[Crítica] Festival Radical 2016: Documental «A punto de despegar», el retrato de una comunidad migratoria

Lorena Best y Robinson Díaz realizan un documental sobre una carencia humanamente elemental. A punto de despegar (2015) sigue a un grupo de habitantes del asentamiento humano “El Ayllu” (también conocido antiguamente como el Fundo San Agustín) a días de desalojar sus casas debido a una petición del Ministerio de Transporte por motivo de la próxima ampliación de un aeropuerto.

Muchos de los que vivían en ese fundo ya se han marchado y sus casas han sido derrumbadas. Aún quedan muchas familias por partir. Los directores, en tanto, se encargarán de registrar a esos últimos pobladores, quienes han terminado por acatar lo que la norma y el contrato dicta. Ante esa situación, Best y Díaz se proponen en abordar su documental mediante dos enfoques. Uno hace esquema general sobre los acontecimientos que se dieron lugar antes y durante el despido territorial. Es el enfoque social-comprometido que demanda a la legalidad que promueve el desamparo de un público menesteroso. El otro es una mirada nostálgica a los recuerdos de generaciones que compartieron un mismo territorio. Es el enfoque antropológico que se concentra en la memoria material apunto de extinguirse.

A punto de despegar interesa a propósito de esa segunda visión que se aparta del plano ilustrativo y promueve una mirada subjetiva, a consecuencia de la congoja ante lo inevitable. En una entrevista, un nieto derrumba lo que fue hogar de su madre y herencia de su abuela. La sonrisa y las palabras de esta persona traslucen esa frontera que divide al acatamiento de la resignación. Esta actitud se parte a medida que se registran nuevos testimonios. Se revela un carácter de sumisión en unos, en otros el de pesadumbre. Muchos de estos casos, sin embargo, coinciden en el plano de lo incierto.

El filme de Lorena Best y Robinson Diaz es un retrato de una comunidad migratoria. Sus miembros serán próximos extraños en tierras ajenas. Por encima del “empezar de cero” está la extinción de un legado que las próximas generaciones no podrán reconocer a causa del arrasamiento territorial. Lastimosamente, en «A punto de despegar» se percibe una perspectiva de saturación dramática. Transportes trasnacionales volando por encima de terrenos humildes una y otra vez, dos ancianos danzando una música de antaño, niños emulando la coacción gubernamental en la introducción del filme. Especialmente esta última, son secuencias que podrían encajar dentro de esa misma visión morbosa que tanto adolecía el cine latinoamericano durante la década de los 80.