Dos Besos, la más reciente producción del afamado director peruano Francisco Lombardi es una película correcta pero sólo cumplidora, al punto que incluso puede dejar una sensación de vacío. Es cierto que celebramos la vuelta a la dirección de Lombardi, por ser un referente del cine nacional de los últimos treinta años, pero su nueva película por momentos se torna algo densa, y la historia se enreda al punto que deja la impresión de alargarse demasiado.
Basada en un guion de Augusto Cabada, compañero de aventuras de Lombardi en sus principales producciones, «Dos besos» cuenta una historia (segmentada en tres capítulos, lo cual contribuye a que no tenga un mejor ritmo) de amor y celos, enmarcada en un triángulo amoroso bastante complejo. Se trata de una historia plana, gris, sin mayores quiebres dramáticos.
Técnicamente está bien lograda, la fotografía es por momentos fría y distante. Lo mejor son las actuaciones, que ya es una constante en las más recientes producciones nacionales. Mayella Lloclla y Wendy Vásquez se lucen en los roles protagónicos, junto a Javier Valdés. Los demás personajes son bastante secundarios, como el confidente de la protagonista y conductor de un programa de televisión o los asistentes de producción del canal, personajes minúsculos que no le aportan valor alguno a la historia. Mención aparte para la escena del accidente automovilístico (evito dar mayor detalle) que debe estar entre las mejores realizadas en producciones nacionales hasta la fecha.
Anotemos aquí algunos cuestionamientos que le restan fuerza a la historia: el personaje de la hija adolescente de la pareja protagonista, ¿por qué tan estereotipado, rozando casi en lo caricaturesco? ¿Fue un sueño o me parece haber visto a Gustavo Bueno, vociferando su célebre frase pronunciada en La Ciudad y los Perros. ¿Por qué la necesidad de crear una ambiente de thriller policial cuando una esposa engañada y sorprendida sigue de manera casi amateur a la supuesta amante absolutamente inofensiva y casi adolescente? ¿En qué momento la protagonista pierde la fuerza con la que la presentan y se vuelve incapaz de encarar a esta casi adolescente, y por el contrario la invita a tomar un café como grandes amigas? ¿Existe un personaje secundario al que le han doblado la voz, y este presenta problemas de desfase entre la imagen y el sonido, o sólo fue una falla de la sala donde la vi?
En ningún momento pretendemos desconocer el inmenso aporte de Francisco Lombardi al cine peruano, pero a juzgar por sus últimas producciones, creemos más bien que nombres como los de Claudia Llosa, Javier Fuentes–León, Héctor Gálvez, Daniel y Diego Vega, Adrián Saba, Eduardo Mendoza, Gianfranco Quattrini e incluso el debutante en la dirección Salvador del Solar, entre otros, comienzan a adquirir mayor protagonismo y serán los encargados de llevar nuestro cine hacia nuevos rumbos.
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