Star Wars es una de las sagas cinematográficas más influyentes de los últimos tiempos. Ha sido copiada y homenajeada en incontables parodias, películas de género, videojuegos y novelas, y tiene uno de los grupos de fanáticos más dedicados y exigentes que uno se pueda imaginar. Es por ello que, a pesar de lo decepcionantes que fueron las precuelas (los Episodios I, II y III) para algunos, este nuevo «Episodio VII, El Despertar de la Fuerza», es una de las películas más esperadas del año, si no la más esperada.
Admito ser un gran fanático de la saga. Es más, pertenezco al Club de Fans en Perú, a quienes ayudé a organizar la gran función de medianoche del Episodio VII en UVK Larcomar. Es por ello que si quieren leer una reseña completamente objetiva (cosa que, en general, creo es imposible, ya que toda opinión es subjetiva por definición), pues tendrán que buscarla en otra parte. Esta crítica está escrita desde la perspectiva de un fanático (quien también resultó ser un crítico de cine), no de un espectador más.
Eso sí, trataré de evitar la mayor cantidad de spoilers posible. Sin embargo, si es que quieren ir a ver la película sin arruinarse absolutamente ninguna sorpresa, recomiendo que paren aquí y que regresen a leer el resto de la crítica después de que hayan visto la peli. Advertidos están.
Hablar a detalle sobre la trama de «El Despertar de la Fuerza» sería un crimen. Basta con decir que, como ya deben saber gracias a los trailers y spots de TV de la cinta, nuestros protagonistas son Rey (una increíble Daisy Ridley), una chatarrera que vive en el planeta desértico Jakku, y Finn (John Boyega), un ex Stormtrooper que decide abandonar a sus superiores, la temible Nueva Orden (los sucesores del Imperio).
Debido a situaciones que prefiero no describir para no arruinar sorpresas, nuestros dos héroes terminarán encontrándose, lo cual los llevará a tratar de traer de vuelta al droide BB-8 a la Resistencia. ¿Por qué? Pues el carismático robotito tiene información de mucho valor para la General Leia (Carrie Fisher), lo cual hará que nuestros héroes sean perseguidos por el temible Kylo Ren (Adam Driver) y el General Hux (Domhall Gleeson). Eventualmente, nuestros héroes se toparán con el gran Han Solo (Harrison Ford) y su fiel compañero Chewbacca (Peter Mayhew), quienes los ayudarán a encontrar la base de la Resistencia.
Si tuviese que describir a «El Despertar de la Fuerza» con una palabra, esta sería “divertida”. Disfruté más de las precuelas que el fanático promedio, pero a la vez soy el primero en admitir que dichas películas carecían del delicado balance entre humor y seriedad que la Trilogía Original supo adquirir con tanta destreza. «El Despertar de la Fuerza», felizmente, logra presentarnos una aventura realmente entretenida, una narrativa que avanza con rapidez y una serie de personajes, tanto nuevos como viejos, memorables y perfectamente interpretados.
Pero ya que disfruté tanto de la película, creo que debería comenzar precisamente con lo que no me gustó. Después de todo, son detalles mínimos que no arruinan la experiencia en general, pero que quizá pudieron ser mejorados a la hora de construir el guión. Si todavía no han visto la película pero siguen leyendo esta crítica (gracias por leer esto, por cierto), sugiero que se salteen los siguientes dos párrafos.
Son dos problemas los que tengo con la cinta. El primero está en la estructura de la historia: por más personajes y planetas nuevos que se nos presenten, no pude evitar sentir que «El Despertar de la Fuerza» se parecía demasiado, por momentos, a «Una Nueva Esperanza». Tenemos a un protagonista (Rey en este caso, Luke en el Episodio IV) proveniente de un planeta desértico que encuentra a un droide (BB-8 ahora, R2-D2 antes) con información valiosa, y que se mete en una aventura para devolvérsela a una Rebelión. Y cómo olvidar a la estereotípica arma súper poderosa—la Estrella de la Muerte en la película de 1977, y la Base Starkiller en esta nueva secuela. El hecho de que, encima, haya una escena en donde proyectan hologramas de ambas súper armas no ayuda a que dejemos de hacer comparaciones. La cinta tiene suficientes elementos nuevos como para que estas repeticiones no me fastidien demasiado, pero creo que al menos evitar el clímax con la destrucción de la Estación hubiese ayudado un poco.
Mi segundo problema: la banda sonora de John Williams. Esto es algo que jamás en la vida hubiese imaginado que tendría que decir; después de todo, John Williams es mi compositor cinematográfico favorito. Sin embargo, debo admitir que la música que ha compuesto para «El Despertar de la Fuerza» es algo decepcionante. No es mala —de hecho, complementa muy bien a la acción- pero ninguno de los temas nuevos que nos presenta es particularmente memorable o “tarareable”. No hay ningún equivalente a la Marcha Imperial o al Duel of the Fates; los únicos momentos musicales que me dieron verdaderos escalofríos incluían los temas clásicos. Me da pena escribirlo, pero si hay un aspecto en el que las precuelas superan por mucho a este nueva entrega, es la música.
Pero estos problemas no son los suficientemente graves como para que le hagan un daño irreparable a la película. De hecho, creo que J.J. Abrams ha hecho un excelente —mas no un perfecto— trabajo al mezclar lo nuevo con lo viejo, la nueva guardia con los veteranos. La manera en que Han y Chewbacca se encuentran con Rey y Finn es memorable (y muy divertida); la integración de Leia a la trama (y el hecho de que ahora sea una General) es perfecta, y los nuevos protagonistas resaltan sin llegar a opacar a los personajes clásicos.
