Pueblo viejo es la ópera prima del huancaíno Hans Matos Cámac, un western que se desarrolla en los parajes de la sierra central del Perú, con influencias de la obra de José María Arguedas.
La película narra el enfrentamiento entre los tres hacendados más poderosos de la zona, quienes se disputan el agua para el riego de los sembríos. Ellos son interpretados por Christian Esquivel, Iván Lozano y Juan Manuel Ochoa. Mayella Lloclla encarna al interés amoroso de uno de ellos.
«Pueblo viejo», producida por Llanki Cine + Medios EIRL (Chiclayo), fue una de las ganadoras del Concurso Nacional de Cine Regional 2012, obteniendo así un premio de 440 mil soles. La película se grabó en junio de este año en locaciones de Huancayo, Jauja, Acoya, Chongos Bajos y Matahuasi, con un presupuesto total cercano al millón de soles.
A continuación conversamos con el director Hans Matos y con el productor chiclayano Beyker Bances Tenorio:
¿Cuáles son las obras y referencias que inspiran «Pueblo viejo»?
Hans Matos: Nuestra película está inspirada en todas las películas western que he podido ver, además de las historias contadas por mi abuelo.
Los primeros tratamientos del guión, tenían elementos muy del cine norteamericano, en la historia jugaba con elementos como dinero, oro, minas, trenes, rebeliones, etc. Yo ya tenía claro que en su raíz iba a ser un conflicto de familias, pero los elementos siempre me sacaban de la historia, no quedaba completamente convencido de lo que estaba escribiendo.
Comencé a releer literatura peruana, buscando elementos que me ayudaran, cuando llegué a «Agua» de Arguedas, analicé los elementos que intervienen en los conflictos de su literatura y los adapté al guión.
¿Cómo amalgaman la visión que tiene Arguedas del ande, con los referentes del western?
HM: Cuando leí «Agua» sentí que leía un western. «Pueblo viejo» es un western, con mucha influencia de los spaghetti western. Mi intención al escribir la historia era que se sienta universal, que podría estar pasando aquí o en cualquier otra parte. Nunca quise que se sienta «andino».
¿Han visto el cortometraje El chalán, de Alberto Matsuura, que por una década ha sido el único western peruano?
Beyker Bances: «El chalán» es una producción grabada en el norte de nuestro país. Los escenarios, el vestuario, el montaje y las acciones entre sus personajes pintan una propuesta de western; sin embargo el uso de caballo de paso, el poncho y el sombrero, me atrevería a decir que es un western con pinceladas de norte peruano.
Por otro lado, luego supimos de la película muda Luis Pardo realizada en el año 1927, que es considerado como un primer intento de western en nuestro país.
HM: Sí, vi «El chalán» en ‘El placer de los ojos’ hace mucho tiempo atrás. Me gustó bastante e inspiró, al momento de verla yo ya tenía la idea de hacer un western, cuando vi los paisajes de la costa pensé que podría verse muy interesante si se filmaba en la sierra.
Cuéntennos sobre la búsqueda y selección del casting. Cristhian Esquivel y Mayella Lloclla son intérpretes que cada vez ofrecen más en sus actuaciones, y también el popular «Jaguar», Juan Manuel Ochoa.
BB: La selección de actores, fue a través de una búsqueda en conjunto con Carlos Mendoza (jefe de casting), quien daba lectura de los requerimientos citados: propuesta y visión del director Hans Matos.
Llegando a encontrar una matiz de personajes, con trayectoria, capacidad de escuchar y trabajar en equipo, consignando entre ellos: el perfil, porte y rostro marcados (personaje con espíritu de trabajo en el campo); como es el caso de Cristhian Esquivel (relacionarlo con un actor de género western, de ser el caso); así como también, Juan Manuel Ochoa que es la revelación, un Clint Eastwood en version peruana.
Por otro lado, no podemos dejar de lado la propuesta de los figurantes y extras locales. Fieles colaboradores que dan el espíritu, actitud y coraje de un western, con una preciosa fotografía de naturaleza serrana.
HM: El casting fue largo, no había pensado en los actores que podrían encarnar a los personajes, el tiempo nos jugaba en contra y la única fecha en la que teníamos el clima y aspecto que buscábamos era en los meses de junio y julio.
Comenzamos en noviembre, el jefe de casting Carlos Mendoza comenzó a mandarnos propuestas y empezamos a reunirnos con muchos actores. A Cristian Esquivel no lo conocía, cuando lo vi, supe que él tenía al protagonista.
Siempre pensé en Mayella para su personaje. Lo primero que vi de ella fue en Detrás del espejo.
A través de talleres del Lima Cinelab el personaje que interpretó Mayella fue evolucionando en el guión, y cada vez se parecía más a lo que podría obtener trabajando con ella.
Cristian Esquivel me preguntó si conocía a Juan Manuel Ochoa, y no supe quién era hasta que me dijo: es «El Jaguar». En nuestra primera reunión, Juan Manuel escuchó la descripción que le hice del personaje, así como de toda la historia. Entonces comenzamos a tener una conversación sobre la actualidad del tema que estábamos tocando.
Él no quería interpretar a otro villano más, pero cuando le describí que mi visión sobre el personaje es de un corte trágico, pude convencerlo. Finalmente, aceptó y he quedado muy contento con su trabajo.
¿Cuánto tiempo les tomó el rodaje, y en qué estado se encuentra la película actualmente?
BB: El rodaje duró cuatro semanas. Sin duda el aporte de la empresa privada sumó en nuestra producción, con el objetivo de tener un producto de competencia nacional e internacional, con una óptima calidad visual, actoral y narrativa.
Las empresas que se sumaron y confiaron en nuestro proyecto son la casa realizadora Imagen Record’s, la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo y empresas locales, así como colaboradores de la ciudad de Jauja y Huancayo.
La película ahora se encuentra en postproducción. Esperamos tenerla lista en los próximos meses, y estrenarla tentativamente en los últimos meses del 2015.
¿Cuáles son sus antecedentes como realizadores y productores?
BB: He trabajado en el documental «Sólo 10 céntimos» (2008), producido por la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, de Chiclayo, y los cortometrajes «Empuntándose» (2009), producido en FENAVID – Santa Cruz de la Sierra, Bolivia; «El polluelo» (Piura, 2011) y «La marea» (Lima, 2013).
HM: A inicios del 2013 trabajé como segundo asistente de dirección del largometraje Etransrosa, del director Jonathan Relayze. Fue una experiencia abrumadora y muy satisfactoria.
Entrevista: Gabriel Quispe.
Edición: Gabriel Quispe y Laslo Rojas.
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