A propósito del reciente estreno de Post Tenebras Lux en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú, filme ganador en el Festival de Lima de los premios APRECI y de Mejor Director otorgado por el Jurado de la Sección Oficial, además de la misma distinción en Cannes 2012, conversamos con su autor, el mexicano Carlos Reygadas, sobre las características de la cinta y su trabajo en general, uno de los más personales del cine de América Latina.
El cine «mainstream» se distribuye rápido. El estreno en salas tradicionales se realiza en un promedio de 4 meses, en bloque a nivel mundial. En cambio la exposición de un filme como el tuyo, lanzado en mayo de 2012 en Cannes, es más larga y espaciada. Para un creador que pone tanto de sí en una obra, ¿qué significa estar vinculado un par de años más?
Hay películas que son operaciones comerciales y existen para recuperar el dinero cuanto antes. Hay otras que tienen otra razón de ser y perduran en el tiempo. En la literatura lo tenemos clarísimo, hay libros que están hechos para ser best sellers, y hay libros que están hechos para durar si pueden durar o simplemente porque era una necesidad interior y el destino que les toque ya es una parte que planificada no está. Yo estoy, evidentemente, en el segundo caso, por ello me resulta de lo más natural el tiempo que toma y no tengo prisa alguna.
La cinta no pasa de moda porque es personal y no tiene que ver con conjeturas del momento externas; mías sí porque sigo cambiando pero la obra fija un momento de mi vida personal y ya luego en sí tiene una característica más atemporal. Para mí seguir vinculado a ella es muy poco, entrevistas como ésta ya son pocas. Al acabar un trabajo me gusta dejarlo atrás y este tipo de cosas son parte del trabajo.
¿Luego de culminar una cinta mantienes un lazo anímico con ella o tratas de buscar un nuevo proyecto?
Yo desde que termino una película, en el momento que termino de mezclar y de corregir el color, corto el lazo con la obra. El lazo que queda es de tipo superficial. De hecho nunca vuelvo a ver mis películas, ni siquiera en el estreno. Y no porque las rechace, sino porque acabas empachado. El proceso creativo de un filme es muy agotador, porque a diferencia de una pintura que puedes retocar aquí tienes que pasar miles de veces por los mismos sonidos y las mismas imágenes. Antes del primer estreno en el primer festival yo ya estoy en otra cosa.
En Post Tenebras Lux la cinta hay una fuerte presencia de la naturaleza, una convivencia inquietante entre ella y el ser humano.
La cinta tiene mucho que ver con el miedo, la insatisfacción, y esos sentimientos no son propios más que de la especie humana. Hay un miedo en los animales pero me refiero a una concepción filosófica: una condición permanente que viene de la percepción o la consciencia. La película también tiene que ver con la pérdida de la inocencia, es decir, con la adquisición de esas capacidades de la consciencia que a veces son dolorosas para el ser humano.
Alguien me dijo una vez sobre esta película que sólo las plantas, los montes, los niños y los animales están en paz; todos los adultos, sean de cualquier origen, estrato, cultura, están en angustia. Los dos adultos que yo escogí transmiten esa sensación de insatisfacción crónica y es increíble ver el contraste de esos niños en el campo con animales en la soledad abrazadora en el sentido positivo —a mí no me da miedo alguno la soledad, al contrario— y esa sensación de que ellos lleguen probablemente a ser como sus padres.
Esa es una de las grandes sensaciones opresivas de la película: saber que esa alegría, esa naturalidad, ese solo estar —como el de los animales y las plantas— se transformará por el hecho de desarrollar la consciencia del ser humano adulto. Eso está presente a lo largo de la película, incluso a nivel de actuación. Muchas veces he hablado del actor como una presencia y no como la representación de un papel que se crea a través de la película. Ejemplo de ello son los niños, ellos están frente a la cámara —en ningún sentido peyorativo, sino positivo— como un perro, como una piedra, como una nube, sólo están. El adulto rara vez puede hacerlo.
La figura del diablo tiene también aspecto de bestia. Ahí sigue la constante animal pero en este caso es todo lo contrario porque es una figura plástica, mítica, que difiere de los seres vivos.
Sí, definitivamente el diablo es una creación puramente humana con la religión, porque hemos creado conceptos como el bien y el mal y es un tema fundamental en el principio de la consciencia humana. En esta película desde luego hemos dado al diablo características morfológicamente animales, pero el comportamiento es el de un humano y es por ello que nos asusta tanto. Si fuera solamente un lobo nos daría miedo sólo en el bosque, pero el que tenga forma humana es algo que nos aterroriza porque sabemos que nuestro padre puede ser el diablo, que nuestro amigo, que nosotros mismos podemos vernos en el espejo y quizás un día nos vamos a ver con cara de diablo. Lo soñamos, está presente en todo el tiempo.
