Algunas cosas que quizá sepa sobre Tesis sobre un homicidio
Si usted planea ver «Tesis sobre un homicidio» probablemente esperará ver una película de género policial negro protagonizada por Ricardo Darín. Probablemente haya leído un poco y se enterará de que la película ha sido vista por poco más de un millón de espectadores en su país de origen y tanto esta y la nueva película de animación de un director que ha ganado un par de Oscar son los hits de Argentina, en un año dónde no estrenaron (¿otros?) directores que han tenido alguna repercusión u obras importantes en los últimos años.
Si usted planea verla sepa que hay un manejo clásico del género en sus elementos básicos: el héroe o antihéroe debatirá su noción de moral en un mundo corrupto dónde los sentidos de justicia y verdad carecen de forma, mientras tratará de llevar a resolución un caso dónde se plasma la subjetividad del protagonista.
Sepa también que esta subjetividad será llevada a planos por diversos dispositivos que no serán nuevos pero funcionarán; que oirá música extradiegética y empática abundante en leitmotivs en el 80% de la narración, que las escenas carecerán de silencio, de movimiento en el cuadro, que abundaran detalles que muchos fotógrafos resolutistas podrían considerar bien hechos y aunque no estarían fuera de la verdad podrían ser sí un pastiche de cambios de focos, desfiles de objetos dónde se refleja o trasluce el personaje, iluminaciones llenas de «dibujos», noches inverosímilmente claras de HMIs: pero repito, todo será correcto, lindo; verá a Picasso en el Malba, a Fuerza Bruta en un sótano, a porteños siendo demasiado porteños, a argentinas siendo hermosas como son. Y que todo ello tal vez le guste.
Sepa que hay un personaje argentino con acento español, que curiosamente la película se ha hecho en coproducción con España y que aún más curiosamente los requisitos de coproducción con España en Argentina hablan de una cuota de participación de actores y técnicos europeos, y sepa que este acento y por tanto este éxodo a efectos de la relevancia en el guión, pudo haber sido al Tibet, Indonesia o Bolivia y no hubiese habido mayor cambio en la historia.
Sepa calcular su tiempo, que la película dura 120 minutos y no tiene una conclusión, no al menos una que usted, que ha ido a ver una película de género, ha esperado mientras oye el crujir del popcorn al masticarse. Que si usted fue a ver a Darín haciendo una vez más de Darín en la nueva de Darín le será otorgado a raudales.
Sepa que después de verla usted volverá a casa tranquilo, comerá la cena, dormirá bien y el día siguiente vendrá sin menor inconveniente.
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