Esta película es como un campo de pruebas
Esta es tu sexta película y tú la has llamado «una intervención» ¿Cómo salió la idea de «De parias y mendigos»?
Como sabía que iba a tener el verano libre y tenía una cámara GoPro a la que quería darle uso, me proyecté en grabar algo simple, sin gastar mucho dinero y se me ocurrió grabar a una sola persona que fuera una especie de mendigo misterioso con el que me internaría en el centro de Lima para, más que contar una historia, intervenir la ciudad. Quería buscar reacciones en los transeúntes sin que nadie se diera cuenta que todo estaba siendo grabado. Quería meterme en una iglesia y ver cómo reaccionaba la gente, en un centro comercial y ver si me botaban, cosas así. El protagónico no iba a ser yo, pero vi que si lo delegaba hubiera sido muy complicado para esa otra persona dejarse una barba tan grande por tanto tiempo y estar siempre disponible para grabar en condiciones muy incómodas y extremas. Fue ahí que la pensé y me pareció un reto interesante asumir el papel y dejarle la cámara a colaboradores.
Antes de empezar a grabar me preparé yendo pasear un par de días al centro ya caracterizado como mendigo, todo sucio y apestando. Quería ver si la gente me iba a rechazar y, en verdad, toda la gente me ignoraba por completo. Paseé por Barrios Altos en zonas muy maleadas al lado de gente con pinta de pirañas brutales y ni siquiera me miraban. Entonces era como ser una especie de fantasma, como un ser que la gente evita ver, que trata de negar, era parte de los desposeídos, los parias, los mendigos que la gente no quiere ver.
Fue muy divertida de hacer porque fue una intervención, yo literalmente intervenía lo que me cruzaba. Había escenas del guion en que tenía que provocar una reacción de la gente y no pasaba nada. Y habían otros momentos en que buscábamos pasar desapercibidos, pero en los que, inevitablemente, obteníamos respuestas de personas que aparecían de la nada sin querer queriendo.
Esta es la primera vez que realizas un protagónico ¿No?
Yo siempre he hecho papeles chicos en todas mis pelas, más que por figurar, porque a veces es difícil conseguir gente que me apoye. Siempre me ha parecido divertido hacer esta especie de cameoso pequeños roles secundarios. Más bien, cuando algunos amigos me han pasado la voz para hacer papeles en cortos, ahí sí me divierto bastante ya no tengo que preocuparme de nada, sólo seguir indicaciones. No me considero un buen actor pero, como este proyecto sí justificaba un protagónico de mi parte, decidí arriesgarme. Lo que sí, para facilitarme un poco las cosas, decidí que mi personaje fuera casi mudo sólo habla en una escena casi al final y que los secundarios asuman la mayoría de los pocos diálogos que tiene la pela.
En la película hay pocos diálogos y se han doblado, y me quedaba la duda de si era algo planificado o no, por ejemplo en el caso del profeta loco el audio doblado le da cierto aire, pero no en los pocos diálogos casuales.
Inicialmente la idea era grabar con micro pechero pero era muy complicado porque el centro del Lima tiene sonidos muy caóticos y por eso decidí doblar los diálogos. Es algo que no me ha gustado mucho porque siento que algunas actuaciones eran más potentes con su audio original y, al doblarlas, perdieron la intensidad que tenían.
Al editar, decidí enrarecer el clima de toda la película, volando los audios ambientes y poniendo mucha música instrumental y sonidos salvajes. Ya que doblar los diálogos iba a hacer que todo se vea irreal, quise jugar un poco con eso ysiento que en algunas escenas me ligó y en otras no. Pero en definitiva es una película que me gusta porque el proceso de crearla, dirigirla y actuarla fue bastante rico como experiencia y me gustó más que el resultado. No es que el resultado no me guste, pero salió muy distinto a lo que aluciné cuando escribí el guion.
Esta película fue como un campo de pruebas en el que también experimenté con los pros y contras de una GoPro. Yo siempre he dicho que mis películas son como una especie de juego donde los actores se toman y no se toman en serio la que hacen y hablan, donde yo pongo las reglas y dejo que los demás se diviertan, pero en esta oportunidad el que se divertía mas era yo y eso era medio raro. Nunca había hecho una película con un personaje tan solitario y es gracioso que ese personaje sea yo.
¿Cuánto tiempo demoró el rodaje y cuánto tiempo estuviste en la piel del personaje?
Fue entre enero y abril de este año. La primera parte en la que estoy yo solo deben haber sido unos dos meses y medio, luego un par de semanas con la coprotagonista y un mes más para el desenlace con ambos que se grabó rápido en pocos días. En la primera parte de la película en que estoy solo deambulando por las calles no quería parecer como un mendigo normal, quería que la gente pensara que había algo escondido, que había algo secreto, que estaba buscando algo. El hecho de hacerlo en el centro fue un plus para mí ya que, si bien no he vivido ahí, es mi zona favorita de Lima, donde más paro, donde me encuentro con la mayoría de mis amigos, donde voy a tonear, a relajarme, donde iba a ver cine antes. Quería que la pela fuera un poco, no un documental del centro de Lima, pero sí una especie de registro de sus lugares más característicos y recorridos, como Barrios Altos. Hubiera querido grabar en más zonas, pero varias ya eran muy peligrosas, o a veces estaba el problema de que las amigas que me hacían la cámara eran muy bonitas y llamaban la atención. A una hasta la quisieron asaltar, pero por suerte no pasó nada. Ahí el look de mi personaje ayudó a ahuyentar a los ladrones.
La ropa que usé era mía, cada vez que la usaba, la ensuciaba más y más. En la pela no se nota pero olía muy mal, apestaba, y así salía de mi casa de Miraflores hasta el paradero de Larco para tomar el bus azul y cuando subía todos se abrían. Esas cosas me gustaban, me gustaba ser rechazado y ayudaban a meterme en el papel con todo.
Sólo me daba un poco de roche cuando me cruzaba con una chica guapa y se me quedaba mirando, me incomodaba, pero a la vez me divertía harto. Desde niño he tenido una fascinación por la gente rara. Nunca me voy a olvidar de la primera vez que vi un loco calato, es una sensación que me marcó harto. Se puede decir que le tengo feeling a los desposeídos, a los parias, a los freaks, creo que eso se nota en todas las pelas que he hecho. Como anécdota, me encontré con un amigo del colegio que no veía hace más de 10 años, se asustó cuando me vio y me dijo “Rafo, ¿qué ha pasado? ¿Ves? Para eso te dedicas al cine, mira cómo has terminado” (risas). Fue muy divertido sentir eso.
Desde que iniciaste en el cine vienes trabajando con una especie de comunidad de actores o técnicos, una especie de familia, estoy hablando de gente como Sergio Velarde, Darío Abad, Fernando Montenegro, Tilsa Otta, y muchos otros.
Todo partió de «Alienados«, ahí salvo Fernando Montenegro ninguno era actor, luego yo voy conociendo a los amigos de Fernando: Darío Abad, Sergio Velarde, Roberto Cuba, con los que me llevé muy bien y así mi círculo de amistades fue creciendo.Para mis siguientes pelas continúe mezclando amigos amateurs con actores que hacer cosas distintas a lo que normalmente hacían en teatro, tv o publicidad. Eran artistas que querían retos al hacer cine. Me decían “Rafo, mientras más demente, más raro, mas freak sea el personaje más rico para mí porque no tengo esa experiencia”. Es un circulo que se ha ido retroalimentando porque, así como ellos me apoyan, yo también los apoyo con grabaciones, fotografías o registros de sus actividades y con varios tenemos futuros proyectos de todo tipo.Sin embargo, también procuro no repetir muy seguido con la misma gente para evitar un desgaste que es inevitable. Cuando empecé a grabar tenía veintipocos años y todo era más fácil, mis amigos tenían la misma edad, teníamos más tiempo libre, menos responsabilidades, el dinero no preocupaba tanto y podíamos dedicarnos a crear de forma más relajada. Hay un montón de amigos que actuaron en mis primeras películas y que ya no han repetido porque literalmente ya no tienen tiempo, paran full chamba, tienen hijos, se fueron al extranjero, etc. Ahora trabajo más seguido con amigos actores como Darío o Sergio pero la verdad es que también quisiera trabajar con otros actores, gente nueva que me permita experimentar cosas nuevas, distintas, así como sé que ellos también desean trabajar con otros directores, pero es medio complicado por la naturaleza ultra independiente de nuestros proyectos, donde no hay dinero y todo es por amor al arte.
