Al inicio de “La Momia” vemos el logo de Universal Studios convirtiéndose en el nuevo símbolo del “Dark Universe”, el nuevo universo cinematográfico que -así se anuncia- será protagonizado por los clásicos monstruos del cine (aparte de la Momia, están criaturas como el Monstruo de Frankenstein o el Hombre Invisible), demostrando la confianza que la productora le tiene a este nuevo filme después de los fracasos de “Yo, Frankenstein” y “Drácula: La Historia Jamás Contada”. Está claro que ahora sí se están tomando la franquicia muy en serio.
Sin embargo, antes de tratar de desarrollar un “mundo compartido” al estilo de Marvel, los realizadores debieron concentrarse en desarrollar una buena historia. “La Momia” comete los mismos errores que las películas de DC: tratar de insertar personajes nuevos de manera forzada y apurada, así como guiños a un universo más grande. En pocas palabras, “La Momia” es, a excepción de una excelente secuencia de acción durante el primer acto, genérica y aburrida, un filme que trata de presentar acción, terror, comedia y grandes efectos especiales, y que sin embargo no logra hacer bien ninguna de esas cosas.
Esta vez, nuestro protagonista es Nick Morton (Tom Cruise), una suerte de ladrón de objetos valiosos que, junto a su compañero, Chris Vail (Jake Johnson), descubre de casualidad una tumba egipcia en medio del desierto de Iraq. Dicha tumba le pertenece a la Princesa Ahmanet (Sofia Boutella, de “Kingsman” y “Star Trek Sin Límites”), quien fue momificada y enterrada viva hace más de 3000 años. Luego de elegir a Nick como su potencial sacrificio, Ahmanet revive, y dependerá de nuestro protagonista y la investigadora Jenny (Annabelle Wallis) detener a este nuevo peligro. Después de todo, nadie quiere que traiga al dios de la muerte ni conquiste el mundo.
La historia de fondo —una figura importante del antiguo Egipto es momificada y enterrada viva luego de cometer un crimen— es muy similar a la de la película de Brendan Fraser de 1998. No obstante, aunque los flashbacks en el antiguo Egipto están bien hechos, simplemente no logran transmitir esa sensación de misterio y magia que sí lograba la cinta de Stephen Sommers. Es más, esta nueva película ni siquiera logra desarrollar su historia tan bien como el clásico de Boris Karloff, dejando de lado los detalles de la maldición de la Momia —y la manera en que le quita la vida a la gente una vez que ha revivido, para completar su regeneración física— para favorecer la historia de Nick. Es casi como si la Momia fuese una invitada en su propia historia.
Hablando de Nick, Tom Cruise no podría estar más fuera de lugar en esta película. Usualmente su carisma y energía son suficientes para entretener —consideren a la franquicia de “Misión Imposible”, o cintas subvaloradas como “Al Filo del Mañana”— pero en “La Momia”, aquello no es suficiente. Se supone que Nick es un hombre atrapado entre el bien y el mal, un personaje con un conflicto interno muy fuerte, tanto así que requiere pasar por un arco de redención para que la historia pueda concluir de manera algo coherente.
El problema, sin embargo, es que Cruise simplemente no puede actuar como un personaje que vive en una zona moral gris; jamás se siente que él sea una mala persona tratando de hacer el bien, y una vez que es “redimido”, se siente como un momento falso y forzado. El “romance” que es introducido para que esto funcione, además, es de los peores que he visto en una película de gran presupuesto. La química entre Tom Cruise y Annabelle Wallis es prácticamente inexistente. ¡Cómo extraño los divertidos diálogos entre Brendan Fraser y Rachel Weisz!
Es que es casi imposible no comparar este nuevo reboot con la película de 1998 (de hecho, las redes sociales ya están inundadas de comentarios que dicen extrañar al buen Fraser). Mientras que aquel filme era una aventura al estilo de Indiana Jones, ligera y divertida, con buen ritmo y llena de personajes memorables (como el gran Beni, o la misma Momia, interpretada con estilo por Arnold Vosloo), esta nueva versión trata de ser más seria y realista —pero también inserta momentos de “comedia” forzados (y nada graciosos) y escenas de acción exageradas que no generan absolutamente nada de tensión (a excepción de la escena del accidente aéreo).
De hecho, con tres guionistas (¡!) y tres creativos (con un crédito de “Historia creada por”) detrás de la película, se nota que hubo demasiados cocineros en la cocina. Un ejemplo de esto: el personaje de Russel Crowe y su rol en la historia. El actor de “Gladiador” ha sido incluido únicamente para introducir el “universo compartido” al público y nada más, lo cual se siente más forzado que el rol de la Mujer Maravilla en “Batman v Superman”, por mencionar uno de la competencia. O el hecho de que el filme quiera ser un vehículo de lucimiento para Tom Cruise, pero también una historia de terror (que de dicho género, solo tiene un par de “jump scares”) y de aventuras. A diferencia del filme de Stephen Sommers, el cual hasta ahora me mantiene entretenido durante más de dos horas, esta nueva cinta ya me estaba generando bostezos durante su tercer acto.
Annabelle Wallis da una actuación francamente vergonzosa como Jenny, una mujer que se supone es inteligente, pero que en realidad ha sido incluida únicamente para que Cruise tenga un interés amoroso (varios años menor que él, dicho sea de paso). Es realmente patético que una película con un personaje femenino tan pobre como este haya sido estrenada casi a la par de la refrescante “Mujer Maravilla”. Como Vail, Jake Johnson (muy divertido en la serie de TV “New Girl”) no causa mayor gracia, y Courtney B. Vance es desperdiciado en un rol que no podría ser considerado más que un cameo glorificado.
Por último tenemos a Sofia Boutella. Bella, ágil, e intimidante en cintas como “Kingsman” y “Star Trek Sin Límites”, en esta película el cineasta Alex Kurtzman la desperdicia terriblemente, dándole muy poco qué hacer (¡se pasa una buena parte de la historia encadenada!) y convirtiéndola en un monstruo “sexy” pero sin mucha personalidad. Ojalá escoja mejores roles en el futuro.
“La Momia” está dirigida sin una sola pizca de estilo o ingenio. Es un producto hecho únicamente para copiarse de la fórmula Marvel, pero sin entender exactamente porqué dicha fórmula ha funcionado tan bien. Genérica (es como ver cinco películas mediocres en una), sosa, y mal actuada, esta “Momia” debió quedarse enterrada. La película con Brendan Fraser no es ninguna obra maestra, pero definitivamente la prefiero más que este desastre incoherente.
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