Después del monumental éxito comercial de Asu Mare y su secuela, la productora Tondero Films se lanza a la aventura de buscar la internacionalización de Carlos Alcántara, al presentar Lusers, una comedia producida en conjunto con la chilena Bamboosa y filmada en Perú, Chile y Argentina, con actores de estos tres países.
El peruano Edgar (Alcántara) se ve obligado a huir de la organización para la que trabaja ante la sospecha de que le ha robado una cuantiosa suma a su jefa (Gaby Espino). En una carretera de la selva, se encuentra con un argentino (Pablo Granados) y un chileno (Felipe Izquierdo), quienes se encuentran en ruta hacia la final del Mundial de Brasil 2014. Juntos se ven envueltos en distintas circunstancias en medio de la selva, mientras intentan llegar a su destino.
Al mismo tiempo que los personajes se pierden en la Amazonía, se pierden también la lógica y los escrúpulos. De pronto, una tribu amazónica los secuestra, solo para obligarlos después a jugar fútbol. Y luego, los recoge una embarcación de supuestos brasileños interpretados por actores peruanos como Andrea Montenegro y Diego Lombardi, quienes pronuncian un pésimo portugués masticado. ¿Tan difícil o tan caro era contratar actores brasileños?
De los tres protagonistas, el más destacado es el argentino Pablo Granados, quien respira un poco más de espontaneidad que sus compañeros. Los mejores momentos del chileno Felipe Izquierdo son aquellos en los que transmite una melancolía que sirve de contrapeso a la comedia. Y Carlos Alcántara interpreta a un mujeriego convertido en héroe, pero no se atreve a salir de su zona de confort, en la que reinan los chistes repetitivos y reciclados.
Es curiosa la presentación que hace el director Ticoy Rodríguez de las comunidades amazónicas. Por un lado, las presenta como un grupo de personajes salvajes y amenazantes que -¡oh, sorpresa!- son fanáticos de los selfies y los smartphones, para luego intentar reivindicarse con un mensaje a favor de la preservación de la Amazonía.
Igual de lamentable es la representación de los personajes femeninos: Gaby Espino, Andrea Montenegro, Alexandra Graña y Claudia Portocarrero son solo maquetas unidimensionales cuyo único propósito es servir de objeto de deseo para el personaje de Carlos Alcántara. Aparecen en escena, con suerte pronuncian un par de palabras, tienen sexo y se van, hasta que pase la siguiente.
Por su parte, el chileno Cristián De La Fuente interpreta a un villano caricaturesco y de un permanente ceño fruncido, cuyas únicas tareas son perseguir a Edgar, secarse el sudor y espantar a los mosquitos.
En cuanto a los valores técnicos, la fotografía ofrece algunos encuadres interesantes de la Amazonía, muchos de los cuales han sido captados a través de drones. Y la edición destaca solo en el primer tercio de la película, cuando se alterna la vida de cada protagonista en su país de origen y se muestra el contexto en el que se desenvuelven antes de conocerse.
Lusers intenta ser un canto a la hermandad entre peruanos, chilenos y argentinos, lo cual es un objetivo loable, sin duda. Y por supuesto que la pasión por el fútbol es la excusa ideal para forjar lazos de amistad. Pero esa premisa es desaprovechada en favor de un sinfín de aventuras absurdas y forzadas. Al final, los tres amigos conforman una sola tribu, perdida en la jungla del sinsentido.
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