[Crítica] Inmortal (Self/less), ciencia ficción con Ryan Reynolds y Ben Kingsley

El otro y yo

El director hindú Tarsem Singh, autor de «La celda» y «Blancanieves», presenta su quinto largometraje, Self/less, un thriller criminal de ciencia ficción que juega con la idea de la ansiosa búsqueda de la eternidad y la identidad.

Damian Hale (Ben Kingsley) es un magnate enfermo de cáncer que quiere prolongar su existencia a través de un sofisticado y caro proyecto de vuelta a la vida, con la misma mente, pero en otro cuerpo y sin su nombre. Su perfeccionismo le permite un mínimo control en la etapa final de su (primera) vida, por lo que hace una cierta planificación del cambio secreto, aunque no pueda resolver la mala relación con su hija Claire.

La historia escrita por los hermanos españoles Alex y David Pastor –que dirigen sus propias películas, como Los últimos días– explora la ética del uso de la tecnología en el intento de trascender la frontera mortal del ser humano, y somete al poderoso Damian a las preguntas de siempre: «Quién soy», «qué», «cómo», «por qué», «para qué».

No vamos a adelantar mayor detalle, pero sí decir que la llegada de Ryan Reynolds significa un cambio de ritmo del relato y el paulatino enriquecimiento de la personalidad protagónica. Los destellos oníricos con fugaces apariciones de lugares y situaciones van configurando una nueva conciencia que el público asimila poco a poco.

Tarsem Singh se siente cómodo entre los códigos de la ciencia ficción acaso visionaria y de la acción más cercana al policial, en una mixtura que vislumbra en el futuro ya no solo la batalla corporativa por el agua, sino también la caza del saludable cuerpo joven y la permuta físico–química de la identidad personal por compra–venta y/o suplantación.

Las actuaciones son muy correctas, especialmente la de Reynolds, que encuentra matices a su rol y se luce como en Enterrado.

(Versión ligeramente modificada del texto publicado originalmente el 27 de setiembre en el Diario El Peruano).