¿Cómo apagar un incendio con el poder la palabra? Crónicas diplomáticas (Quai d’Orsay), mordaz sátira política que se presenta actualmente en la 5ta Semana del Cine Francés, nos introduce en el mundo de la diplomacia y, específicamente, en la olla a presión en la que se transforma la oficina del Ministro de Asuntos Exteriores de Francia.
A esa oficina llega el recién graduado Arthur Vlaminck (Raphaël Personnaz) para una entrevista de trabajo con el Ministro Alexandre Taillard (Thierry Lhermitte). Sin mucho trámite, es contratado de inmediato y recibe la misión de encargarse del “lenguaje”. Pronto, Arthur descubre que su verdadera labor será redactar los discursos del Ministro para cada reunión, presentación, cumbre internacional o pronunciamiento ante una crisis internacional.
Como tantas otras películas que muestran los duros procesos de aprendizaje y adaptación desde la mirada del novato, Crónicas diplomáticas presenta la trayectoria que debe seguir Arthur para conocer y entender al ministro, descifrar sus expresiones y frases favoritas, empaparse de todos los temas de coyuntura que ocurren en el país y el mundo. Porque como él mismo le confiesa a su novia, tratando de hacerle entender la importancia de su trabajo: “Una palabra de más y estalla una guerra”.
El guion de Christophe Blain y Abel Lanzac -quienes han adaptado su propia novela gráfica para esta versión cinematográfica- acierta en el tono sarcástico con el que muestra el enrevesado laberinto burocrático, la profunda hipocresía disfrazada de buenos modales en la que se basa la diplomacia y el hinchado mesianismo de un ministro que cree que con sus estudiados discursos puede conseguir la paz mundial.
Asimismo, la narración establece un paralelo entre la vida personal y profesional de Arthur. Mientras que en su oficina se reproducen las intrigas políticas y sube la adrenalina cada vez que se acerca el plazo de entrega de un discurso, en su casa Arthur vive una cómoda relación con su comprensiva novia Marina. Ese aspecto es el más flojo de esta comedia, pues carece de matices y no tiene el mismo ritmo cínico y desenfrenado de las escenas que involucran al ministro y sus asesores.
Thierry Lhermitte es uno de los rostros representativos de la comedia francesa, habiendo participado en cintas como La cena de los idiotas, Le placard, Un indio en París, entre otras. En esta ocasión, interpreta con una energía desbordada a un ministro ególatra, que está tan fascinado con sus propias palabras que no tiene tiempo para escuchar a los demás, que suele tener a la mano alguna cita de Heráclito que exprese su estado de ánimo y que camina con tanta determinación que cada vez que ingresa a una oficina todos los papeles salen volando.
Por su parte, el veterano actor Niels Arestrup (El llanto de la mariposa, Un profeta) destaca en el rol de Claude Maupas, el Director del Consejo de Asesores, quien siempre maneja un tono sereno y sabe imponer orden en medio del caos que se desata ante cada crisis que aterriza en su oficina. Esta notable actuación, que privilegia las sutilezas en las miradas y en la entonación de la voz, fue galardonada con el César al mejor actor de reparto.
El director Bertrand Tavernier (La vida y nada más, Un domingo en la campiña, La Princesse de Montpensier) dirige con buen pulso esta comedia desinhibida que no teme mostrar las paredes prefabricadas que sustentan la diplomacia y los delirios de grandeza que muchas veces acompañan a los poderosos cuando se paran frente a un micrófono.
Dato: La película se verá en Lima, el lunes 15 de junio a las 7:30 pm y el miércoles 17 a las 9:30 pm en las pantallas del Centro Cultural de la PUCP, como parte de la 5ta Semana del Cine Francés
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