El tercer participante en el 9° Talents Buenos Aires, que se desarrollará del 4 al 8 de abril próximo, durante el Festival Internacional de Cine Independiente BAFICI 2014 es el crítico y periodista cinematográfico Jaime Akamine, autor del blog Los inocentes, quien nos contó sus inquietudes sobre su presencia en el certamen como Talent Press.
Jaime, por favor cuéntanos sobre tu selección como Talent Press. ¿Cuál es la dinámica? ¿Has estado antes en espacios similares de otros festivales?
Es la primera vez que postulo a este tipo de programas. Si bien ya he estado en el BAFICI en dos oportunidades, acreditado por Godard!, quise este año tentar una plaza en el Talent por las actividades académicas que ofrece y por la experiencia de vivir el festival de otra manera. Ahora, cuando recibí la noticia de mi selección, ya había olvidado el tema. Es más, ya tenía pasajes a Buenos Aires con otras fechas porque pensaba asistir a Lollapalooza y solo a los primeros días del BAFICI. Al final, la elección me tomó por sorpresa y varió mis planes. El cambio, por supuesto, vale la pena.
¿Qué expectativa tienes del taller? ¿Harás cobertura especial del BAFICI?
Tengo las mejores expectativas. Creo que quienes han podido viajar y disfrutar del BAFICI, ya sea como cinéfilos o periodistas, coinciden en lo mismo: se trata de una muestra cinematográfica de primer nivel, gigantesca, rigurosa, clave para repasar el cine más radical que se hace en el mundo. Ahora, el Talent es, simplemente, una oportunidad de enriquecer mi postura frente al acto de pensar y escribir sobre cine. No lo veo como algo gravitante, sólo como unas cortas vacaciones en las que espero disfrutar y aprender de la mano de gente curtida en el oficio de la crítica. Respecto a coberturas, aún no tengo nada planeado.
¿Qué opinas del desempeño de los recientes estrenos peruanos? ¿Qué esperas de los concursos 2014 y el proyecto de ley de cine?
Me alegra que, por lo menos, a algunas cintas nacionales les vaya bien en taquilla y que otras de índole más alternativo encuentren nuevos espacios de exhibición y un público cautivo. Sin embargo, tengo mis dudas de que esa leve mejora cambie en algo la realidad del cine peruano en términos de industria (y no de calidad artística, tema que me resulta más complejo). No creo que exista el «Nuevo cine peruano». Hasta el momento, lo que hay son esfuerzos independientes, desordenados, y en ese contexto, con producción deficiente, mercado de profesionales atomizado, incentivos del Estado insuficientes o errados, el panorama sigue siendo poco alentador. Aún está por verse si la eventual Ley de Cine podrá mejorar la situación.
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