Si bien he conocido gente interesante con entusiasmo para colaborar, al final, muchas veces se me han caído a último momento y también por eso termino recurriendo a mis amigos cercanos. Es por eso que, al empezar a escribir mis últimos guiones, creaba muchos personajes sabiendo de antemano quienes los iban a interpretar. Lo que me facilitaba ciertas cosas, pero que también me limitaba otras. Así fue en «Biopic» donde escribí el guión siempre con Roberto Cuba en mente como protagónico o en “De parias y mendigos” con Katherina Sánchez como coprotagonista desde un principio, luego de verla en “Entonces Ruth” de Fernando Montenegro.Por ahora me ha funcionado bien, pero para seguir evolucionando deseo trabajar cada vez más con gente nueva, incluso del extranjero, ya que siento que, mal que bien, mis películas se parecen mucho por sus repartos.
La música de esta película es entera de Raúl Jardín, con el que has trabajado desde los inicios, desde tus primeros cortos.
En todos los trabajos que he hecho siempre he usado música peruana por una cuestión de feeling, para dar a conocer lo que me gusta y también para no tener problemas con sus autorizaciones de uso. El panorama de música indie existe desde hace mucho tiempo y afortunadamente conozco a varios músicos ya que siempre trato de ir seguido a tocadas de todo tipo. Mientras estaba escribiendo el guión fui a un par de conciertos de Jardín y aluciné que iba a funcionar perfecto para transmitir la atmósfera que buscaba. La música de Jardín trasmite cierta extrañeza y melancolía que le iba bien al personaje de un mendigo deambulando por el centro. Y es que también me encanta, a mi Jardín me parece de los más capos de la escena local.
En la dirección de arte está Hugo Casachahua ¿Cómo fue su trabajo?
Hugo hizo un trabajo mínimo con los vestuarios y detalles para los pocos interiores como el cuarto del dealer, donde le aumentamos cosas, o en el cuarto de la prostituta donde quitamos. En esta película no usamos muchos elementos de arte y la verdad es que no pude aprovechar mucho a Hugo, que es un capo. En la de zombies si vuela mucho y aportó muchas cosas. Entonces, te diría que su chamba no se ha lucido mucho aquí, pero si se lucirá con todo en la de zombies.
A Hugo Casachahua lo conoció Roberto Cuba en una convención de comics y se hicieron patas. Justo Fernando Montenegro estaba por empezar «Entonces Ruth» y el aporte de Hugo le dio mucho vuelo a la película. En una visita al rodaje de Fernando lo conocí y le conté que quería hacer una película de zombies. Sin decirle más, cada vez que iba a su casa, ya iba creado cosas de todo tipo y me decía “mira, he hecho esta cabeza de zombie, este brazo, esta herida, etc” y yo decía “¡Guau!”. Y es que Hugo es un niño grande, pero un niño grande genial.
El año del apocalipsis es una anti película de zombies
¿Cuál es el estado actual de «El año del Apocalipsis»?
Es una película que me ha generado mucho estrés, pero también muchas alegrías. Han sido 34 días de rodaje bien espaciados durante dos años y medio, o sea yo grababa un día y dejaba de grabar un mes. Es una película en que no trato de que sea realista, va a jugar mucho con el absurdo homenajeando a la serie a, la serie b y la serie z por igual. Los pocos zombies que van a ver son colaboradores y amigos de 18 a 32 años convocados por internet, así que ya estoy estableciendo unas reglas de juego que espero que el público acepte y siga. La acabo de terminar de grabar en julio de este año, y no descarto probar suerte en los concursos de distribución y post producción del DAFO del próximo año o postular a fondos del extranjero que me permitan una distribución más masiva. Creo que el tema lo permite pues la temática zombie sigue rayando en todo el mundo, pero la película también es bien rara por su propuesta y no sé si le gustará mucho a los fanáticos de Walking Dead. No la considero una película de terror, tendrá sus momentos, pero también combinará momentos de comedia negra, de delirio, de drama y de gore, entre otros elementos experimentales.
