Bastan pocos minutos, para ser más exacto desde la aparición de los créditos iniciales, para que Cementerio General 2 deje en claro que estamos ante un producto técnicamente bastante bien elaborado y con estándares de calidad internacional.

Su director, Dorian Fernández-Moris, confirma que viene en un ascenso constante en lo que se refiere al nivel de sus producciones. Su anterior film fue la también bastante bien lograda cinta thriller de acción, Desaparecer. Esta vez vuelve al género del terror (al cual pertenecen sus dos primeros trabajos: Cementerio General y Secreto Matusita), que como sabemos es de los preferidos del público peruano.

El principal logro de Cementerio General 2 es que consigue capturar la atención del espectador de principio a fin, manteniendo la película en su totalidad un muy buen ritmo, y sostenida en muy buenas actuaciones, donde destacan Milene Vásquez en el rol protagónico, interpretando a una conflictuada psiquiatra y madre de familia, junto al muy talentoso niño Matías Raygada, el cual demuestra un excelente manejo corporal debido a las exigencias propias del personaje.
Además podemos apreciar las también muy buenas performances de los actores secundarios, los tan experimentados como talentosos Claudia Dammert, Attilia Boschetti y Hernán Romero. Mención aparte para el entrañable Édgar Vivar, a quien le basta una corta aparición para dar prueba de lo buen actor que es.

La fotografía es correcta, con un buen manejo de colores, que contribuyen a la construcción de una atmósfera adecuada para el desarrollo de la historia. El trabajo en la musicalización es también para resaltar porque le agrega valor a la película. De la misma manera también son dignos de aplauso los efectos y maquillaje siempre necesarios en una cinta de terror como esta.

Aunque son los menos, también existen aspectos negativos por resaltar: el guion se pudo redondear un poco más para engranarlo de mejor manera con su predecesora, la aparición de algunas “figuras mediáticas” es absolutamente innecesaria, tanto como lo es también el desnudo de Leslie Shaw, la cual tiene una muy pequeña participación. “Recursos” lamentablemente necesarios en nuestra aún joven industria cinematográfica para conseguir rebotar en medios y como consecuencia de esto llevar gente a las salas (en su primer día de exhibición llevó la importante cifra de más de 35,000 espectadores), pero que películas como esta deberían evitar.

Sin entrar en detalles, la película culmina con una casi explícita invitación a una tercera parte, la cual de continuar con esta tendencia que cada película de Dorian Fernández-Moris es mejor que la anterior, será esperada desde ya, además de muy bien recibida por las miles de personas que ya han visto las dos primeras entregas de la saga.

Después de algunos estrenos nacionales bastante desafortunados, que no viene al caso mencionar, resulta tranquilizador y refrescante para el cine peruano tener películas sólidas como esta, que en el balance final resulta bastante aceptable.