[Crítica] «El regreso de la bruja», ¿será el regreso del mejor Nicolas Cage?

No, no se trata de una secuela de La Bruja, aquella excepcional cinta de terror escrita y dirigida por Robert Eggers. No, esta es una nueva película independiente de mediano presupuesto protagonizada por Nicolas Cage.

Pero no teman… no es tan mala. Definitivamente no está al nivel de sus mejores producciones, películas como «El Ladrón de Orquídeas» o «Matchstick Men», pero al menos supera a la mayoría de sus más recientes filmes, joyitas como «The Runner», «Dying of the Light» o, ugh!, «Left Behind». Sé que no es decir mucho, pero El Regreso de la Bruja (su título original en inglés, Pay the Ghost, es superior) logró entretenerme a pesar de no ser particularmente original o emocionante. Quizás se trate del comienzo de una suerte de resurgimiento para Cage. Al menos aparecerá en la nueva película de Oliver Stone, Snowden, a fin de año.

El buen Nic interpreta a Mike Lawford, un profesor de universidad en Nueva York. Vive cómodamente con su esposa, Kristen (Sarah Wayne Callies, de «The Walking Dead») y su hijo de siete años, Charlie (Jack Fulton), y está a punto de recibir grandes noticias en relación a su carrera. Pero en una noche de Halloween, en la que decide ir con su hijo a un vistoso carnaval (y dejar en casa a Kristen, al parecer solo porque el guión así lo requería), Charlie desaparece. Un año pasa, Mike ya no está viviendo con Kristen, Charlie sigue sin aparecer, pero nuestro protagonista está obsesionado con encontrarlo. Además, comienza a tener visiones extrañas, lo cual le permite juntarse nuevamente con su esposa, y tratar de descubrir el misterio detrás de la desaparición de su hijo. Y al hacerlo, desenterrarán una aterradora leyenda celta, la cual quizás debió quedarse en el pasado.

«El regreso de la bruja» no es una película de alto presupuesto, y por momentos esto se nota. A pesar de mantener un tono bastante sobrio por poco más de una hora, el guión decide entregarnos un clímax sobrenatural y exagerado, en el que abundan los efectos especiales pero la verosimilitud es echada por la ventana. Además, a pesar de situarse en Nueva York, es bastante evidente en algunas escenas que el filme fue rodado en otra ciudad (en Toronto, Canadá); sólo las tomas de establecimiento fueron filmadas en la Gran Manzana.

Sin embargo, también hay elementos visuales que me sorprendieron: los cuervos digitales que aparecen cada vez que la bruja está cerca se ven bastante bien, y el director alemán Uli Edel trata de crear una atmósfera de misterio palpable para que la historia no se vuelva demasiado sosa. De hecho, la dirección de fotografía es superior a lo que uno usualmente ve en este tipo de producciones; hay planos bastante interesantes, y escenas (como las que se sitúan en la universidad donde Mike trabaja) que están iluminadas con estilo. No es nada del otro mundo, pero al menos logran diferenciar a «El Regreso de la Bruja» de otras cintas de similar corte.

Soy un fanático de Nicolas Cage, y siempre lo seré. De hecho, el día que logre dirigirlo (aunque sea en alguno de los comerciales de televisión japoneses en los que aparece de cuando en cuando) podré morir feliz. Considero que es un excelente actor —como decía el gran Roger Ebert, muy bueno en películas buenas, pero indispensable en películas malas. En este caso, al ser «El regreso de la Bruja» un esfuerzo mediano, Cage da una actuación decente —nada del otro mundo, pero al menos no recurre a exageraciones o gritos, como las que pudimos disfrutar en películas tan memorablemente terribles como The Wicker Man, el remake del clásico de 1973. Como Kristen, Sarah Wayne Callies es creíble, aunque el personaje no me terminó de convencer —sus reacciones a veces no tienen sentido, y Mike logra convencerla muy fácil (y repentinamente) de que la desaparición de Charlie se debe a fuerzas sobrenaturales.

«El Regreso de la Bruja» quiere ser una película de terror, pero no debió ser “marketeada” de esa manera. Es más un thriller o un drama de suspenso con uno que otro elemento de terror, y si uno va a verla teniendo eso en mente, es mucho más probable que la disfrute. Es cierto, hay uno que otro ruido fuerte o aparición fantasmal repentina, pero el filme está más preocupado en resolver el misterio de la desaparición de Jack y crear una atmósfera de suspenso, que en aterrorizar a sus espectadores. Hay algunas escenas de Nic Cage (y un par de Sarah Wayne Callies) caminando por la oscuridad, investigando ruidos raros y viendo sombras anormales, pero no son el foco de la cinta. Se sienten más obligatorias que esenciales a la trama.

Este es un filme que vale más la pena ver en Netflix o en cualquier otro formato casero, que en la pantalla grande. El trasfondo para el misterio, el cual nos presenta una leyenda celta y una terrible muerte que se llevó a cabo en el Nueva York rural del siglo 17, es más interesante que la historia de Mike y su familia, y aunque Edel y su equipo tratan de darle una estética muy específica a la historia, el filme nunca supera su medianura. Nicolas Cage hace un buen trabajo, pero aunque la película supera a la mayoría de sus esfuerzos recientes, igual nos hace extrañar los días en los que Cage (¡ganador del Óscar!) aparecía en producciones de alto calibre. Ojalá sus días de gloria regresen con el estreno de «Snowden».