Tras una inconsistente y desabrida primera parte, Los Juegos del Hambre: Sinsajo – parte 2 se presentaba como el gran cierre épico de la saga juvenil más rentable (y menos pretenciosa) de los últimos años. Sin embargo, «Sinsajo 2» comete el mismo error que su predecesora: anticipa demasiado un gran desenlace que no termina por ser impactante ni satisfactorio, deja de lado lo que hizo a la saga interesante alguna vez, y se centra innecesariamente en forzar un triángulo amoroso que ya en los anteriores capítulos resultaba muy aburrido. La decisión de dividir este final en dos partes le jugó una pésima pasada a una saga con mucho potencial y que había logrado destacar frente a otras propuestas muy limitadas como ‘Crepúsculo’, ‘Cazadores de Sombras’, ‘Divergente’ y demás. ¿Podría considerarse la gran decepción del año? Tal vez. Pero vayamos por partes.
Más allá de la mejora en efectos especiales (si los comparamos con los que se usaron en las dos cintas originales), la película no muestra ninguna evolución en el personaje de Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence), cuya figura protagónica se nota cada vez más forzada y difícil de entender, sobre todo porque durante el desarrollo de la trama, otros personajes, como Gale (Liam Hemsworth), Cressida (Natalie Dormer), Boggs (Mahershala Ali), Finnick (Sam Clafflin) y el mismo Peeta (Josh Hutcherson), muestran mayor predisposición al momento de expresar sus emociones y tomar decisiones importantes. No exagero cuando digo que las pequeñas subtramas de estos personajes secundarios llegan a resultar mucho más interesantes que los problemas que atraviesa Katniss, lo cual se agrava cuando llega el desenlace y son otros y no ella quienes determinan el nuevo rumbo de Panem, la nación ficticia de la novela.
La película comienza torpemente donde terminó la anterior, con Katniss intentando recuperarse tras los ataques que sufrió a manos de Peeta, quien aún tiene estragos del control mental que el Presidente Snow (Donald Sutherland) ejerció sobre él. Después de eso, queda la sensación de que la historia ya no tiene mucho que contar y se resigna a narrar la entrada de los rebeldes del Distrito 13, supuestamente liderados por Katniss, al Capitolio, eso con fin de dar muerte a Snow, con todo y los peligros que eso conlleva. Por su parte, la Presidenta Alma Coin (Julianne Moore) y Plutarch (Philip Seymour Hoffman) preparan, cada uno por su lado, algunos planes alternativos. Es durante lo extenso que resulta esa entrada que queda clarísimo que el director y los guionistas no saben qué hacer con el espacio que manejan, y más allá de algunos aciertos (como la lucha con los mutos y un par de dolidas muertes de aliados), la mayor parte de la película nos presenta diálogos sin alcance narrativo y demasiado repetitivos. El tiempo muerto es evidente y la película desaprovecha por completo ese gran impulso de energía obtenido en las dos primeras entregas de la franquicia.
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Cuando hace algunos años se anunció que Harry Potter iba a dividir su final en dos partes, muchos criticaron esa decisión y calificaron al estudio de oportunista. Sin embargo, y contra todo pronóstico, ambas partes de ‘Las Reliquias de la Muerte’ lograron valerse por sí solas sin sentirse incompletas, pues si bien la Parte 1 le preparó el camino a la batalla final, también nos entregó varias escenas para el recuerdo (la pelea de Ron y Harry, la tortura de Hermione, la muerte de Dobby, etc.) y el tratamiento dramático superó incluso a algunas entregas anteriores de la franquicia de joven mago. Eso no pasa ni por asomo en las partes que conforman ‘Sinsajo’, cuyo mayor error es haber perdido ese espíritu con poder crítico que, de alguna forma, denunciaba el dominio mundial de los medios de comunicación (algo irónico en un blockbuster) y los desastrosos alcances de los gobiernos autoritarios, que, tengo entendido, aún persistían en la obra original de Suzanne Collins. El guion prefirió enfocarse en crear un refrito de ‘Crepúsculo’, con todo y la escena en la que los dos galanes hablan sobre la decisión de la muchacha una vez que los problemas terminen, con ella escuchando mientras se hace la dormida. Parecía sacada de la tercera película de Bella Swan.
Se valora la intención de hacer una cinta épica desde el aspecto visual, pero «Sinsajo – Parte 2» es demasiado irregular, no redondea su historia ni aprovecha el potencial de sus actores (amigo, tienes a Julianne Moore y a Donald Sutherland, ¡úsalos!), por lo que no puede aspirar a ser más que un deslucido desenlace para algo que podía terminar mucho mejor. Katniss no termina por ser la líder feminista en la que se proyectaba cuando la vimos en pantallas por primera vez. Si bien se trata de un personaje muy intenso, ella no logra ser el motor principal de la saga y su final es decepcionante porque su figura no trasciende dentro de la trama, y son otros los que se adueñan de la gloria. Pero bueno, es otra oportunidad perdida.
Así termina la saga de ‘Los juegos del hambre’, con una historia que se contenta con seguir los excesivamente transitados caminos hollywoodenses, alejada de aquellos elementos que la hicieron merecedora de nuestra atención cuando estábamos cansados de magos y vampiros. Por el bien de nuestra relación, yo recordaré a Katniss como ‘La Chica en Llamas’, es la mejor imagen que tengo de ella y la única que en verdad le hizo justicia. Creo que es lo más correcto.
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