Los fanáticos de la saga de Star Wars son de los más exigentes; muchos se niegan a considerar a las precuelas como parte de la franquicia; y ahora, incluso hay algunos que odian las nuevas películas, quejándose de lo parecida que resultó ser “El Despertar de la Fuerza” a “Una Nueva Esperanza”, o de lo plana e innecesaria que fue “Rogue One”.
Considerando esto, no resulta difícil imaginarse el problema en el que estaba metido George Lucas a la hora de estrenar lo que, hasta ese momento, iba a ser la última cinta de la saga: el Episodio 3, “La Venganza de los Sith”. “La Amenaza Fantasma” es considerada por muchos como la peor entrega de la saga, y “El Ataque de los Clones”, aunque superior en varios aspectos, está muy lejos de ser completamente satisfactoria. “La Venganza de los Sith” era la última oportunidad de Lucas para redimirse… y hasta cierto punto, pienso que lo logró.
El Episodio 3 es la mejor película de las precuelas, lo cual no es decir mucho, pero para su servidor, también es una de las entregas más memorables de la franquicia. Oscura, solemne, visualmente impresionante y sorprendentemente emotiva, resultó ser un magnífico cierre para la historia creada inicialmente y manejada por George Lucas, y una gran manera de escenificar la transformación de Darth Vader al Lado Oscuro, así como la caída de la República Galáctica y el surgimiento del Imperio. Sí, todavía persisten algunos de los defectos más notables de los filmes anteriores, pero aquí llaman menos la atención, y no terminan por arruinar la experiencia en general.
La película comienza en medio de una batalla en la atmósfera del planeta Coruscant, tres años después de que la Guerra Clon comenzó en “El Ataque de los Clones”. Anakin (Hayden Christensen) y Obi-Wan (Ewan McGregor) están tratando de rescatar al Canciller Supremo Palpatine (Ian McDiamird), quien ha sido capturado por uno de los líderes separatistas, un cyborg llamado Grievous (voz de Matthew Wood). Luego de pelear con el Conde Dooku (Christopher Lee) y de que Grievous se escapa, nuestros protagonistas regresan a Coruscant con el líder del Senado Galáctico sano y salvo.
Pero la Guerra continúa, y Anakin tiene un problema aun mayor: Padmé (Natalie Portman) está embarazada, y nadie puede saberlo. Además, desconfía del Consejo Jedi liderado por Mace Windu (Samuel L. Jackson) y Yoda (voz de Frank Oz), ya que le están pidiendo que actúe en contra de su mentor. Este último se revela ante Anakin como un señor de los Sith, Darth Sidious, lo cual termina por seducirlo al Lado Oscuro de la Fuerza. Obi-Wan, consciente de que Anakin y su maestro están listos para acabar con la Guerra, la República y todos los Jedi, no tendrá otra opción más que pelear con su antiguo pupilo, en uno de los combates de sable láser más impresionantes de la saga.
Mientras que “El Ataque de los Clones” casi se arruinó debido al nefasto diálogo entre Anakin y Padmé en sus escenas supuestamente románticas, “La Venganza de los Sith” decide deshacerse de la mayoría de estos momentos, prefiriendo concentrarse en el miedo que tiene Anakin de perder a Padmé, de la misma manera que perdió a su madre unos años atrás. Es este miedo el que lo lleva a tomar todas las decisiones erradas, y aunque Lucas no es nada sutil a la hora de construir este aspecto de la narrativa, está bien llevado tanto por Natalie Portman como Hayden Christensen.
De hecho, este mejora muchísimo en relación a la cinta anterior, demostrando que es capaz de construir un personaje simpático pero a la vez lleno de conflictos internos, todavía bastante inmaduro y poco preparado para la guerra, pero también muy poderoso, valiente y fiel a sus amigos y a su mentor. El Anakin de “La Venganza de los Sith” es menos quejoso, y debido a que Lucas toma la decisión de convertir al amor y al medio de perder lazos románticos y de amistad, en las razones de su eventual caída al lado oscuro, uno no puede evitar sentir pena por el personaje. Más que cualquiera de las cintas previas, “La Venganza de los Sith” convierte a Darth Vader en un personaje verdaderamente trágico, lo cual le añade una dimensión adicional (y emocionalmente efectiva) a los eventos de la Trilogía Original.
