El Festival de Cine de Venecia recibió su primera película India en tamil en competencia este año de la mano del realizador Vetri Maaran (también acreditado como “Vetrimaaran”), quien recientemente se presentó en salas indias con la cinta «Kaaka Muttai», que coprodujo junto a la estrella tamil Dhanush, estrella de sus anteriores largometrajes y que ahora le brinda una mano como productor de su tercer proyecto.
Visaaranai (Interrogation, en su título traducido al inglés) está basado en el libro del 2006 titulado Lock-Up (Encerrado), escrito por M. Chandra Kumar, un chofer de mototaxi (las ubicuas rickshaws, quien para el 2010 ya había escrito 6 libros en tamil [The Hindu]. Auto Chandran, como es apodado, escribió Lock-Up sobre su experiencia al ser detenido y abusado por la policía en una localidad donde no se habla tamil como lengua oficial, sino télugu, curiosidad que Vetrimaaran logró utilizar por medio de coloración en los subtítulos. Ésto me hizo recordar a la presentación del libro de La Historia Sin Fin de Michael Ende que -si lo han leído, por lo menos en inglés- presentó su texto en dos colores distintos, dependiendo si era la historia de Bastian o Atreyu.
En Visaaranai seguimos la historia de Paandi (Dinesh Ravi), un pobre inmigrante del estado de Tamil Nadu (situado al extremo sur del país) que labora haciendo pequeñas tareas en el estado de Andhra Pradesh (localizado al norte de Tamil Nadu) ya que no puede hablar el idioma oficial. Un buen día, Paandi es arrestado sin razón junto a sus amigos, y son brutalmente abusados para hacerlos confesar un delito que no han cometido.
La India es un país de contrastes extremos, tan moderna como lo es tradicional, y lo suele mostrar en la clase de películas que produce. La historia en Visaaranai es el extremo opuesto de las grandes películas masala con popularísimos personajes policiales como en la franquicia hindi de Dabangg (que lanzó además Osthi en tamil y Gabbar Singh en télugu) o la éxitosa cinta télugu Vikramarkudu (que lanzó remakes en canarés, tamil y hindi); todos oficiales famosos, vitoreados por cachetear a los malhechores.
Aquí, Vetrimaaran nos presenta una muy cruda versión de la violencia policial, que empequeñece a la violencia de la vida real mostrada en otros países, o en cintas controversiales como La Noche Más Oscura de Kathryn Bigelow. Visaaranai nos pone a prueba en sus primeros 35 minutos que casi llegan a ser puro “torture porn,” a veces filmado con una bastante estilizada paleta de tonos púrpuras y naranjas, y una cinematografía nocturna que me hizo recordar a otra cinta de tortura policial y corrupción titulada «Ghaath», que salió a comienzos de este nuevo milenio.
El problema principal en la película es que tiene dos historias que nunca llegan a ser una, inclusive cinematográficamente. La experiencia de ser encerrado y torturado injustamente que es el tema central en el libro de M. Chandra Kumar [y es el gancho del trailer] pierde estelaridad cuando Vetrimaaran empieza con el segundo arco [con cambio de paleta de color incluido] sobre un miembro del gobierno en Tamil Nadu (Kishore Kumar) y el oficial de policia Muthuvel (Samuthirakani). Los elementos de suspenso en sí funcionan, y son bastante emocionantes al final, pero se pierden con la extensión de las escenas de tortura.
Una película de suspenso político que se siente atrapada por su bandera de justicia social, dañando en cierta forma la dramática (e inspiradora) historia del autor, quien terminó como activista y escribiendo libros al respecto [Huffington Post].
Pero como que los fans del cine tamil tienen un gusto especial para el suspenso… como por ejemplo las críticamente exitosas Soodhu Kavvum y Onaayum Aattukkuttiyum.
Pueden ver Visaaranai de Vetri Maaran hasta el 15 de septiembre en la Sala Web de Festival de Cine de Venecia.
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