[Crítica] «Capitán América: Civil War», o como la Marvel evoluciona junto con su público


Tras la gran sorpresa que resultó “Capitán América: El Soldado del Invierno”, los hermanos Anthony y Joe Russo (conocidos por dirigir varios de los mejores episodios de “Arrested Development” y “Community”) se pusieron en marcha para adaptar uno de los cómics más populares de los últimos años, “Civil War” de Mark Millar, aquel que enfrentó a dos equipos de superhéroes en una batalla por su libertad. Los Russo (de quienes hay que ver Welcome to Collinwood) tomaron la premisa de la historia original y se enfocaron en los puntos que diferencian al Capitán América (Chris Evans) de Iron Man (Robert Downey Jr.), líderes de cada uno de los equipos en disputa. De esa forma, todos los personajes, tanto protagonistas como secundarios, se enfrentan a las consecuencias de sus acciones y superpoderes, para evaluar luego cómo sus propias motivaciones personales influyen en su visión de lo que significa ser un héroe. A pesar de lo saturada que podría verse por la cantidad de personajes involucrados, que incluye el debut en pantallas de Black Panther (Chadwick Boseman) y la presentación del nuevo Spider-Man (Tom Holland), nada dentro de “Capitán América: Civil War” se siente excesivo. Los hermanos Russo mantienen siempre el enfoque de la película en las acciones y decisiones del Capitán América, y en su exploración personal de la responsabilidad moral y el valor de la amistad.

maxresdefault (1)Este crecimiento en relación a otras películas del estudio ha llevado a más de uno a considerar a “Capitán América: Civil War” la mejor película de Marvel hasta la fecha. Y no es una exageración. Un gran punto a favor es que, a diferencia de otras cintas del mismo universo, esta deja de lado los aspectos galácticos (“The Avengers”), tecnológicos (“Iron Man”, “Avengers: Age of Ultron”) y fantásticos (“Thor”) vistos más de una vez, y se centra en la Tierra, no solo a nivel de escenario sino también en el sentido personal. Y es que con más de diez personajes en trajes de colores, un villano genérico y una historia no del todo original, esta secuela podría caer fácilmente en ese grupo de cintas olvidables llenas de pomposidad que han hecho a muchos cuestionar el verdadero potencial de este subgénero. Sin embargo, pese a contar con los detalles mencionados, “Capitán América: Civil War” no cae en lo predecible y avanza con inteligencia, equilibrando elegantes secuencias de acción con el dilema moral que impulsa la trama de la película. Gracias a esa sólida edificación, dentro de su desarrollo narrativo se pueden detectar elementos clásicos de películas de espías y thrillers políticos, logrando captar la atención de un público que busca algo más que complacerse con ver a dos actores famosos darse golpes en el rostro.

La película se inicia con un flashback que busca explicar la forma en la que trabajaba El Soldado del Invierno, Bucky Barnes (Sebastian Stan), cuando era controlado mentalmente por la organización terrorista Hydra, elemento que tomará peso en la trama mucho después. Luego de eso, vemos a los Vengadores enfrentarse a Crossbones (Frank Grillo) en la ciudad de Lagos (Nigeria), desplegando su mejor química y un efectivo trabajo en equipo. Los héroes vencen a sus enemigos, pero en el proceso son responsables indirectos de la muerte de varios civiles involucrados en la batalla, que afecta personalmente a más de un protagonista, sobre todo a Scarlet Witch (Elizabeth Olsen), quien tuvo en sus manos evitar la catástrofe. Este hecho acelera las acciones de los gobiernos mundiales en relación a cómo deben proceder frente a las acciones superheroicas, en un mundo cada vez más inquieto por las destrucciones causadas por los Vengadores y otros seres con poderes. El General Ross (William Hurt), a quien no veíamos desde El Increíble Hulk (2008), es quien le comunica a los Vengadores que deben someterse a una supervisión voluntaria por parte de las Naciones Unidas, esto con el fin de evitar consecuencias como las de Lagos, Nueva York (Los Vengadores, 2012) y Sokovia (Avengers: Era de Ultrón, 2015). Pero, cómo sabemos, eso es algo que más de un miembro del equipo no está dispuesto a aceptar.

