Strange Particles
Denis Klebleev
Rusia, 2015
Función: Jueves 10 – 4:00 p.m. – Centro Cultural de España
Strange particles (2015) es un documental que sigue la rutina de un físico, tanto fuera como dentro de la sociedad. Primero dentro de su hogar, una vivienda ubicada en medio de un contexto de apariencia boscosa, atiborrado de libros, anotaciones y fórmulas; luego formando parte de un campamento juvenil, esta vez siendo educador y a la vez vigía de los adolescentes expectantes por la diversión que les promete la temporada de verano. En síntesis, vemos a nuestro protagonista principal como una figura ermitaña y además como una figura de autoridad. Es decir, es como si su presencia vaticinara una introversión, siempre marcando una distancia con la rutina de los demás, o al menos para con los que no están en sintonía con su retórica matemática.
El director Denis Klebleev, más que verse encandilado por la sabiduría numérica de este personaje, observa a este laborioso físico como una presencia que va generando un punto de inflexión dentro del espacio. Es una visión exótica la que se proyecta en este individuo quien cita continuamente teorías y paradojas. Términos que podrían llamar la atención del Christopher Nolan de Interstellar (2014).
Esto indudablemente lo pone en contraste frente a un círculo púber, del que poco entiende (o viceversa). En una secuencia anecdótica, alguien hace notar al matemático que tiene manchada su espalda de pintura. “Debe ser que me he apoyado en algún cerco recién pintado”, resuelve el físico. Qué es sino la marca de pintura fresca dibujada en la espalda la evidencia del exilio de este matemático, una prueba de su naturaleza incomprendida a consecuencia de su extravagancia y pasión por los números, y que lo ha convertido en esta “extraña partícula” que desencaja en un universo que parece no pertenecerle, ¿o es tal vez el mundo que simplemente no quiere que forme parte de sí? Es de hecho ese cuestionamiento pesimista lo mejor de Strange particles; observar a alguien tan lógico dudando de la validez de sus aptitudes.
Field Niggas
Khalik Allah
EEUU, 2015
Field Niggas (2015) es el retrato a una comunidad. Esta es la de los habitantes negros de una calle en Harlem, compuesto en su mayoría por drogadictos. El director y fotógrafo Khalik Allah es un conocido del lugar. Él será mediador en plena nocturnidad. En lo que aparenta una sola noche, el director dialogará con homeless o gente que incluso llega de vecindarios cercanos a fin de negociar o consumir una diversidad de estupefacientes asequibles.
La miseria salta a la vista. Los hay padres y madres de familia, ex presidiarios, pequeños traficantes y limosneros. Muchos de ellos son de pocas carnes. Algunos roban por costumbre pero varios por necesidad. Allah realiza un documental inspirado en la fotografía de retrato. Es decir, el encuadre que ajusta en los rostros y desenfoca el fondo. El lente dramatiza y compone la indigencia casi con lirismo, un tratamiento que décadas atrás había realizado el documentalista Lionel Rogosin en su película On the bowery (1957), un vecindario también ubicado en Manhattan, en donde retrata de una distinta manera a una comunidad de alcohólicos.
Hay sin embargo un discurso panegírico en el filme de Allah. A diferencia del documental de Rogosin, en donde se rescata el gesto humanitario en medio de la miseria provocada por el alcoholismo, en Field niggas existe una defensa por los derechos humanos. Este documental, a propósito del rescate estético que emerge del retrato mismo de la miseria y la drogadicción, abre el debate sobre la cuestionada normativa y proceder de la policía en New York. Allah va acallando los prejuicios sociales a medida que encuadra a estos personajes que transitan.
Es su pase por un filtro humanizador. Ya luego, son estos mismos los que irán dando cuenta de sus exigencias a fin de frenar el abuso de las autoridades, quienes accionan bajo un mecanismo que patenta los estereotipos raciales del imaginario estadounidense.
Silvered Water, Syria Self-Portrait
Ossama Mohamed y Wiam Simav Bedirxan
Siria, 2014
A través de una compilación de videos caseros procedente de distintos autores y grabaciones realizadas por uno de sus directores en la ciudad de Homs, Autorretrato de Siria (2014) registra a una nación devastada por un gobierno opresor. En sus secuencias veremos protestas, masacres, tanto de rehenes como de turbas manifestantes, y brevísimos testimonios de deudos que fueron castigados bajo la orden gubernamental de eliminar a aquellos que estén en contra de la política en vigencia. Lo compilado por Ossama Mohamed y Wiam Simav Bedirxan son en su mayoría imágenes muy gráficas.
El documental está cargado de un lenguaje que retuerce y conmueve a consecuencia de la violencia que se imparte. Las más impactantes tal vez sean aquellas en donde vemos a los más indefensos dañados directa o indirectamente por este conflicto desproporcionado.
Un ejemplo. En una larga secuencia se observa a un niño paseando entre la inmensidad de los escombros. Me viene un inevitable recuerdo a la «Alemania, año cero» (1948), de Roberto Rossellini. Lo que distancia sin embargo al niño italiano del niño sirio, es que este último preserva su inocencia, incluso ante la alerta de un temible francotirador. «Silvered water, Syria self-portrait» es también la charla entre sus realizadores. Ambos poetizando su dialéctica, o tal vez simplemente intentando rebuscar un idioma que ausculte (en vano) la impotencia sentida a igual por el director exiliado (Mohamed) como por la directora residente (Simav Bedirxan), quien además es educadora. El documental bajo ese sentido asume una postura comprometida.
El testimonio de un individuo intentando fundar un cineclub en un pueblo en estado de crisis, en donde pasen películas realistas o de corte social, más que un gesto de afrenta es una acción de enmienda. La misma cacería de registros sobre este conflicto, en un estado en donde la presencia de una cámara es equivalente al ojo enemigo, es un acto cívico.
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