[Crítica] «La chica danesa»: Cuando el verdadero yo despierta


Los cinéfilos podemos estar felices. Estamos en temporada de premiaciones, faltan pocos días para el Oscar (premio que si bien falla en muchas ocasiones en premiar la calidad, siempre levanta mucha curiosidad) y muchas de las películas candidatas están llegando a nuestras salas de cine.

Con ellas, llega La Chica Danesa (The Danish Girl). Dirigida por el ya ganador del Oscar Tom Hooper (por El Discurso del Rey). “The Danish Girl” aparece detrás de la ola (o más bien, el zarpazo) de The Revenant y una lluvia de comentarios, memes, debates y hasta juegos de computadora sobre una muy cantada victoria de Leonardo DiCaprio como Mejor Actor (premio más bien merecido por su prolífica trayectoria antes que por su desempeño en la película en mención). Nominada en cuatro categorías, entre ellas a Mejor Actor para Eddie Redmayne y Mejor Actriz de Reparto para Alicia Vikander, The Danish Girl es una película que, al menos por aquellas ambas actuaciones, merece una obligada revisión.

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Basada en hechos reales, “The Danish Girl” nos cuenta la historia de Gerda y Einar Weneger (Vikander/Redmayne), un matrimonio dedicado a la pintura en la Dinamarca de los años 20. Einar es reconocido como paisajista, mientras que Gerda lucha por hacerse de un nombre propio dentro de la pintura de retratos e independientemente de la creciente fama de su esposo. Ambos son jóvenes, bellos, están enamorados y pasan los días entre lienzos, pinturas y exhibiciones. Cierto día, cuando Gerda pide a su esposo posar para ella, algo despierta en el interior de Einar. Algo que mantuvo dormido durante mucho tiempo. Y que una vez despierto, está dispuesto a reclamar el lugar que le pertenece.

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Eddie Redmayne, si como Einar Weneger está muy bien, como Lili Elbe, su alter ego, está sensacional. Imprime a su personaje tanta femineidad y sensibilidad que confunde al espectador. Nosotros logramos olvidar, por ejemplo ante los sutiles movimientos de mano del personaje, las sonrisas tímidas que dejan atisbar un dejo de masculinidad en la serena belleza europea de Elbe, que en realidad todo se trata de una impostación. Es Lili, desde el momento que aparece en pantalla hasta su último minuto en escena. El trabajo de Redmayne es exquisito y delicado, como las alas de una mariposa. Las risas nerviosas del público en la sala del cine confirman que aún no estamos acostumbrados a este tipo de roles, sino que también Lili Elbe engaña a nuestra vista: es casi imposible distinguir su masculinidad entre un grupo de chicas, por ejemplo. Al lado de la maravillosa Vikander, luce como una amiga más. Y lo mejor de todo: se gana la admiración del público femenino porque no sólo es delicada y sutil, sino también hermosa.

La chica danesaPor su parte, la bellísima actriz sueca Alicia Vikander no en balde es considerada por muchos la revelación del año. Ofrece a su rol la intensidad necesaria para estar a la par con Redmayne. A ella tampoco le toca fácil: al igual que Einar, Gerda también debe pasar por un proceso doloroso, que implica primero aceptar lo desconocido y luego dejar ir lo que conoce. La frustración, más que la tristeza que revelan sus grandes ojos castaños, perfora el alma del espectador, así como el asumir con estoicismo la posición que le corresponde, aunque el amor vuelva a tocar a su puerta, en la forma de Kurt (Matthias Schoenaerts). Al fin y al cabo, Gerda está dispuesta a hacer todo por Einar. O casi.

En resumen, The Danish Girl es una película bastante correcta (a excepción, quizá, de los últimos trillados minutos), que cuenta con dos nominaciones adicionales al Oscar (Vestuario y Dirección de Arte) además de las ya mencionadas. Esperamos que este 28 de febrero los vientos soplen a su favor.

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