Nunca lo puse en la película con la idea de que el mal anda suelto, como dijeron por ahí, que es una interpretación también válida para mí. Soy el director pero eso no significa que esto sea un acertijo cerrado. Mi sensación es más como la pérdida de la inocencia, por eso el sueño de ese niño que probablemente está en la edad de 6 ó 7 años, cuando empieza a conceptualizar este tipo de cosas. Es típico a esa edad tener pesadillas y preguntar qué es el diablo, pero resulta que éste entra simplemente a la casa, lo ve, no le hace daño a nadie pero se mete al cuarto de los padres y cierra la puerta. Probablemente el diablo y ese tipo de conceptos son cosas de adultos, eso es un poco lo que yo siento en toda esa secuencia.
Y camina de manera minimalista…
Minimalista, sigilosa, simple, limpia, y lleva caja de herramientas. Absolutamente humano crear herramientas, la idea del pulgar opositor, cómo el simio comienza a transformarse en humano y las herramientas son algo fundamental en el humano consciente que puede tener dirección y voluntad para crear algo específico que visualiza antes en su cabeza y no instintivamente como los animales.
En los créditos llama la atención el nombre de Amat Escalante, en un rubro técnico, sobre trucos ópticos.
Con los trucos ópticos él es muy conocedor, es un freak podríamos decir, del conocimiento técnico de lentes y cámaras y todos los procesos que haya. Amat conoce los formatos en donde se puede hacer esta extraña difuminación en los contornos y me ayudó mucho a encontrar por dónde podría ir, quién tenía ese tipo de lentes y cómo usarlos para que pudiera generar ese efecto. Entonces le puse ese crédito porque realmente lo puse a investigar un montón de cosas.
Él tiene un poco la curiosidad de Kubrick por la técnica.
Puede ser. No técnica en general, sino equipo cinematográfico exclusivamente de aprehensión de imágenes, no necesariamente el sonido, no le interesan mucho los micrófonos, pero el tema de cámaras y lentes es algo que le fascina.
¿La imagen del diablo fue resultado de muchas pruebas o salió rápido?
Muy complicado pero no resultado de pruebas, sino de una previsualización previa que yo tenía. Esa casa es donde nací, no había vuelto desde que tenía cinco años. Tuve un sueño prácticamente igual y quería un diablo así, y fue muy difícil porque hoy en día con tanta animación las fuentes para muchos son como El Señor de los Anillos y ese tipo de cosas: 3D, fuego, pelos por acá y la respiración muy evidente. Quería algo mucho más abstracto y eso, curiosamente, es mucho más complicado de lograr. Los efectos digitales por más espectaculares que sean casi siempre están envueltos en mucho sonido y mucho corte, se pueden esconder fácilmente los defectos. Estos efectos digitales fueron muy complejos y fue una gran lucha lograrlo porque hay quietud total cuando ves a alguien arrancándose una parte del cuerpo o ver al diablo caminando.
En las escenas sexuales, ¿cómo se preparan los intérpretes que no tienen entrenamiento profesional —justamente lo que tú buscas— para explorar la naturalidad que permita que salgan bien?
En verdad es un ambiente que se genera. Una gente está desnuda, estamos todos trabajando en un baño, no pasa gran cosa. El tema del pudor está sustentado en algo muy elemental, es algo que se rompe muy fácil. Pasan máximo un par de horas y el pudor se cae al suelo. Estoy seguro de que si en Arabia Saudita a las mujeres le permitiesen andar en mangas cortas sería una revolución por unas semanas, pero luego ya nadie les prestaría atención, para nosotros sería como si las mujeres andaran en topless en la ciudad. Vas a una playa nudista y a las dos horas o diez minutos ya no le tomas atención.
Esto sí se rompe muy rápido e inmediatamente la gente está de lo más normal y pedir que hagan estas cosas es algo muy mecánico, muy físico, que sabe hacer todo el mundo, no requiere preparación especial alguna. Natalia Acevedo sí requirió de algo más delicado porque tiene un orgasmo durante la toma pero no es nada de otro mundo, no es difícil si se genera un ambiente de confianza y seriedad donde es evidente que todos estamos persiguiendo el mismo objetivo.
Háblanos del desenfoque de los costados. No es en todas las escenas, sino principalmente en exteriores.
Está en todos los exteriores de campo o ciudad, y dos momentos al final cuando él ya está en cama y empieza a ver a su perro, a un cuadro de Frederic Church que es muy bonito. De algún modo no quería que generase aberraciones en las líneas humanas que son rectas y tienen ángulos, pero al crearse una aberración en lo que no tiene simetría me funcionaba muy bien. Para mí la función elemental era poder destacar lo que estaba en el centro del cuadro. Como viste, es un formato 1,33:1, casi cuadrado, centra mucho las cosas y quería que se observara, por ejemplo, a un perro, cosa que no hacemos porque lo conceptualizamos. Los niños hasta los cuatro o cinco años observan bastante al perro, la gente que consume drogas de repente los observa bien, el pelo, sus lagrimales, observar su lengua cuando la saca. Disfruté mucho del formato.
Bien, Carlos, desde el 13 de marzo se puede ver o volver a ver tu película en el Centro Cultural de la PUCP.
Pues me alegra mucho que se estrene en el Perú, donde fue bien recibida en el 2012, espero que la película pueda encontrar su público y genere sensaciones.
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