«Willaq Pirqa», película peruana quechua se termina de filmar en Cusco


Década de los 70. Sistu, un niño de diez años y los otros residentes de un pueblo andino descubren la magia del cine, que es descrita así por la profesora del niño: “Son como fotos que se mueven sin su almita y cuentan historias”.

Ese encuentro mágico trae consigo un gran descubrimiento, pero también un choque cultural, ya que la población local tiene un conocimiento muy limitado del español. Eligen entonces al niño Sistu para viajar cada semana al pueblo Ollantaytambo para ver una película y luego volver y contar la historia a los aldeanos en la plaza principal. Pero un día cuando Sistu va a Ollantaytambo la tienda donde se mostraban las películas se ha ido. El cine ha desaparecido.

Pero el deseo de Sistu de contar una historia a la gente que lo espera todas las semanas es más grande que su desesperación. Entonces decide crear su propia película, con sus propios actores y su propia cultura, y lo más importante, en su propio idioma. Esa es la historia que veremos en «Willaq Pirqa», película quechua ganadora del 2° Concurso Nacional de Proyectos de Largometrajes en Lenguas Originarias, entregado el 2015 por la Dirección de Cultura del Cusco. [N.E.:Si bien la traducción literal del nombre de la película sería «La pared que habla», su título oficial en español es «El cine de mi pueblo»].

El peruano César Galindo, director de “Willaq Pirqa”, obtuvo un titulo de arquitecto en el Perú y el título de doctor en urbanismo en París, antes de llevar a cabo sus estudios de cine en París. Radica entre el Perú y Suecia. Ha dirigido varios cortos y largometrajes documentales y de ficción, entre ellos “Gringa” (2014) y el documental “El señor de los Andes” (2014). Conversamos con César Galindo a continuación:

César, ¿qué te inspiró para crear la historia de Sistu?
Mi relación con Sistu se remonta a mi infancia en Molle Puccro un caserío en las afueras de Puquio donde vivía con mi abuela Justina Moreano. Ahí, con Sistu, un niño de cabello hirsuto como el mío, compartíamos nuestros juegos de todos los días. Pero un día, inexplicablemente ante mi sorpresa, Sistu no vino más; pasaron los años y entendí que los niños en la sierra eran como las florcitas y hierbitas del campo que desaparecían con el azote helado del invierno. Desde ese entonces todos los personajes de las historias que escribo en la sierra se llaman Sistu, así como el personaje central de «Willaq Pirqa». De repente es mi deseo y esfuerzo desesperado para que Sistu mi amigo, o todos los Sistus de mi país no desaparezcan y pasen al olvido.

Esta relación con Sistu también se convirtió en una metáfora para mi esfuerzo desesperado de evitar la desaparición de mi lengua y cultura. De esta manera he realizado muchos cortos, algunos de lo más absurdos con nombres en quechua como: Nuqa, Yaku, Riti, Pachamama, Pichqa minutukuna, y algunos documentales en quechua; esperando el momento propicio, como “El arquero de la luz» de Paulo Coelho, para realizar un proyecto como «Willaq Pirqa», exento de clichés y estereotipos de cómo es la vida en el Ande, un proyecto escrito con nuestras propias manos, sentido con nuestros propios corazones, hablado en nuestra propia lengua, para mostrarnos con nuestros propios colores y olores, con nuestras propias deficiencias y virtudes.

¿Quién es el actor principal de «Willaq Pirqa» y cómo lo encontraste?
El actor principal es un niño, Víctor Acurio, un talento innato, que domina perfectamente el quechua y el español, que seguramente con el tiempo se convertirá en una estrella del cine nacional. Encontrar los actores en quechua no fue tarea muy fácil, constatamos que hay muy pocos, sobre todo que tengan habilidades para el cine. Encontramos a Víctor en un viaje buscando locaciones, ahí lo presentaron porque podía mantener un monólogo, que pensé era corto, pero que ante mi sorpresa duró como 10 minutos, y además el niño lo podía expresar fluidamente con la mayor soltura. Fue el primer niño que vi y me convenció inmediatamente.

¿Qué relación con el cine tuvo Víctor antes de participar en la película, y cómo le influyó el proceso del rodaje?
No creo que haya tenido ninguna relación previa con el cine, tengo entendido que fue un niño interesado en participar en un pequeño grupo de teatro de Maras, su pueblo. Durante el rodaje, una vez que entendió el mecanismo de este, fue creciendo paulatinamente como actor. En su actuación podía exigirle la sutileza en sus intervenciones, porque como le dije en algún momento, a actores con su talento tengo la obligación de exigirles y obtener la mejor actuación de ellos. Sin lugar a equivocarme pienso que es un tremendo actor, con un carisma increíble. Se ganó el cariño, aprecio y admiración de todo el equipo de rodaje y esperamos lo haga también con el publico.

