Fría. Calculadora. Meticulosa. Esas son algunas de las palabras que usaría para describir Perdida. David Fincher nunca ha sido un director conocido por su calidez o por su visión positiva del mundo, lo cual no podría notarse más en este filme. Ahora, esto no es algo malo, para nada; de hecho, ésta última producción, basada en el bestseller de Gillian Flynn, es simplemente espectacular.
Amy Dunne ha desaparecido. O al menos eso es lo que cree su esposo, Nick Dunne (Ben Affleck). Un día se despierta en su casa en el modesto pueblo ficticio de North Carthage (el pueblo en donde él se crío de pequeño, dicho sea de paso), toma desayuno con su esposa, sale a la playa a meditar, regresa… solo para encontrar su sala hecha un desastre: muebles rotos, rastros de sangre.
La policía, representada por la detective Rhonda Boney (Kim Dickens) y su compañero, el oficial Jim Gilpin (Patrick Fugit) llega inmediatamente, y la investigación comienza. Pero no todo es lo que parece. Poco a poco comienzan a encontrar pistas de Amy, parte de una búsqueda de tesoro que le organizó a Nick por su aniversario número 5, lo cual complicará el misterio y hará que Nick se vea cada vez más culpable, lo cual preocupa de sobremanera su hermana Go (Carrie Coon). Es por ello que eventualmente deciden contratar los servicios del famoso abogado Tanner Bolt (Tyler Perry) quien ayudará a hacer que Nick se vea bien ante el público y pueda resolver el misterio de la desaparición de su esposa.
La novela de Gillian Flynn en la que la película está basada es genial. La leí hace unos cuantos meses, y me dejó atónito, sorprendido y en shock. La adaptación dirigida por Fincher (El club de la pelea, Seven, La red social, La chica del dragón tatuado) y en base a un guión de la propia Flynn, es igual de buena, muy fiel al libro pero a la vez con suficientes diferencias (especialmente durante el final) como para que sea impredecible incluso para aquellos que ya lo leímos. El atractivo principal de esta historia es que lo deja a uno tratando de adivinar qué es lo que va a pasar a continuación, tratando de resolver el misterio junto a Nick y sorprendiéndose con las múltiples sorpresas que nos brinda. El manejo del suspenso y la tensión por parte de Fincher es magnífico.
Adicionalmente, la cinta tiene mucho qué decir sobre la manera en que las relaciones amorosas y los matrimonios funcionan (o no funcionan). Nick no es muy bueno expresando sus emociones, lo cual hace que la prensa crea que no tiene empatía, que no le importa la desaparición de su esposa y que probablemente él sea el asesino. No sabe manejar muy bien la situación ni lucir bien, razón por la cual se ve obligado a contratar a Tanner Bolt, pero tampoco ayuda el que no haya tenido la mejor relación con Amy, al menos en los últimos años.
Vemos en flashbacks lo geniales que fueron sus primeros años juntos, para luego entrar a la realidad, a la decepción y a los problemas económicos, personales y familiares. Ahora bien, lo interesante es que ningún personaje es simple o presentado en blanco y negro; el “villano” de la cinta es un personaje realmente complejo, no una caricatura, y aunque Nick es nuestro protagonista, tampoco es ningún santo.
Durante la primera mitad del filme, Fincher y Glynn nos hacen creer que la relación entre Amy y Nick se desarrolló de una manera, cuando en realidad la verdad era otra, revelación que se da de manera innegablemente efectiva y chocante. Perdida, la película al igual que la novela, nos dice mucho sobre la manera en que nos comportamos frente a diferentes personas, especialmente con nuestras parejas, y plantea la existencia de gente que puede estar actuando todo el tiempo, incluso por años, para eventualmente revelar su verdadera cara.
No quiero revelar en qué personaje se ve esto, puesto que ello implicaría arruinar un giro importante en la trama; sólo diré que tenemos a un personaje que se comporta de una manera con sus padres, de otra manera con su pareja, y de otra manera con sus amigos y/o vecinos, no porque quiera, si no porque toda su vida ha sido obligada/o a fingir, a actuar. Esto no justifica sus acciones necesariamente, pero sí lo vuelve complejo, interesante, tridimensional.
Felizmente, las actuaciones le hacen justicia a los personajes de Flynn. Ben Affleck es excelente como el hombre que no sabe cómo expresar sus emociones, un personaje que sabemos tiene muchos conflictos y dudas sobre sí mismo y que sólo está tratando de encontrar la verdad. Se trata de una actuación algo fría, sutil, pero que funciona perfectamente en el contexto de la película, mezclando arrogancia con encanto.
Como Amy, Rosamund Pike se roba la película; su actuación es simplemente espectacular, diferente a cualquier otra cosa que haya hecho antes. Como Tanner Bolt, Tyler Perry da la mejor actuación de su carrera; la Margo de Carrie Coon es graciosa y memorable, y el Desi Collings del gran Neil Patrick Harris es perturbador y enervante. Las actuaciones secundarias de Emily Ratajkowski (como Andie, una chica que la da un giro adicional a la historia), Casey Wilson (como una vecina metiche y loca) y Missi Pyle (como una conductora de televisión amarillista) completan un reparto perfectamente seleccionado.
Como era de esperarse, la película destaca también por su acabado técnico. La fotografía es realmente bella; se trata de una película oscura y fría, llena de amarillos y azules y sombras oscuras, limpia y de movimientos de cámara sutiles y bien calculados, y todo se ve realmente bien. La música de Trent Reznor y Atticus Ross (quienes colaboraron con Fincher primero en La red social y luego en La chica del dragón tatuado) es hipnotizante; quizás no tan memorable como en los filmes anteriormente mencionados, pero funciona perfectamente mientras uno ve la cinta.
Si tuviera algo de qué quejarme, es que el filme se siente por momentos muy largo. Quizás se debe al final algo estirado (en comparación al libro) o a algunas escenas que pudieron muy bien haber sido cortadas, pero me hubiera gustado que el ritmo se acelerase por momentos. De igual manera no es una falla que malogre la experiencia de ver «Perdida»; después de todo, otro de los atractivos de la película es que se toma su tiempo para desarrollar a sus personajes (especialmente a Nick y Amy), para mostrarnos tanto su vida pasada como el presente misterio, y para presentarnos las sorpresas y los giros chocantes poco a poco.
La cinta es fría y carece de emoción, de calor, pero ese es el punto: Perdida nos mete en las vidas de dos personas que en la superficie parecen ser perfectas, felices, pero que en el fondo están trastornadas y aparentan ser algo que no son frente a otra gente. No es una película feliz ni positiva; Fincher ha elaborado una cinta que ataca las emociones sin ser demasiado emocional, que nos perturba y nos deja en shock y nos presenta con sorpresas muy bien desarrolladas y que, a diferencia de otras películas, tienen sentido y no parecen haber sido incluidas “porque sí”.
He tratado de no incluir spoilers en esta reseña porque creo que mientras menos sepan de la película cuando vayan a verla, mejor. Es una excelente cinta de misterio que tiene mucho qué decir sobre la identidad, la venganza, el machismo, la justicia y las emociones, cuestiones que no puedo discutir a profundidad acá. Así que mejor vayan a verla. Vale mucho la pena.
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