El resto del reparto no hace un mal trabajo. Aquí Ewan McGregor se parece aún más a Alec Guinness, tanto en apariencia como en voz y manejo de lenguaje corporal, que en las películas anteriores. Interpreta a Obi-Wan como un Maestro Jedi que hizo lo que pudo con un alumno muy difícil; logra una gran química con Christensen, y la manera en que ambos pelean (casi sin usar dobles) en el clímax del filme es verdaderamente emocionante. Ian McDiamird por fin puede convertirse en el Emperador que vimos en la Trilogía Original, y parece estar divirtiéndose de lo lindo. Natalie Portman tiene mucho menos qué hacer acá que en “El Ataque de los Clones” (fuera de preocuparse y llorar), al igual que Christopher Lee como el Conde Dooku. El General Grievous es un villano interesante (y distinto), y el Mace Windy de Samuel L. Jackson representa a la perfección la arrogancia de los Jedi poco antes de su desaparición.
“La Venganza de los Sith” es la película más redonda a nivel técnico de las precuelas. George Lucas utiliza todo lo aprendido en los filmes anteriores para presentarnos una Galaxia visualmente rica, llena de detalles, alienígenas raros, y naves y planetas espectaculares. El filme es una mezcla de locaciones reales, con sets, efectos digitales y muchísimas maquetas (de hecho, mantuvo el récord de la mayor cantidad de maquetas utilizadas en una sola producción por mucho tiempo). Mustafar es el infierno sobre la Tierra que se nos prometió desde la primera vez que se habló sobre la batalla entre Anakin y Obi-Wan, y Utapau tiene un diseño extraño y llamativo.
Por otro lado, las secuencias de acción están realizadas de gran manera. La batalla espacial que abre el filme es de las mejores de la saga; colorida, técnicamente espectacular, tensa (¡esos buzz droids!), y muy emocionante. Continúa con una pelea de sables muy bien coreografiada, y culmina con un aterrizaje forzoso que demuestra las habilidades de Anakin como piloto. La pelea entre Obi-Wan y el General Grievous muestra lo que un Jedi es capaz de hacer cuando pierde su sable láser, los montajes de las batallas en plena Guerra Clon no podrían ser más épicos, y por supuesto, el enfrentamiento final entre Anakin y Obi-Wan, entrelazado con un combate entre Yoda y el Emperador, mezcla todo tipo de emociones para entregarle el climax que el filme tanto necesitaba.
La inclusión de algunos personajes de las películas clásicas podría sentirse gratuita, pero funciona dentro de la narrativa de la cinta. El Yoda digital se ve mejor que nunca, y la presencia de los Wookiees (incluyendo a Chewbacca, por supuesto) ayuda a mostrar la manera en que la Guerra está afectando los diferentes planetas de la Galaxia; la secuencia en donde vemos a un ejército de Wookies peleando contra los droides es fanservice del bueno (es decir, es emocionante, pero no llama demasiado la atención). El Bail Organa de Jimmy Smits tiene un rol más grande que en el filme anterior, y hasta el Qui-Gon Jinn de Liam Neeson es mencionado en un diálogo importante para la conclusión de la trama.
Sobre el trabajo de John Williams, diré que la banda sonora de “La Venganza de los Sith” es de las mejores de la saga, una colección de temas emocionantes y emotivos que logran transmitir, tanto de manera sutil como explosiva la oscuridad de la historia. Resaltan la pieza para la batalla espacial inicial (que utiliza notas del tema principal de los Skywalker), el tema del General Grievous, la música de la Orden 66 (trágica y potente) y, por supuesto, el tema de la pelea entre Anakin y Obi-Wan y el del nacimiento de Vader. Mucho se pueden quejar los fanáticos sobre las precuelas, pero si hay alguien que no decepcionó con su trabajo en ninguna de estas películas, fue Williams.
Lucas no es un maestro escribiendo diálogos, y algunas de las actuaciones pueden resultar algo tiesas, pero fuera de algunos momentos exagerados o algo absurdos, “La Venganza de los Sith” es una gran película de “Star Wars”, una montaña rusa de acción y emociones. Para este crítico, la potencia de la narrativa en esta película, así como las escenas de verdadera emotividad y espectáculo visual sin igual, compensan los defectos más notables de las dos películas anteriores, e incluso le otorgan riqueza a algunos personajes de la Trilogía Original. Para muchos podrá sonar como una blasfemia, pero para mí “La Venganza de los Sith” es definitivamente es superior a “El Retorno del Jedi”; estoy seguro que no soy el único en pensar de esa manera.
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