«Exorcismo en el Vaticano»: Seguimos lejos de «El Exorcista»


Cuando me pongo a pensar en cuantas películas sobre exorcismo he visto en mi vida, mirar una nueva cinta es como si la historia se repitiese una y otra vez, y claro, teniendo como estandarte máximo a una joya del cine como El Exorcista, creo que cada vez, llegar a esa grandeza se hace bien pesado.

Una de las últimas expresiones de este subgénero del horror que nos ha llegado es Exorcismo en el Vaticano que, si bien, sale aprobada (pero raspando), pasará como muchas de su clase apelando a la frase “si te vi, no me acuerdo”.

La trama gira en torno a una chica llamada Ángela, quien en su fiesta de cumpleaños, se pincha el dedo mientras iba a cortar su torta, por lo que es llevada al hospital. Con el transcurrir de los días, Ángela comienza a comportarse de manera extraña, como por ejemplo, presenta tendencias suicidas, habla consigo misma o incluso en un idioma desconocido.

Debido a esto, su familia acude a un sacerdote, quien al parecer ve en ella actitudes como para decir que esta poseída por un demonio. El Vaticano, al enterarse de esto, envía un emisario a EE.UU. para hacer el tratamiento respectivo, sin embargo se encontraran con que tal vez, estén lidiando con algo más que una simple posesión.

Exorcismo en el Vaticano, toma como referencia inmediata a una cinta (casi) del mismo corte como Estigma, ya que la posesión se manifiesta poco a poco y es por intermedio de un conducto que, como se ha mencionado, esta vez fue un corte (por extraño que se vea). El personaje de Ángela es interpretado por Olivia Taylor Dudley, quien es lo mejor que nos ofrece la cinta, ya que convence en cada escena que se le ve, sobretodo en aquello donde el demonio se empieza a manifestar.

No puede decir lo mismo de los demás personajes, ya que ninguno hace más de lo necesario para darle un poco mas de realce a la historia. Michael Peña como el Padre Lozano, se mantiene muy tranquilo en la mayoría de las escenas, como si lo que sucediera fuera cosa de todos los días para él. Debe ser, tal vez, como él lo explica en el filme, que antes de ser cura fue militar y por eso no se muestra tan contrariado con el asunto, aunque eso para mí no es ninguna excusa.

Siguiendo con ellos, Dougray Scott y John Patrick Amedori, padre y novio de Ángela respectivamente, solo son platos decorativos que, si bien, la acompañan en todo momento, no explotan más de lo debido y quedan por debajo inclusive de Michael Peña. Sorprendentemente, en el reparto tenemos a Djimon Hounsou, un actor que ha sido nominado un par de veces al Oscar quien, al ver primero el tráiler de la película, uno puede pensar que iba a tener una gran participación en la historia, pero es desperdiciado totalmente que, tranquilamente, su papel, como uno de los sacerdotes del Vaticano, pudo haberlo hecho cualquiera en realidad.

¿Cuál es la parte buena de Exorcismo en el Vaticano? Su argumento, lo que posee de fondo, y es que una de las apuestas del filme era mostrar que esta entidad guarda bajo “siete llaves” sus registros de todos aquellos eventos que son perjudiciales para el mundo como el exorcismo en este caso. Igualmente, que a veces el mal no puede ser vencido porque la humanidad prefiere este aspecto a seguir el camino trazado por Dios, ya que ese aspecto es “más sencillo” y no hay muchas reglas, y eso se ve reflejado, definitivamente, en la parte final. Como para tenerlo en cuenta.

«Exorcismo en el Vaticano» pudo haber sido mejor sin ninguna duda, y si bien posee unas tres escenas donde uno puede saltar un poco de su asiento, al parecer hay algo en este género que sigue frenando esa elevación de calidad que el espectador sigue esperando. Veremos quién es el “genio” que un día lo descubra.

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