Eso se debe tanto a la buena caracterización que les da el guión, como a las sólidas actuaciones que subo extraerle Abrams a su reparto. Rey es una mujer fuerte, una chica que sabe cómo cuidarse a sí misma y que a lo largo de la película irá descubriendo un poder inimaginable en ella. La novata Daisy Ridley da una actuación magnífica; a pesar de estar protagonizado su primer largometraje, jamás se ve eclipsada por ninguno de los actores más veteranos. La chica es creíble como una guerrera valiente que está descubriendo un mundo nuevo, una heroína con potencial.
Por otra parte, Finn es protagonista de más escenas graciosas de las que hubiese pensando. Interpretando a un Stormtrooper que desarrolla una conciencia, John Boyega logra otorgarle humanidad a su personaje, haciendo que veamos como, poco a poco, se va convirtiendo de alguien inseguro y un poco miedoso a un héroe digno de pertenecer a la Resistencia. Boyega tiende a sobreactuar por momentos (especialmente cuando tiene que transmitir sentimientos intensos), pero en general da una actuación sólida e interesante.
El villano de Adam Driver, Kylo Ren, resultó ser bastante diferente a lo que esperaba. La campaña de marketing de la película lo está tratando de vender como el nuevo Vader, alguien intimidante y maléfico… y hasta cierto punto lo es, pero hay mucho más detrás de la máscara. Solo diré que el personaje tiene una interesante (e inesperada) conexión con nuestros héroes, y que una vez que se revelan sus verdaderas motivaciones (y un poco de su historia pasada), se transforma en una figura un poco más trágica, un poco más patética.
Poe Dameron tuvo menos protagonismo del que hubiese esperado, pero Oscar Isaac lo interpreta con tanto carisma y estilo que uno termina identificándose con él desde la primera escena en que aparece. Considerando su personalidad y su tendencia a decir frases graciosas o responder con sarcasmo, no me sorprendería si terminara convirtiéndose en algo así como el nuevo Han Solo. El gran Max Von Sydow aparece en un rol pequeño pero importante; Lupita Nyong’o parece estar divirtiéndose al interpretar a la digital Maz Nakata; Andy Serkis es imponente como el Líder Supremo Snoke, y Domhall Gleeson es sorprendentemente odioso como el General Hux. Por otra parte, da gusto ver a Leia en su rol como General, y sobre Luke… bueno, no diré nada. Hay cosas que es mejor no revelar en una reseña.
Visualmente, el filme hace un extenso uso de sets, locaciones reales y utilería para darle un look verosímil y gastado a la Galaxia Muy, Muy Lejana. El diseño de las nuevas naves y los nuevos alienígenas es coherente con todo lo que se había presentado en las seis películas anteriores, y diseños más familiares, como el Halcón Milenario o los (algo modificados) X-Wings, se ven tan bien como siempre. Por otra parte, cada vez que Abrams usa efectos digitales (especialmente durante las batallas aéreas) lo hace con mesura, haciendo que la cinta se vea indudablemente moderna pero nunca falsa o exageradamente sintética. Hasta los personajes digitales actuados a través de captura de movimiento, como Snoke o Maz Nakata, se mezclan muy bien con los escenarios reales.
Predeciblemente, el estilo de dirección de Abrams es muy diferente al de George Lucas. La cámara de Abrams es inquieta, siempre en movimiento, a diferencia de la de Lucas, la cual era mucho más tiesa y calmada. Esto le da bastante dinamismo a la película, haciendo que la historia avance realmente rápido, y que las escenas de acción sean intensas y muy emocionantes. Desde las batallas aéreas hasta las climáticas peleas con sables láser (esta vez las coreografías son menos vistosas y más viscerales, más brutales), Abrams logra demostrar que sabe lo que hace cuando se trata de escenificar acción.
«El Despertar de la Fuerza» está lleno de sorpresas que no deberían revelarse en ninguna crítica —es cierto, mucho del desarrollo de la trama ha sido revelada en los trailers y los spots de televisión, pero no puedo dejar de admitir que hubo un par de momentos que me dejaron verdaderamente sorprendido, que me pusieron la piel de gallina y que hicieron que (casi) derrame una lágrima. Desde el fantástico texto inicial (la primera oración me hizo saltar en mi asiento) y la primera imagen en el espacio (de las mejores de la saga) hasta el brillante plano final, «El Despertar de la Fuerza» ofrece varios momentos que me despertaron nostalgia, pero que también me hicieron desear saber lo que se viene a futuro.
Porque es ahí donde radica el éxito de esta nueva aventura: nos hace recordar lo brillantes que fueron Una Nueva Esperanza y El Imperio Contraataca (lo siento, no le tengo un particular cariño a El Retorno del Jedi y los Ewoks), pero también nos vuelve curiosos por lo que se viene con los Episodios VIII y IX. Quizás se parezca demasiado, por momentos, al Episodio IV (en cierto sentido, las precuelas fueron más originales que esta nueva película), y quizás la trama dependa demasiado de coincidencias (aunque algunos las llamaríamos “la Voluntad de la Fuerza”), pero en general se trata de un gran retorno a la Galaxia Muy, Muy Lejana.
«Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza» es una de las mejores entregas de la saga, una película que me dejó temblando de emoción y nerviosismo en la sala de cine mientras se proyectaban los créditos finales, y un gran comienzo para una nueva trilogía. Lo más difícil ahora va a ser tener que esperar un año para el primer spin-off, Rogue One, y un año y medio para el Episodio VIII. Paciencia no más.
A modo de conclusión, mi ranking de la saga hasta el momento sería el siguiente:
1. El Imperio Contraataca
2. Una Nueva Esperanza
3. El Despertar de la Fuerza
4. La Venganza de los Sith
5. El Retorno del Jedi
6. El Ataque de los Clones
7. La Amenaza Fantasma
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