«Power Rangers», un reboot inofensivo y naif – [Crítica]


De pequeño yo era un gran fanático de la primera serie de los Power Rangers. La veía religiosamente en la tele, le pedía las figuras de acción a mis padres por mis cumpleaños, y coleccionaba los álbumes de stickers. Hasta fui a ver la primera película que hicieron, «Power Rangers: The Movie», en 1995 (aunque, como entonces tenía solo 5 años de edad, me asusté con algunas escenas).

Incluso hoy en día siento algo de nostalgia por este show, el cual ahora sé no fue más que una peculiar mezcla de escenas grabadas en Japón para una serie totalmente diferente (llamada «Super Sentai») y metraje nuevo, grabado en los Estados Unidos, necesario para los momentos en los que los protagonistas aparecían en cámara fuera de sus coloridos trajes. En retrospectiva, Power Rangers es una serie extremadamente absurda, la cual sin embargo tiene cierto encanto inocente que la convierte en un producto muy entretenido, especialmente para los seguidores más pequeños de la saga.

Es por esto, no obstante, que el director Dean IsraeliteProject Almanac«) tenía una tarea algo difícil a la hora de realizar un reboot de esta franquicia para la pantalla grande: ¿cómo utilizar una premisa algo ridícula para desarrollar una historia medianamente creíble y atraer tanto a los fanáticos nostálgicos de la serie, como a una nueva generación de espectadores? Tendría que combinar lo absurdo con lo serio, lo espectacular con lo risible de la serie, y en ese sentido, la nueva cinta de los «Power Rangers» no está del todo mal.

El protagonista del filme es Jason (Dacre Montgomery, a quien pronto veremos en la segunda temporada de «Stranger Things»), un adolescente rebelde que vive en el pequeño pueblo de Angel Grove. Después de cometer una fechoría que involucra a una vaca y un camión prestado, Jason debe ir al colegio los sábados como castigo. Es ahí donde conoce a dos desadaptados más —la bella Kimberly Hart (Naomi Scott), quien ha sido expulsada de su grupo de populares porristas, y Billy Cranston (RJ Cyler), un chico con síndrome de Asperger, muy talentoso con aparatos electrónicos.

[adinserter block=»1″]

Después de una serie de eventos que prefiero no revelar, estos personajes terminan en una mina cercana al pueblo, donde se encuentran con la colérica Trini (Becky G) y el bromista Zack (Ludi Lin). Juntos, estos cinco adolescentes descubren unas monedas de poder enterradas en un cerro de la mina, las cuales les otorgan poderes increíbles. Pero ahí no termina esto: en la mina también descubrirán una antigua nave espacial, habitada por un ente llamado Zordon (Bryan Cranston) y su fiel robot, Alfa 5 (Bill Hader). Estos les explicarán que han sido elegidos como los Power Rangers, un legendario grupo de héroes guerreros que pronto tendrá que enfrentarse a la maligna Rita Repulsa (Elizabeth Banks), una ex Ranger que ha despertado para destruir Angel Grove, el resto mundo, y eventualmente, el Universo.

Para mi sorpresa, los primeros cuarenta minutos de «Power Rangers» son bastante correctos. Claramente, Israelite estaba interesado en darles personalidades bien definidas a sus protagonistas, historias de trasfondo, y problemas tanto interiores como exteriores, y así evitar que sean solo unos figurines andantes. Y aunque algunos Rangers están mejor desarrollados que otros (Jason, Billy y Kimberly son mejor tratados por el guión), y sus personalidades son bastante genéricas, no funcionan del todo mal. Billy en particular es muy carismático y gracioso, un personaje potencialmente irritante que sin embargo termina por robarse la película.

Con este arranque, en el que se presentan a los protagonistas y el conflicto central, el filme se siente más como un «Breakfast Club» light o como una película de adolescentes rebeldes, que como un blockbuster millonario. Para algunos esto podría resultar algo aburrido —muchos irán a ver «Power Rangers» únicamente por los trajes, los Zords y las explosiones—, pero debo admitir que esta parte más humana y relativamente bien actuada, fue mi preferida. En especial momentos como el de la fogata, en donde cada chico habla sobre sus más íntimos secretos.

En cambio, cuando los Rangers por fin logran transformarse, subirse a sus Zords y pelear con los villanos, es que la película empieza a decaer. Los efectos visuales son decentes, pero las peleas están coreografiadas y filmadas de tal manera que no se entienden muy bien; el director abusa de las cámaras en mano y los cortes rápidos, así como de los cambios de velocidad en ciertos planos, como copiando el estilo de «300» de Zack Snyder. Es aquí donde los chicos pierden un poco de sus personalidades, convirtiéndose en entes coloridos, involucrados en una batalla final destructiva, pero carente de tensión o emoción. (Y ni me hablen del product placement… ¿a alguien le provoca una dona de Krispy Kreme?)

El reparto central está muy bien elegido. El guión será previsible y la premisa muy tonta (es imposible no reírse cuando Zordon menciona a Rita Repulsa con toda la seriedad del mundo), pero Israelite se aseguró de elegir a un grupo talentoso de chicos para interpretar a sus Rangers. Dacre Montgomery (o como algunos inevitablemente terminarán llamándolo, el “Zac Efron tela”) lo hace bien como Jason, el líder del grupo con problemas de rebeldía. Naomi Scott interpreta a una Kimberly con demonios internos difíciles de expresar (y me gustó que no forzaran un romance entre los dos). Becky G interpreta a la primera Ranger lesbiana, y Ludi Lin es muy entretenido como Zack. Pero es el Billy de RJ Cyler, carismático y divertido y entrañablemente naif, quien termina por robarse el corazón del público.

Por otra parte, Bryan Cranston está algo desperdiciado como Zordon. Tiene una escena interesante durante el prólogo del filme, pero el resto del tiempo está atrapado como una cara digital en un muro de su nave espacial. Bill Hader es divertido como Alpha 5, y Elizabeth Banks… bueno, claramente Banks sabe en qué tipo de película se ha metido. Sobreactuando de lo lindo —como imitando a Jeremy Irons en «Calabozos y Dragones»— y divirtiéndose como nunca, Banks interpreta a Rita Repulsa (gran nombre) como una bruja hecha de maldad pura, gritona, burlona y megalomaniaca. ¿El problema? Ese estilo no es coherente con las actuaciones más bien realistas de los chicos que interpretan a los Rangers.

Siendo justos, esta nueva película de los «Power Rangers» representa lo mejor que se puede hacer con una premisa absurda e infantil, millones de dólares en efectos especiales, y actores con talento. La acción podría estar mejor filmada, los diálogos pudieron ser revisados un par de veces más, y la publicidad de marca hubiese podido ser mejor manejada, pero en general, «Power Rangers» es un blockbuster entretenido e inofensivo, que a falta de inteligencia y complejidad, tiene mucho corazón. No pensé que terminaría diciendo esto, pero no me molestaría ver más de estas películas. Peores cosas ha hecho Hollywood.

Nota 1: Hay una escena adicional a la mitad de los créditos finales, imperdible para los fanáticos de los franquicia.

Nota 2: Estén atentos a un par de cameos importantes durante la batalla final.

Archivado en:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *