«Divergente» me gustó. No fue una gran película, de ninguna manera, pero a pesar de que sentía un poco muy similar a otras franquicias para jóvenes como «Los Juegos del Hambre», estuvo lo suficientemente bien actuada y dirigida como para tener su propia identidad y lograr causar algún tipo de reacción emocional en mí. Con la efectiva manera en que logró presentarnos el mundo posapocalíptico en el que viven Tris (Shailene Woodley), Cuatro (Theo James) y los demás, nos dejaba con ganas de ver más, y con la promesa de una secuela con potencial.
Finalmente, un año después, la secuela llegó… y lamentablemente no logró cumplir dicho potencial. El mundo en el que nuestros protagonistas viven es el mismo, pero si es que «Divergente» ya de por sí tenía una trama algo familiar y genérica, Insurgente no logra hacer nada con su historia. La película es casi puro relleno, los personajes no se desarrollan más, las escenas de acción carecen de tensión, y en general se siente más como un puente hacia la conclusión de la saga. La cual, predeciblemente, ha sido partida en dos películas (para maximizar las ganancias, claro está). «Insurgente» es muy larga e inconsecuente, y aunque nunca me aburrió, me decepcionó porque resultó ser bastante inferior a su predecesora.
El MacGuffin (el objeto central del filme que todos los personajes están buscando y por el que todos se pelean, pero que no tiene mayor importancia en la trama) de «Insurgente» es una caja dejada por los fundadores de la sociedad en la que viven Tris y los demás, la cual puede ser abierta únicamente por alguien que sea 100% Divergente. La villana de la cinta, Jeanine (la gran Kate Winslet) está en posesión de dicha caja y se dedica ahora a cazar a todos los Divergentes que pueda, sometiéndolos a pruebas para encontrar a aquel o aquella que finalmente pueda abrirla. (Me preguntó quién terminará siendo “La Elegida”…)
Mientras tanto, todos los fugitivos que se fueron de la ex-Chicago en la película anterior están buscando la manera de derrocar a Jeanine y otorgarle paz a su sociedad nuevamente. Para ello, Cuatro decide formar una alianza con su antes-desaparecida madre, Evelyn (Naomi Watts), quien resulta ser la líder de aquellos que no tienen una facción. Entre los de Osadía y los Sin-Facción, piensan formar un ejército y confrontar a Jeanine. Sin embargo, Tris y compañía tienen que lidiar con algunos obstáculos en su camino a la libertad: la traición de su hermano, Caleb (Ansel Engort, quien trabajó con Woodley en «Bajo la Misma Estrella») y de Peter (Miles Teller, quien trabajó con Woodley en «The Spectacular Now»), el patán del grupo.
El problema principal con «Insurgente» es que no pasa mucho durante sus dos horas de duración. Es cierto, nuestros protagonistas logran formar una suerte de revolución, y Jeanine caza a los Divergentes y realiza experimentos con ellos… pero ahí acaba la cosa. La relación entre Tris y Four es relegada a segundo plano, lo cual significa que los diálogos cursis (tan presentes en la primera entrega) han sido eliminados casi por completo, pero también que sus interacciones nunca llegan a convencer del todo. Tienen sexo (por fin) de manera natural y sutil (después de todo, es una película principalmente para adolescentes), pero cualquier tipo de química que pudo haber habido entre ellos en «Divergente» ha desaparecido. Woodley y James no están tan mal como Dakota Johnson y Jamie Dornan en 50 Sombras de Grey, pero tampoco logran encender la pantalla con su pasión ni mucho menos.
Por muy parecida que haya sido «Divergente» a «Los Juegos del Hambre», al menos tenía una pizca de originalidad, una visión bastante clara por parte de su director y una que otra característica interesante que la diferenciaba de otras propuestas de similar corte.
Insurgente, sin embargo, se siente como un derivado de otras cintas mejores. Tris es una suerte de Elegida (como Harry Potter, Neo, Anakin Skywalker y muchos otros protagonistas de historias fantásticas); la revelación final sobre su mundo posapocalíptico es muy similar al final de Maze Runner; y con sus ciudades en ruinas, se parece bastante (visualmente) a la más reciente entrega de «Los Juegos del Hambre». Siento que el director Robert Schwenke (R.I.P.D) y sus guionistas no tenían una visión clara de cómo querían interpretar la novela de Veronica Roth, por lo que decidieron tomar las partes más atractivas de otras historias.
Al menos la mayoría de actuaciones son decentes. Se nota que Shailene Woodley se toma todos sus proyectos en serio; su Tris no sufre mayor crecimiento o desarrollo en esta secuela, pero al menos la interpreta con pasión y decisión, convenciéndonos de que se trata de una chica fuerte pero vulnerable. Me gustó el que fuera menos quejona que Katniss (de «Los Juegos del Hambre»), y el que estuviese tan decidida a matar a Jeanine. Como Cuatro, Theo James ha mejorado un poco en relación a la película anterior. Sigue siendo medio tieso (y aparentemente tiene una única manera de caminar), pero le pone empeño a su trabajo. Kate Winslet se ve un poco aburrida; su actuación no es mala (Winslet es una de esas grandes actrices que sería incapaz de dar una mala interpretación aunque traten de obligarla) pero me hubiera gustado que exagerase un poco más. Su Jeanine es algo sosa y plana; hacerle más megalomaníaca hubiese sido más divertido. En papeles más pequeños, actrices famosos como Naomi Watts y Octavia Spencer están desperdiciadas, pero le dan credibilidad a sus roles.
Pero quien verdaderamente se roba el show es Miles Teller. Claramente, el joven actor no tiene el menor interés en aparecer en esta saga (de hecho, lo ha mencionado en varias entrevistas), por lo que, curiosamente, es el único que parece estar divirtiéndose… porque no se toma a la película en serio. Su Peter es un desgraciado con carisma, un personaje moralmente ambiguo pero divertido; sarcástico y pedante. Teller tiene las mejores líneas de diálogo (lo cual no es decir mucho, pero bueno….) y las mejores reacciones, y las exprime al máximo. Le otorga cierto sentido de diversión al filme, lo cual sus compañeros, quienes se toman los procedimientos muy en serio, no logran hacer. Lamentablemente su rol no es particularmente grande, por lo que ni sus intervenciones logran salvar del todo a la cinta.
Visualmente, «Insurgente» no carece de encanto. Se nota que el filme tiene un presupuesto mayor al de su predecesor; sus efectos digitales son más vistosos, sus sets son más elaborados, y sus secuencias de acción son más ambiciosas. Sin embargo, llámenme anticuado, pero a mí me gusta que mis efectos especiales dependan de la historia y no viceversa. De nada sirve tener una película bonita si la trama no va a ser nada del otro mundo. Lamentablemente, sentí que muchas de las secuencias más elaboradas fueron incluidas simplemente para distraer y crear algo “increíble”, y no porque la historia lo mereciese. El más claro ejemplo de esto son las simulaciones, las cuales están llenas de efectos digitales y edificios que explotan, pero carecen de tensión o emoción. El resto del filme se ve bien (me gustó la manera en que Cordialidad y sus habitantes fueron interpretados, por ejemplo) pero es durante las simulaciones que Schwenke y su equipo quizás debieron ser más sutiles.
Algo que me llamó la atención de la película fue lo directa que es con la violencia. Como mencioné antes, Tris quiere matar a Jeanine, y se nota bastante empeñada en hacerlo. Las escenas de tiroteos y peleas son bastante brutales y realistas (sin llegar a ser sangrientas, por supuesto) y muchas de las muertes son repentinas y sorprendentes. No estoy seguro si me gusta que los protagonistas de un filme (especialmente uno dirigido a adolescentes, y que se supone es una fantasía creada para entretener) sean tan despiadados con sus enemigos, matando aparentemente sin cargo de consciencia alguno, pero debo admitir que es algo refrescante. Guardando las distancias, me recuerda a las cintas de acción protagonizadas por héroes como Schwarzenegger y Stallone en los años 80, en donde mataban a gente por doquier sin la mínima consecuencia. (No puedo creer que acabo de hacer esa comparación….)
«Insurgente» no es necesariamente una película terrible; a pesar de todas sus fallas y de sentirse como una suerte de monstruo de Frankenstein, construida en base a diferentes elementos de historias superiores, nunca me aburrió; tiene un ritmo rápido y está dirigida con cierta gracia. No, «Insurgente» es simplemente mediocre, un filme lleno de coincidencias difíciles de creer y personajes con motivaciones poco claras. Pero lo peor es que desperdicia todo lo que había construido su predecesora, la cual había desarrollado un mundo interesante y nos había dejado con ganas de ver algo potencialmente intrigante y complejo en su secuela. Con suerte, las siguientes dos entregas de la saga tendrán más historia y cumplirán con la promesa de Divergente.
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