Crítica de «Pesadilla en la clínica» (Fear Clinic), con Robert Englund

Todos los amantes del cine de terror queremos.. No, no queremos, AMAMOS a Robert Englund. Así, en mayúsculas. Y cómo no hacerlo, si interpretó al villano más popular de los años ochenta en la saga de “Pesadilla en Elm Street” (1984). Bajo la batuta del genial Wes Craven, dejamos de ver a Englund como el entrañable Willie de “V: Invasión Extraterrestre” (1983) para recordarlo eternamente como el carismático psicópata (si es que se me permite juntar ambas palabras) de rostro derretido y sed de venganza. Así es, señores: después de esta saga, nuestras pesadillas tuvieron nombre y apellido: Freddy Krueger.

Muchos años después, con varias películas de terror en su haber y apariciones especiales en series de televisión, Englund participa esta la versión cinematográfica de una serie online protagonizada por él y por Kane Hodder (¿alguien reconoce al hombre de la máscara de hockey?): Fear Clinic (2015), donde Englund vuelve a encarnar al Dr. Andover, un psiquiatra que pretende curar las fobias de sus pacientes a través de algo que él creó y llama “cámara del miedo”, con funestos resultados.

Fear Clinic, la película, pudo resultar interesante. Pero no arriesga pese a su propuesta y se limita a usar recursos ya vistos con anterioridad: vómitos negros (¿alguien puede decirme cuál es la obsesión de Hollywood con ellos?), cuerpos deformes, etc. La historia, pese a ser promisoria (un grupo ya “curado” por Andover vuelve a él, para ser sometidos al tratamiento inicial, al haber empeorado sus síntomas), se hace lenta, pesada, aburrida.

En este caso, la película, al igual que muchas otras, tiene fobia a innovar. En resumen: “Fear Clinic”, no llega a causar miedo, ni por asomo resulta ser algo resaltante en la filmografía de su actor principal. Pero no importa: igual te queremos, Robert.