Crítica: «De tal padre, tal hijo» (Like Father, Like Son) de Hirokazu Koreeda


Ingresó en la cartelera sorpresivamente, casi sin aviso, el notable filme japonés De tal padre, tal hijo, que va por su segunda y, tal vez, última semana.

El duro hallazgo de las parentelas cruzadas en ‘De tal padre, tal hijo’.

El conflicto surge pronto: un hospital revela que su personal intercambió dos bebes seis años antes y remece las familias. Es la base del director y guionista Hirokazu Koreeda para narrar con minuciosidad y fineza las contradicciones íntimas de las parejas, la distancia o cercanía ante hijos biológicos o de crianza, el sinceramiento de lejanos presentimientos y grietas conyugales, y la tensión originada por la diversidad sociocultural y económica de ambos entornos.

El autor cuestiona el lazo familiar tradicional, más aún en la cultura japonesa, hondamente patriarcal. En el tablero armado, la parte más afectada la constituye Ryota, un arquitecto que se obsesiona por su carrera y transmite sus conflictos al resto, especialmente a los niños. Su contraparte masculina, Yudai, y ambas mujeres, Midori y Yukari, lucen mayor sabiduría y empoderamiento ante la crisis, en medio de la división de la sociedad nipona entre los valores humanistas y el apego al consumo, lucro y éxito profesional.

La puesta en escena es introspectiva y serena, con medidas explosiones. Gira alrededor de la emoción y reflexión de los personajes en su paulatina adaptación, sugiriendo la idea de que el Japón contemporáneo es lo suficientemente lúcido y maduro para afrontar los incidentes menos previsibles y las circunstancias más anómalas. Todo fluye en medio de un eficaz elenco estelarizado por Masaharu Fukuyama, popular figura musical y radial, además de actor y fotógrafo.

Koreeda, que obtuvo por esta cinta el Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2013 y otros galardones en su país, Asia y el mundo, se fija en cuerpos, gestos, posturas y reacciones, en la complicada interacción entre las cabezas de las familias y entre éstas y los niños, que se convierten en las principales víctimas, «las piezas que faltaban» en los esquemas adultos, ya sea de sus progenitores o terceras personas ligadas con el caso. En ese sentido, la explicación de lo que había ocurrido en la atención médica establece un contexto paralelo de carencias afectivas y así agrava el dolor y la oscuridad en el grupo protagónico, pero el relato asimila el duro golpe y se dirige hacia el equilibrio psicológico y parental.

(Nota: Esta es una versión ligeramente modificada del texto publicado en la edición del 16 de noviembre del Diario El Peruano.)

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Una respuesta

  1. […] Oro, tras haber presentado antes “Distance” (2001), “Nobody Knows” (2004), “Like Father, Like Son” (2013, Premio del Jurado) y “Our Little Sister” (2015). Sinopsis: Osamu y su hijo se […]

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