 Broken Cameras» es la muerte temprana de la inocencia. Far from Afghanistan por su lado es un documental más inclinado a lo discursivo. Son los temas abordados, bajo estilo propio, de cinco directores. Cada relato se enfoca desde puntos de vista distintos, dentro o fuera del campo de guerra, sobre sus actores, tanto agresores como víctimas, las directas y las indirectas, así como simulaciones que sugieren un contraplano del conflicto. Sus idiomas se ajustan a lo testimonial, al estudio de campo, a veces sustentados por posturas que van en contra de las ideologías políticas.
Far from Afghanistan revela temas como el odio al “otro”, el Imperialismo, la ética militar, la orfandad, la pobreza, el suicidio, entre demás cuestiones. Los dos documentales, bajo un lenguaje propio, son un ingreso hacia cómo las órdenes invasivas militares van calando distintos conflictos, agravándose y complicando la situación en ambos bandos.
Deja una respuesta