Travesuras del Amor (título original: She’s Funny that Way) es una película inesperada porque no es el tipo de historia que solemos ver en cines últimamente. Peter Bogdanovich, director de obras magistrales como Luna de Papel, The Last Picture Show o Saint Jack, nos presenta un filme encantador y divertido, un homenaje a las comedias screwball de la década del 30 y 40 con toques modernos; una cinta simple pero no simplista, llena de humor inteligente y giros imprevisibles. La crítica estadounidense no la apreció (aprobación en Rotten Tomatoes: 34%), pero este es uno de los pocos casos en los que no puedo estar de acuerdo con ellos.
La trama: Owen Wilson interpreta a Arnold Albertson, un director de teatro de Broadway casado con una actriz llamada Delta Simmons (Kathryn Hahn). Los dos parecen estar felices juntos, pero la verdad es que, cada vez que Arnold se va de viaje por trabajo, llama a “damas de compañía” a su hotel, a quienes termina regalando dinero para cambiarles la vida (después de realizar la actividad por la que las contrata, claro está).
Una de esas damas resulta ser Isabella Patterson (Imogen Poots), una rubia inocente e idealista, admiradora de las clásicas estrellas de Hollywood, quien anhela ser una actriz a pesar de las objeciones de sus padres. Y es gracias a una serie de enredos que no pienso revelar, que Izzy termina como la candidata perfecta para la nueva obra de Albertson. Evidentemente, su esposa no sospecha nada, pero Seth Gilbert (Rhys Ifans), su actor principal, al haberla visto salir del cuarto de hotel de Arnold, aprovechará la oportunidad para meterse en sus cabezas y quizás ganarse el afecto de Delta.
Por otro lado, tenemos también al guionista de la obra, Joshua Fleet (Will Forte), quien se ha enamorado perdidamente de Izzy después de verla en el casting, pero que está casado con la psicoanalista Jane Claremont (Jennifer Aniston), cuya larga lista de pacientes incluye a un juez obsesionado con la joven prostituta, y a la mismísima Izzy. Como pueden darse cuenta, Travesuras del Amor es una de esas películas en donde todos los personajes están relacionados sin saberlo, y en donde los vínculos se van revelando poco a poco para crear reacciones divertidas y situaciones disparatadas.
De hecho, podría revelar más sobre la historia, pero hacerlo sería arruinar algo de la diversión que le espera al potencial público de la película. Si es que han disfrutado de comedias de enredos o tipo screwball antes, es muy posible que la vayan a ver sabiendo que la película tendrá varias sorpresas bajo la manga, pero eso no quiere decir que vayan a poder predecir todas. De hecho, Travesuras del Amor es interesante porque contiene dos tipos de giro narrativo: el giro que es inesperado únicamente para el personaje (porque el público ya lo sabe de antemano), y el giro que es inesperado para ambos. Las sorpresas más divertidas pertenecen a la segunda categoría, pero todas funcionan a la perfección; las risas y ruidos de sorpresa que causaron en el público de la función a la que fui deberían ser prueba suficiente.
La siempre encantadora Imogen Poots es nuestra verdadera protagonista; la mayor parte de la cinta está contada desde su punto de vista, lo cual le otorga matices muy interesantes a la historia. Después de todo, estamos viendo situaciones de infidelidad y engaños a través de los ojos de una chica muy inocente, y es precisamente esto lo que hace que el filme sea tan encantador, tan divertido. Poots es muy buena como Elizabeth; naive sin ser desesperante, hermosa y con un acento muy particular (aunque quizás algo exagerado por momentos). Se trata de una de las actrices más sub-valuadas del momento, a quien me gustaría seguir viendo en proyectos tan originales como este.
Como Arnold, Owen Wilson trae consigo su característico humor cínico y autocrítico, y felizmente no llega a saturar; Bogdanovich lo utiliza en pequeñas dosis. Will Forte sigue demostrando que es capaz de ir más allá de sus personajes de Saturday Night Live; Rhys Ifans es encantadoramente antipático como Seth; Kathryn Hahn causa una buena impresión como una mujer que es impulsada a la desesperación, y Jennifer Aniston da una de sus mejores actuaciones en años. Como la psicoanalista que parece estar más loca que cualquiera de sus pacientes, tiene algunos de los diálogos más inteligentes y chistosos de la película. En roles más pequeños, Cybill Shepherd y Richard Lewis resaltan como los padres de Izzy.
«Travesuras del Amor» es una cinta encantadora; me dejó con una sonrisa en el rostro por horas, y a pesar de manejar temas algo complicados como el divorcio, la infidelidad y la prostitución, Bogdanovich nos los presenta de manera graciosa y ligera. La película funciona porque jamás se toma en serio a sí misma, pero también porque sí toma en serio a sus personajes (especialmente al de Poots). Mezclando sátira con humor ácido, diálogo inteligente, y una estética casi teatral (nótese una escena en donde tenemos a cinco personajes lado a lado, en fila, como si estuviésemos viéndolos en un escenario), Travesuras del Amor es una película protagonizada por personajes románticos que nos presenta una visión romántica del mundo, pero cuya prioridad no es el romance (al menos no el romance tradicional y cursi). Y es ahí donde radica su genialidad.
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