La película transcurre en los años 70. En ese entonces, los aldeanos tenían un acceso muy limitado al cine, debido al idioma, pero también a la situación geográfica de su pueblo. ¿Cómo ha cambiado esta situación en las últimas décadas?
Yo creo que el acceso a los medios de comunicación ha cambiado en muchas poblaciones, sobre todo las aledañas a las ciudades, más aun aquellas cercanas a los lugares turísticos, como es el caso del Cusco. El cine creo que siempre ha sido inaccesible, lo que ha proliferado más es la televisión y la radio. Un hecho concreto en el mundo andino en términos de comunicación, es la aparición y aumento de los teléfonos celulares. Lo que me imagino también ha tenido que influir en el comportamiento de la gente, como por ejemplo la comunicación inmediata. Claro está, esto tiene consecuencias positivas y negativas.

La población indígena del Perú hasta ahora no ha sido muy visible en las producciones cinematográficas nacionales. ¿Qué medidas crees se deberían tomar para lograr tener más diversidad en la pantalla grande?
Yo creo que se debería apoyarse a la producción de los realizadores del interior del país, que son los que están más cerca de la realidad de estos sectores, pero también ganarse un espacio en la pantalla grande con producciones de calidad que permitan a estos entrar en el mercado más por su calidad que por decretos. Solo así sería perdurable su existencia. Hay que recordar que el Perú no solo es Lima y el mundo urbano, sino también tiene una diversidad cultural muy grande, con escenarios naturales para todos los gustos, y sin duda una fuente inagotable de inspiración e historias.

Viviendo entre Perú y Suecia, ¿cuál consideras el fuerte del cine peruano?
Este radica, creo yo, en esa voluntad gigante de todos los que quieren hacer cine, con los medios que tenga a su alcance. Claro que esto trae películas buenas y malas, pero que me imagino irán tomando forma y tendremos en el futuro un cine nacional de calidad. Se aprende a pintar, pintando. Lo otro que tenemos es la fuente inagotable de historias que esperan solamente ser contadas.

César Galindo, al centro, en un alto del rodaje de «Willaq Pirqa».

¿Qué ventajas tiene radicar en Suecia y cómo influye esta experiencia tu trabajo?
Hace poco me preguntaba cuales son los aportes más importantes de Suecia en mi vida y llegué a la conclusión de que eran dos cosas: mis dos hijos y el haber aprendido a dirigir actores. Esto último porque Suecia tiene una tradición de grandes actores como Greta Garbo, Erland Josephson, Bibi Andersson, Ingrid Bergman, y de buen teatro, y esa es una de las cosas que hago, tratar de ver lo más que puedo de teatro. Tendría que agregar también la marginalidad en relación a nuestra realidad, que me permite de repente ver las cosas y la realidad desde una perspectiva diferente a la de los que radican en el Perú; porque a veces cuando uno está inmerso en una realidad todo le parece normal y nada extraordinario.

¿Cuándo se podrá ver tu película?
Esto se irá dilucidando de acuerdo a los planes de la productora Jedy Ortega (de Casablanca Cine). La intención es llegar al mayor numero posible de lugares y probablemente hacia fines de este año.

¿Qué proyectos tienes después de “Willaq Pirqa”?
Continuare anudando mi quipus visual. Tal vez guiado por nuestros amautas y Apus ancestrales, sol, luna, cielo, tierra, viento, fuego, acompañado de humanos, animales y plantas,
provocando, cóleras, susurros, sollozos, risas, melodías, palabras
Sonido, cámara, acción, ¡corten!
Los nudos seguirán aumentando
De sol a sol
De luna a luna
Bajo la mirada silenciosa de nuestros Apus
vigilantes de cada movimiento,
Compás, imágenes, sonidos y melodías,
que desearía tejer mostrando nuestra cultura andina y en runa simi.

Entre otras cosas, tengo material filmado con entrevistas a Yma Sumac, que quisiera completar y acabar en un documental para cine. Quiero tomar las palabras de Mario Vargas Llosa cuando dice que, para escribir hasta morir, tienes que pensar que eres eterno; quiero pensar de la misma manera, no quisiera dejar de hacer cine hasta bajar el telón de los ojos.

Esta entrevista fue publicada originalmente en Agenda Latina, la revista de la comunidad latina en Alemania.

Fotos: Matías Durán

El director César Galindo con una de las actrices.

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