Casi de inmediato se empiezan a dibujar las diferencias. Tony Stark, quien se siente responsable por la creación de Ultron, y después de ser encarado por la madre de uno de los fallecidos en Sokovia, apoya abiertamente el pedido de la ONU y busca que sus compañeros se unan a la propuesta. Su amigo James Rhodes (Don Cheadle), conocido como War Machine, se pone de su lado argumentando que es deber de quien quiere proteger el mundo ceñirse a las reglas. Pero el Capitán América no está convencido de eso, él ya fue testigo de la infiltración de poder cuando pertenecía a SHIELD, y cree que ser supervisados por los gobiernos podría llevar a los Vengadores a defender intereses particulares, y no a servir a la población, objetivo por el cual se formó el equipo, por lo que se niega a acatar los “Acuerdos de Sokovia”. Las cosas empeoran cuando ocurre un atentado terrorista en Viena, y Bucky Barnes, ahora desaparecido, es catalogado como el gran responsable. Este evento afecta de manera personal a T’Challa, príncipe de la nación africana de Wakanda, quien buscará venganza contra el Soldado del Invierno. El Capitán, quien confía en la inocencia de su amigo de infancia, parece no tener nada ni a nadie de su lado, pero aún así decide defender sus ideales de libertad y demostrar que Bucky no fue el culpable. Para eso formará un equipo con aliados en los que puede confiar e intentará descubrir quién es el que está detrás de todo, a pesar de que eso implique enfrentarse a Iron Man y a los que antes fueron sus compañeros.

Algo que caracteriza a Capitán América: Civil War es su simpleza. A pesar de contar con tantos héroes, no hay rastros de ese abultamiento de subtramas presente en Avengers: Age of Ultron. Todos los personajes se rigen con parámetros bastante delgados que los integran a la historia con mucha efectividad. Eso hace que las escenas de acción se sientan como algo más que simple violencia física. La batalla entre el Capitán y Iron Man, así como las de sus compañeros, refleja muy bien la evolución de sus motivaciones, que se inician como disputas ideológico-políticas, pero que en el fondo son sumamente emocionales. Podría parecer algo aventurado calificar a la película como un drama (porque no lo es), pero a diferencia de otras películas de cómics estrenadas en los últimos años, es la que mejor ha sabido manejar los conflictos entre personas, y el hecho de que los personajes ya cuenten con una historia conocida por todos, hace más efectivo el resultado. El afecto entre el Capitán y Tony visto anteriormente en las cintas grupales hace más interesante su enemistad. Sumado eso a lo que representa el malvado Helmut Zemo (Daniel Brühl) para la historia, se crea un ambiente oscuro lleno de intrigas y desencantos. Me animo a decir que, solo dentro del subgénero de las películas de superhéroes, “Capitán América: Civil War” es la cinta mejor escrita desde “The Dark Knight” de Christopher Nolan.

1024_2000 (2)Sí, las batallas son emocionales, pero eso no significa que no dejen de ser un show visual. Los hermanos Russo, los coreógrafos de lucha, los stunts y los generadores de efectos visuales diseñaron secuencias de acción de gran fluidez y finas en detalles. Las peleas cuerpo a cuerpo aprovechan al máximo el espacio y el ritmo de los personajes para definir la acción, algo que recuerda más a las películas de “Misión Imposible” que a otras cintas de Marvel. El punto máximo es tal vez la batalla en el aeropuerto alemán, que enfrentó a los dos equipos de superhéroes, y permitió que cada personaje luzca sus poderes y habilidades durante más de quince minutos de acción en potencia. Por el lado de Iron Man, además de ya los mencionados War Machine y Black Panther, también están Black Widow (Scarlett Johansson), Vision (Paul Bettany) y Spider-Man, todos con la misión de capturar al Cap y a Bucky, quienes cuentan con el apoyo de Scarlet Witch, Falcon (Anthony Mackie), Hawkeye (Jeremy Renner), y Ant-Man (Paul Rudd), quien pone la cuota cómica que necesita la película para no estancarse ni volverse monótona. Pero no era sorpresa para nadie que entre todos los héroes presentados, la joya de Marvel, el amigable vecino Spider-Man, sería quien se robaría el show. Los fans del personaje estarán contentos con el desarrollo que los Russo le dieron al pequeño arácnido. Los amantes de los memes también.

Y es que el Spider-Man del inglés Tom Holland es interesante no solo porque se trata del debut del personaje en el Universo Cinematográfico de Marvel tras dos franquicias que quedaron a deber, y después de toda la telenovela que se desarrolló por la propiedad de sus derechos, es interesante porque se trata de una reinvención de todo lo que hemos conocido de él en el cine. Para empezar, el Peter Parker de “Capitán América: Civil War” es prácticamente un niño, es la versión más joven del personaje que hemos visto en la gran pantalla, con dudas de adolescente promedio y con poco control de sus habilidades recién adquiridas, algo muy cercano a los primeros años de la contraparte gráfica, que muchos siempre quisimos ver antes y se nos fue negado por guionistas que preferían verlo salvar a su novia. Acá tenemos a un adolescente en crecimiento que genera confianza y con ganas de aprender y ayudar. Como complemento, las secuencias de acción nos muestran qué tan ágil, capaz y divertido podría llegar a ser el personaje cuando le llegue la hora de presentarnos sus historias en solitario. Resulta anticipado compararlo ahora con las versiones de Tobey Maguire y Andrew Garfield, o catalogar a Tom Holland como el mejor Hombre Araña del cine (primero hay que ver «Spider-Man: Homecoming», que llega el próximo año), pero si algo es cierto, es que ya no quedan dudas del potencial del actor. Queda esperar.

635927830827125544-SP-35243-RDespués del paréntesis arácnido, y siguiendo con el tema de las secuencias de acción, es importante destacar un punto por el cual “Capitán América: Civil War” logra desmarcarse de otras cintas de su género: muchas películas de superhéroes fallan al no lograr conectar las personalidades de los personajes con sus acciones en combate. En esta película, eso sí ocurre, los puñetes y patadas hablan por los héroes, ya se trate de los ideales de libertad del Capitán, el enojo de Iron Man, el crecimiento personal de Scarlet Witch, el dilema moral de Black Widow, el potencial humano de Vision, el respeto de Spider-Man por los demás, o la astucia de Black Panther, cuya inclusión en la trama resulta un acierto importante. Chadwick Boseman lo hace ver igual de inteligente como poderoso, como un líder natural. Muy pocos rechazarán sentirse atraídos por su próxima aventura en solitario. En relación al villano Helmut Zemo, Daniel Brühl queda mejor parado que Robert Redford en la película anterior. Sus motivaciones son más personales y sus acciones llegan a sentirse comprensibles. Además, la interpretación del buen Daniel es bastante convincente. Sin embargo, no logra ser un villano de gran recordación, algo con lo que Marvel sigue padeciendo. Aún así, las acciones con Zemo encajan con el desarrollo de la película, y a pesar de ser su punto flojo, no entorpecen la narración final, llegan a hacerla más intensa: el villano es sometido pero las consecuencias de su plan son evidentes incluso después de su caída.

Sería imposible no comparar a “Capitán América: Civil War” con Batman v Superman: Dawn of Justice, incluso porque después de verlas, se podrían reconocer muchas coincidencias narrativas, pero siendo algo objetivos, se puede concluir fácilmente que son películas muy diferentes. Sin afán de crear polémica, siento que la película de Marvel es efectiva en más aspectos que la cinta de Zack Snyder. Y es una opinión de cinéfilo y no de fan de los cómics. “Capitán América: Civil War” desborda acción, ritmo y equilibrio y, pese a lo complicado que resulta, no deja casi ningún cabo suelto. Es posiblemente la cinta mejor actuada del estudio. Si bien Chris Evans no es un gran actor, cumple dignamente el papel. Y Robert Downey Jr., a pesar de que ya casi no nos muestra hasta dónde puede llegar, hace un trabajo destacable como Tony Stark, cargando las culpas que rodea al personaje y explicando el porqué de sus decisiones. No es un duelo actoral de nivel DiCaprio-Nicholson, pero es lo suficientemente potente para complacer a la platea.

“Capitán América: Civil War” es una alternativa interesante incluso para los poco familiarizados con los cómics de superhéroes, es un blockbuster que escapa del molde, y en un mundo de atolondramiento sistemático, es algo que se agradece bastante. Cuando un estudio entiende que su público evoluciona, y que está obligado a hacerlo con él, es que se obtienen resultados tan satisfactorios con este.

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Una respuesta

  1. Avatar de Richard Asmus

    Como un niño de 10 en los Estados Unidos en 1953, vi cómics ya que estaban destinados: un pasatiempo barato para los niños. Lamentablemente, hoy se han convertido en un pasatiempo barato para los adultos, no porque el género ha madurado, pero debido a que el nivel intelectual de la audiencia se ha deteriorado. Cómics todavía fallan miserablemente para definir el «mal» como nada más que una opinión política. El término «terrorista», como las edades han pasado, ha sustituido los términos tales como «salvaje sediento de sangre,» que se utilizaba para describir el indio americano que luchó para proteger su tierra de la ocupación injusta. Igualmente, ha sustituido el término «comunista», que se utilizaba para definir los que lucharon para proteger a sus pueblos de la agresión económica del capitalismo transnacional.

    Por otro lado, «bueno» no se definen claramente en los cómics, y se convierte en sinónimo de «poderoso», dejando una impresión hipnótica que quien tiene lo más poder no puede hacer nada malo. Sin embargo, una mirada rápida en el planeta Tierra revela que lo opuesto es cierto. «Poderoso» se convierte en «rico» y hace que tanto dinero se puede financiar este tipo de trucos baratos para promover en sí mismo, mientras que deliberadamente dejando «verdad» indefinido. El hecho de que el género de vacío está aumentando en popularidad prueba mi punto.

    En 1953, los cómics se venden por US $ 0.10. Hoy en día, los coleccionistas piden precios exorbitantes por temas originales. Irónicamente, los que están en perfecto estado, nunca abierto, ni una sola palabra que alguna vez leído, son mucho más valiosos que serían versiones jirones leídos por reyes, presidentes y príncipes de todas las partes del mundo. Incluso los coleccionistas saben que no tienen valor literario.

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