Es una película que está dividida en 12 cortos y cada corto tiene su propia personalidad, su propio feeling, es una propuesta bien rara, hay gente que estará esperando que tenga grandes escenas de masas de zombies, mucho gore chicas calatas, pero no hay nada de eso, la película no quería apelar a nada de eso. Creo que he hecho para bien una anti película de zombies, donde me he centrado más en los sobrevivientes humanos que en los zombies en sí, los zombies son literalmente los súper extras yse verán muy poco, nunca en gran número. A mí lo que siempre me interesó fue retratar a los sobrevivientes de un apocalipsis zombie en el contexto limeño. Las grandes películas de muertos vivientes te muestran que el peor enemigo de un humano es otro humano.
La película ya está, la idea es editarla en lo que resta de este año y ver cómo moverla el próximo. Tengo amigos que me ayudarán en este proceso, como el mismo Juan Daniel F. Molero. Pienso seguir el modelo de estreno que usará para Videofilia ver cómo le va a un independiente cómo la marketeará y cómo le va con la estrategia de estrenar en pocas, pero estratégicas salas. Estaré viéndome seguido con Juan Daniel apoyándolo en lo que pueda para ver cómo le va y luego aplicar lo que aprenda de ahí.
Entonces con «El año del apocalipsis» tu quisieras avanzar a un estreno masivo, mayor al que ha sido con tus películas anteriores.
Creo que lo merece. En esta película se han dado grandes esfuerzos, yo me gasté casi todo el premio del FIACID, Hugo Casachahua se sacó la mugre para elaborar todos los efectos y maquillajes, Czar Calla y Beto Méndez me apoyaron detrás de cámaras en condiciones muy jodidas, todos los actores sacrificaron harto para no fallarme y los demás colaboradores también se pusieron la camiseta con roche. La pela es tan mía como de ellos y todos queremos compartirla. Es muy feeling haber conocido a mucha gente nueva realmente chévere y mi mayor deseo es que todos se luzcan y se sientan tan orgullosos como yo. Definitivamente ha sido mi rodaje más difícil por ser mi película más ambiciosa. Hubo mucho sufrimiento hasta en cuestiones que no debieron demandar mucho trabajo, como encontrar las locaciones necesarias sin gastar dinero. Hay muchos lugares abandonados en Lima que parecían prestarse, pero al estar en zonas peligrosas, muy transitadas, muy apartadas o simplemente sin un baño donde la gente pudiera lavarse y orinar, todo se complicaba y eso es lo que dilató tanto el proceso. Por todos estos retos superados de la forma más guerrera posible es que quiero pelear el estreno más masivo posible. Y porque confío en que será una buena película.
Se están dando cosas impensables hace años, que en salas comerciales estén dos documentales peruanos («Hija de la laguna» y «Avenida Larco»), que hayan tantos filmes haciéndose y presentándose, un escenario distinto a cuando tu comenzaste. ¿Cómo ves este panorama y como te ubicas en él?
Tengo un par de proyectos con los que el próximo año por primera vez voy a postular a los concursos del DAFO en ficción, (además del de distribución y post producción con mi pela de zombies). Uno será de ciencia ficción y el otro netamente de terror. Ambos seguirán siendo muy personales, con mi mismo feeling de siempre, pero también serán obras con un potencial comercial, no digo para ser un éxito, pero sí para tentar una acogida considerable. Me gustaría poder estrenar «El año del apocalipsis» y la mayoría de mis próximos proyectos en cines, pero tampoco quiero dejar de hacer pequeñas películas que sean para un circuito alternativo, obras experimentales que no tienen cabida en salas comerciales, pero que también necesito sacar de mi sistema para continuar evolucionando. Me refiero a que quisiera lograr una estabilidad económica que me permita afrontar de ahora en adelante, y siempre constante, diversos proyectos que apunten a estrenarse en cines, sin nunca traicionarme y sin dejar de hacer películas como «De parias y mendigos«. Desde que escribo los guiones, estas pelas son experiencias que me han enriquecido mucho, que me han hecho trabajar bajo presión, que me han retado de una manera brutal y quisiera aplicar eso a películas que aspiren a ser comerciales. En el 2012, luego de estrenar Biopic, dije que mi próxima pela sería de zombies sin dejar de ser experimental, pero que aun así quería estrenarla en salas y me decían “imposible, estás loco, te va a ir mal, el público no está preparado ni interesado”. Pero luego, en el 2013, mientras hacía “El año del apocalipsis”, estalló el boom del cine peruano, para más mal que bien, pero al menos me permite soñar con algo más alcanzable.
Yo sí creo que cada película, desde que la me empiezas a alucinar, a escribir, tienes que saber a dónde va a apuntar, yo antes no la tenía tan clara, yo antes grababa porque era una cosa orgánica para mí, era una necesidad que tenia de expresarme y sacar cosas de mi sistema, decía: “no me importa que esta cámara sea de un formato X, no me importa que casi nadie la vaya a ver”. Hoy en día valoro todas las experiencias que he tenido con todas mis películas, siento que me han dado un montón de cancha, de experiencia y ya me siento más que listo para aplicar todo lo que he aprendido en mis rodajes de guerrilla a un rodaje profesional.
Yo no haría cine si no tuviera los amigos que tengo
Has pasado los últimos 12 o 13 años realizando películas, tienes ya 6 largos y uno por estrenar, un mediometraje y más de 10 cortos, es decir no has parado nunca. El tuyo me parece un ejemplo de perseverancia, una muestra de cierta necesidad orgánica por hacer cine.
O sea de hecho es orgánico pero también tengo la suerte de que mis mejores amigos son aliados que quieren lo mismo que yo. Me acuerdo que cuando yo quería empezara grabar tenía demasiadas ideas, quería hacer dramas, muchas cosas distintas a las que terminé haciendo, pero justamente conversaba con los amigos que quería que me apoyen y terminamos diciendo “que tipo de cine es el que falta, que cosa no se ha hecho, hagámoslo, no importa que fallemos, arriesguémonos con cosas que no se han hecho“, por eso decidí mandarme con obras muy radicales como “Alienados”, “AM/FM” o “Biopic”, propuestas que nunca habían sido desarrolladas en Perú y que eran necesarias para ampliar nuestros horizontes.
En verdad me gusta mucho el retarme, el complicarme en el buen sentido de la palabra, me gusta que me cueste, hasta te diría que me gusta sufrir un poco, es bien rico cuando algo te cuesta más de lo que imaginabas, pero cuando terminas saliéndote con la tuya, es alucinante, imposible de describir. A mí lo que me ha salvado… yo no haría cine si no tuviera los amigos que tengo, gente que son no necesariamente actores o cineastas, sino artistas que quieren decir o hacer muchas cosas, yo no tengo ningún amigo que solo haga un arte, todos quieren hacer de todo un poco, y aunque no todo les salga igual bien, siempre siguen tratando. Me encanta cuando la gente sale de su zona de confort, bacán hacer algo en tu zona de confort, pero mantenerse ahí nunca será la voz si quieres crecer como artista, “sal, arriésgate haz otra cosa, no lo que esperan de ti”.
No sé cuál será el próximo proyecto que haga, hay muchas opciones, pero también es verdad que cada vez somos más tíos, cada vez tenemos menos tiempo libre, cada vez es más complicado coordinar y que nada falle, pero eso también es rico. Cada día de rodaje, antes de que todos confirmen y lleguen, siempre me estreso, me salen canas, sudo y me loqueo, pero cuando el equipo está completo y empiezo a grabar, todo cambia, sonrío como un niño, prendo la cámara y ya es una alegría total. Disfruto demasiado mis rodajes. La camaradería que se logra en mis pelas es muy feeling, muy valiosa y no quiero que cambiar eso, pero también es cierto que este es un momento especifico de mi vida, yo no sé cómoserá mi futuro, si lo rebelde, lo punk, se me agotará, voy a volverme tío, no sé cómo cambiará mi percepción del cine, de las obras, los proyectos, pero mientras me mantenga joven quiero seguir mi estilo.
Felizmente hay ejemplos de gente como Perrone o José Campusano que han resistido y siguen haciendo el cine a su manera, que mantienen ese espíritu punk, ese espíritu vital ¿no?
Es algo que tengo claro desde que comencé, he conocido gente que hace más de diez años que querían revolucionar el cine peruano, pero que, al día de hoy, no han hecho ni un corto de tres minutos. Me dicen “yo no me mandaré a hacer cine hasta que reúna mínimo medio millón para hacer mi pela como quiero” y yo les digo “vas a pasar cuatro o cinco años haciendo un proyecto, bacán, púlelo, anda a laboratorios de guión, postula cada año al DAFO hasta que te ligue, demórate lo que tengas que demorarte, sí, pero cuando tengas tiempo libre, consíguete algo de apoyo y graba alguito, un corto, videoarte o lo que sea, así no te animes a mostrarlo, aprovecha el digital, entrénate, ejercítate, experimenta, desarrolla tu estilo, así, cuando te ganes el medio millón tendrás experiencia y la harás mucho mejor” Yo no concibo eso de hacer una película cada cinco años, sería horrible tener que dedicar tanto tiempo a un solo proyecto, yo no podría ir a un ritmo tan lento, en verdad.
Y claro, hacer cine siempre va a ser difícil, lo es para Spielberg o Cameron, pero hacer cine independiente, comercial o de guerrilla en el Perú es toda una odisea. Se está haciendo más, pero las buenas propuestas siguen siendo muy pocas y no cuentan con el respaldo del público, Ahora mismo están en cartelera los 2 docus de los que hablamos y una gran ficción como Magallanes pero la gente no va a verlas y luego son la mayoría que se queja y reclama porque no hay buen cine nacional. Me aterra saber que las nuevas generaciones prefieren en su gran mayoría “Esto es guerra“, es bien fuerte, me aterra.
Pero creo que con las películas independientes, la forma de presentarlas y exhibirlas basada en el sistema de salas comerciales ya no es válido, porque las salas comerciales sirven a un sistema de exhibición de cine comercial, ultra comercial, con el apoyo de campañas publicitarias fuertes. Entonces las películas independientes necesitan moverse a otras ventanas de exhibición, comenzando por las plataformas online. Sería bueno saber que un espectador interesado en el cine de Rafael Arévalo puede ver las películas en una plataforma online gratuita o de pago, que cada vez más hay opciones.
Si he pensado eso, quiero subir primero “Alienados”, y seguir en orden con el resto de mis películas, una por una cada cierto tiempo, yo quiero que mis películas experimentales lleguen a un público más masivo e internet es la ventana ideal para ellas, porque ¿sabes? yo no he hecho mis películas por lucrar, lo que yo quiero es que se vean.
De Parias y Mendigos
(Largometraje-Experimental / 76 minutos)
(El Topo Producciones, 2015 / Lima-Perú)
Sinopsis:
Un joven y extraño mendigo deambula por el centro de Lima como si estuviera buscando algo que ni él sabe qué es.
Ficha Técnica:
– Guión, Producción, Dirección y Edición: Rafael Arévalo.
– Asistente de Dirección: Tilsa Otta Vildoso.
– Fotografía: Tilsa Otta Vildoso, Katherine Goicochea, Czar Calla y Rafael Arévalo.
– Sonido: Rafael Arévalo y Czar Calla.
– Dirección Artística: Hugo Casachahua.
– Fotos: Katherine Goicochea.
– Asistentes de Rodaje: Beto Méndez, Nicolás Ponce, Pedro Oblitas y Fernando Montenegro.
– Música: Raul Jardín.
Ficha Artística:
01.- Rafael Arévalo
02.- Katherina Sánchez
03.- Darío Abad
04.- Sergio Velarde
05.- Noraya Ccoyure
06.- Terom
07.- Aída Saavedra
08.- Hugo Casachahua
09.- Luz Vargas
10.- Julio García Sifuentes
11.- Markko Cruz
12.- Boris Vizcarra
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