Cuando Steve Jobs y John Lasseter fundaron Pixar en 1986 sabían que algún día iban a revolucionar la forma de hacer cine animado, y no se equivocaron. La llegada de Toy Story en 1995 marcó un hito en la historia del cine.
Se trataba de la primera película hecha enteramente por computadora y narraba la historia de juguetes que interactuaban entre sí cuando su dueño no los veía. Boom, un hit sin precedentes. Pixar creció y hasta la fecha, nos ha traído más de una historia memorable y ha establecido un sello propio a la hora de hacer películas. Por eso, y debido al estreno de Intensa-Mente, decidí hacer una lista con mis siete películas favoritas de Pixar, en un orden de menor a mayor. Las siete escogidas significan mucho para mí, así que no me fue muy difícil organizarlas.
Antes debo acotar que dejé fuera de la lista a Ratatouille de Brad Bird y Jan Pinkava, no porque no me guste, sino porque simplemente no me parece una cinta muy redonda en cuestión de narración y desarrollo de personajes, a pesar de tener uno de los desenlaces más hermosos hechos por Pixar. También dejé fuera a Bichos: Una Aventura en Miniatura, Monster University y Brave, porque a pesar de ser entretenidas, no llevan consigo ese sello que tanto caracteriza el trabajo de Pixar. Por otro lado, las películas de Cars son las únicas del estudio que no disfruto en ningún aspecto y, además, siento que representan la crisis creativa del sector más conservador de la empresa. Desde el fondo de mi corazón, deseo que con el éxito que viene consiguiendo «Inside Out» en la crítica especializada, se den cuenta que hacer otra de «Cars» no es buena idea. Sin más preámbulos, les dejo mi Top 7 de películas producidas por Pixar.
7. Monsters, Inc. (Pete Docter, Lee Unkrich & David Silverman, 2001)
Fue la primera película Pixar que vi en mi vida, incluso antes que las de Toy Story. ‘Monsters, Inc.’ nos presenta a Sully y Mike, unos amigos monstruos de una realidad paralela a la nuestra que trabajan en una fábrica que produce energía para su mundo con los gritos de niños humanos. Una niña logra cruzar la barrera de los mundos y gracias a ella, descubrimos que, a pesar de vivir asustándolos, los niños son la peor fobia de los monstruos. Boo, como empiezan a llamar a la niña, se encariña con Sully, quien buscará la forma de regresarla a su mundo sin que las autoridades la descubran. Y nacerá una irrompible amistad.
El característico derroche de imaginación en el diseño de personajes y la buena pareja que forman los protagonistas son una excusa perfecta para darle una oportunidad. Además, la banda sonora encaja a la perfección con el mensaje que la película nos quiere transmitir: aceptar las diferencias de la gente y no prejuzgar a nadie por su aspecto. Una historia de amor y amistad que no debe dejar de ser vista. Una pena que la precuela no haya estado a la altura. «¡Gatito!».
6. Finding Nemo (Andrew Stanton & Lee Unkrich, 2003)
¿Quién no se aprendió la dirección del dentista que tenía a Nemo? Esta historia de un pez payaso que busca a su hijo perdido acompañado por una pececita olvidadiza nos cautivó a todos y nos regaló más de una escena memorable (esa en la que Marlin conoce a Dory es mi favorita). A pesar de estar muy dirigida al público infantil, ‘Finding Nemo’ es una de mejores formas de representar el amor de padre y las dificultades de llevar una familia a flote, a pesar de las adversidades de la vida, esto acompañado de un importante y fuerte mensaje: no sobreprotejas a tus hijos (pero tampoco los desatiendas).
‘Finding Nemo’ es una montaña rusa de emociones en el que la comedia es manejada de forma correcta, en la que Pixar demostró su calidad de animación creando un hermoso mundo marino, y donde vimos nacer a Dory, el personaje más carismático y entrañable de la película, una pez con problemas de memoria cuya voz en inglés fue prestada por Ellen DeGeneres. Tal es su popularidad y el amor de los fans, que en dos años protagonizará la secuela, ‘Finding Dory’. Las expectativas son altas. Otro plus son los peces del dentista, claras representaciones de las emociones humanas. «Nada-remos, nada-remos».
5. Toy Story (John Lasseter, 1995) y Toy Story 2 (John Lasseter, Lee Unkrich & Ash Brannon, 1999)
Es imposible para mí imaginarlas separadas. Entre otras cosas, porque las vi juntas cuando era niño, y siempre las he considerado una sola historia hecha con cariño y amor por el arte. La primera de ellas, más allá de ser un hito en la historia del cine moderno, es una película muy bien escrita y llena de personajes con los cuales es imposible no encariñarse. ‘Toy Story’ nos hizo descubrir por primera vez los pilares de Pixar: personajes carismáticos, el choque de fantasía y realidad (Buzz Lightyear y el descubrimiento de que no es un agente espacial me marcaron de por vida), y el humor inteligente, ese que no tiene miedo a criticar lo absurdo.
Woody y sus amigos regresarían años después con una secuela (para muchos, superior a la original. Yo no lo creo), igual de emblemática y sentimental. Llegaron nuevos personajes y varias escenas que, hasta ahora, me emocionan de la misma forma cada vez que las veo: la triste canción de Jesse la Vaquerita explicando cómo llegó a la casa de Al, y la muy bien lograda escena de las maletas en el aeropuerto. Si bien ambas películas se quedan algo cortas a nivel técnico comparadas con la tercera y las que produciría después Pixar, están tan bien contadas que no importa mucho. Son hermosas.
4. Wall-E (Andrew Stanton, 2008)
Si alguien calificara a ‘Wall-E’ como una película de amor, no me quejaría, tiene los recursos para serlo. Sin embargo, más allá de eso, ‘Wall-E’ es una reflexión muy seria sobre nuestro papel como agentes responsables del deterioro de nuestro planeta. Pixar nos presenta una historia maravillosa protagonizada por pequeño robot recolector de basura del año 2805, que tiene el encargo de limpiar la Tierra abandonada por la contaminación, y hacerla nuevamente habitable. Y en la ecuación también entra EVA, una robot de la que Wall-E se enamora. Juntos nos regalan una historia de amor que demuestra que en medio de lo calamitoso, lo hermoso puede abrirse paso. Un golazo.
Sin duda alguna, la mejor escena de la película es el baile en el espacio de EVA y Wall-E, que no solo demuestra un alto nivel de animación, sino que también nos proyecta las emociones de ambos personajes. Un plus es que viene acompañada por la canción “Define Dancing” de Thomas Newman y Peter Gabriel. Cada uno de los movimientos de los protagonistas representa la esperanza de poder salvar al mundo que nosotros mismos hemos dañado, todo al ritmo de una música que causa emociones y escalofríos de alegría. Magnífica.
3. The Incredibles (Brad Bird, 2004)
En 2004, Brad Bird y ‘Los Increíbles’ demostraron que el hecho de que Pixar se dedicara a la animación no significaba que solo los niños podían ver sus películas. ‘Los Increíbles’ marcaron un nuevo eslabón en la evolución de Pixar como creadores de historias. La película narra los padecimientos de una familia con poderes que vive en una ciudad que rechaza a los superhéroes. El padre, que alguna vez fue un reconocido héroe, vive aburrido de ocultar sus habilidades y decide regresar al ruedo, pero necesitará la ayuda de su familia para vencer a un temible villano que planea destruir al mundo.
‘Los Increíbles’ es una divertida, palpitante y emocionante aproximación al mundo de los superhéroes y sus necesidades humanas, cuyo nivel de desarrollo emocional ya quisieran alcanzar las producciones de DC y del entretenido (pero algo asfixiante) universo Marvel. Con personajes entrañables y carismáticos, lo más destacable de la cinta es su brillante trabajo de animación y su guion perfectamente escrito, que incluso consiguió una nominación al Oscar. Esta cinta utiliza mecanismos propios del cine live action, los traduce a la perfección, y consigue un resultado maravilloso. Y la canción de los créditos es una joya única. Bravo, Brad Bird.
2. Up (Pete Docter & Bob Paterson, 2009)
Pixar se arriesga constantemente y la historia de ‘Up’ es el ejemplo más claro. Así nomás no vemos una cinta animada protagonizada por un anciano. Al menos, no en el Hollywood mainstream. Carl Fredricksen es un veterano que, tras sufrir la pérdida de su esposa, se embarca en una aventura postergada por años al amarrar miles de globos a su casa y volar hacia Sudamérica. Él es acompañado por un niño regordete en una alegoría del encuentro de dos épocas de la vida y lo bien que pueden llevarse si se lo proponen. Representan, además, el mensaje principal del film: para aventurarte para cumplir un sueño no importa que tengas 8 o 78 años.
Tiene muchas escenas para el recuerdo, pero no hay ninguna tan emotiva como la secuencia inicial. En solo diez minutos, Pixar construye una intensa historia con personajes perfectamente delineados cuya relación es épicamente romántica, pero marcada por una tragedia, y todo esto, sin decir una sola palabra. Solo nos han planteado la premisa de la historia y el protagonista ya nos tiene a todos de su lado. ‘Up’ es una maravillosa película centrada en la odisea personal de su protagonista para honrar la memoria de su esposa, emocionante en los momentos exactos, divertida desde el inicio e insuperable en lo entrañable que resulta el final de la historia. Lucha por tus sueños, hombre, no pongas excusas.
1. Toy Story 3 (Lee Unkrich, 2010)
Tenía 17 años cuando fui al cine a ver la tercera parte de ‘Toy Story’. Recuerdo que fui algo escéptico con la historia que nos pudieran contar. Quedé complacido, no solo porque respetaron la esencia de las dos primeras películas, sino también porque nos presentaron a uno de los mejores villanos que ha tenido hasta la fecha el cine animado, el oso Lotso. Ese oso representaba muchas de las fases de la frustración humana y los mecanismos de defensa que utilizamos cuando tenemos miedo de enfrentar al mundo. Esas cosas convierten a ‘Toy Story 3’ en una película aventurera y madura a la vez. Woody y Buzz también son mejor perfilados y se puede notar en ellos un gran avance en el desarrollo de sus personalidades. Un plus es la escena en el basurero, emotiva al máximo.
Los nuevos personajes (Barbie, Ken, Bebote, los juguetes de Bonnie) también son grandes aciertos y no saturan la trama en ningún aspecto. Al contrario, aportan más de lo pensado. ‘Toy Story 3’ está excelentemente narrada, con giros propios de un drama adulto, y cierra la historia con un lacrimógeno final que le rinde un excelente homenaje al espectador que siguió la franquicia desde 1995. Porque sí, nosotros somos Andy. Él es la representación gráfica del fanático en pantalla. A pesar de verse como un personaje secundario, Andy es el gran motor de la trilogía, es sobre quien se generan todas las acciones y quien genera los sentimientos de unidad y amistad entre sus juguetes. Por eso, la escena en la que se va en su auto a la universidad es una representación perfecta del cierre de nuestra niñez y del comienzo de la adultez. ‘Toy Story 3’ es la mejor película de Pixar porque representa el alcance de la madurez emocional y creativa, por parte del público y del estudio mismo. Y la canción del final es perfecta.
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