Si hablamos de un musical podemos también estar hablando de un drama, como por ejemplo “Cabaret” o “Chicago”, o quizás de una comedia, tal como “Los Productores”, e incluso de una cinta romántica, tal como la simple y magnífica “Once”. El musical existe en un limbo donde es a la vez un género en su propio derecho y un subgénero capaz de acoplarse a las exigencias de aquellos más tradicionales y esto genera un problema para el análisis que aquí se realiza.
Los musicales peruanos parecen caer en la segunda categoría del limbo mencionado, ya que pueden fácilmente ser catalogados como comedias (en la mayoría de los casos) o infantiles (tal como se podría categorizar a “El gran criollo” y hasta “Una navidad en verano”, estrenos del 2017). Es precisamente aquí donde radica la complejidad del análisis ya que, al considerarlos como un subgénero, se les puede acomodar dentro del “género primario” (digamos la comedia, como es en la mayoría de los casos) y eso puede lograr cambios notables para las estadísticas que hemos estado manejando.
Es por ello que se dedicará esta tercera parte a analizar cómo el considerar a los musicales como un género en sí mismo modifica la distribución de taquilla de los últimos dos años y da nuevas luces sobre el crecimiento, decrecimiento y expectativas de los otros géneros cinematográficos del mercado local.
Nadie sabe para quién trabaja: Quién gana y quién pierde al contar a los musicales como un género individual
La comedia. Parece que es ineludible hablar de ella cuando se empieza la conversación sobre los géneros más taquilleros del mercado local. Es incuestionablemente el género con más poder e influencia en el mercado, pero si consideramos al musical como un género en sí mismo, esto hace que las cifras que mostraban a la comedia como un monolito imbatible varíen singularmente.
Aquel gráfico es el que ha guiado el análisis comparativo de taquilla por géneros de esta serie de artículos. Muestra a la comedia con un poder de captación de público arrollador y prácticamente devorando a los otros géneros. Esta figura, sin embargo, cambia cuando consideramos al musical como un género independiente y no un subgénero de la comedia.
Con 1’233,333 espectadores, el musical “Locos de amor” fue la responsable de que la comedia haya sido ese golem devastador en el año 2016. Esta variación genera el primer cambio en el análisis que impacta al 2017, pues en el artículo previo mencionamos que la comedia había perdido el 20% de su porcentaje del público frente al año previo; en verdad había crecido 2%.
Esto guarda relación con el aumento de estrenos que tuvo el género en el 2017, nueve frente a siete del 2016 (hasta el análisis previo se contaban ocho estrenos en ese año, pues “Locos de amor” se contó como comedia), lo que permite establecer una correlación entre el porcentaje de asistencia y porcentaje de participación en el mercado de la comedia durante el año pasado: ambos crecieron, más porcentaje de estrenos en el año significó la captación de un mayor porcentaje de público frente al año anterior.
Esto cambia por completo la conclusión a la que se llegó en el artículo previo, ¿cierto? La comedia sigue creciendo firme y constantemente. El considerar a los musicales como un género independiente terminó por fortalecer al género principal y desvaneció toda señal de alarma o decrecimiento planteada en el análisis anterior.
Uno de los puntos más importantes para justificar las alarmas sobre el decrecimiento de la comedia en la entrega anterior fue el declive de espectadores totales que se había visto en 2017, el segundo desde que inició el “boom”. Sin embargo, al considerar al musical como un género individual, vemos que este declive ya había dado inicio en 2016 y que, al cierre del año calendario 2017 y a pesar de contar con 2 estrenos más, la comedia no había podido superar la taquilla del año pasado.
Sin embargo, antes de volver a colocar las balizas y hacer sonar la alarma del declive del género, llega Tondero para salvar el día. Si bien el año calendario 2017 ya terminó, el conteo de la taquilla de las películas estrenadas aún no y “El gran León” está cumpliendo todo lo que se esperaba de ella. Es más, su desempeño es tan positivo que, al cierre de esta edición, ya atrajo 541 mil espectadores y ha evitado que el 2017 sea un año de declive para el género de manera oficial.
Tras analizar todos los cuadros, el considerar a los musicales peruanos como un género individual parece tener un impacto mucho más positivo para la comedia que para el musical mismo. Si en el 2017 el musical presentó un crecimiento en participación del mercado (pasó de un estreno a cuatro), fue incapaz (y por mucho) de igualar o superar la taquilla del año anterior, ya que con cuatro veces más películas, tan solo lograron atraer a 864,736 espectadores.
La comedia, por su lado, se vio favorecida a nivel de análisis de porcentajes, pues presentó un crecimiento entre 2016 y 2017, pero sí vio afectada seriamente su asistencia total y, si bien el 2017 fue salvado por “El gran León”, llama mucho la atención que con la mayor cantidad de estrenos cómicos registrados desde el inicio del “boom”, el género más poderoso del mercado haya superado tan tímidamente las cifras del año previo. Es más, pasó de ser un género de crecimiento estable a ser, como el drama, uno de picos y depresiones entre año y año.
Precisamente ese aspecto es el más llamativo tras considerar al musical como un género independiente en el análisis de la taquilla anual: no existe en el mercado peruano un género capaz de registrar 2 años seguidos de crecimiento. Ni el género nuevo y prometedor (el musical con una taquilla masiva en el 2016 y más estrenos en 2017) ni el género más poderoso del medio (la comedia).
Es más, la naturaleza oscilante de la comedia carga de una pesada responsabilidad al 2018, pues si este año presenta un declive en la asistencia, no solo será un año más incapaz de crecer consecutivamente, también habrá que analizar la gravedad de la caída para evaluar si esta tendencia oscilante no es sino un descenso en la taquilla del género visto en cámara lenta, camuflado entre picos y depresiones.
Dicho descenso es capaz de afectar seriamente la taquilla anual del cine peruano si es que se confirma, pues la caída del género principal en el mercado local y la inexistencia de otro capaz de tomar su lugar con el mismo volumen de cifras terminaría por significar el lento empequeñecimiento de la taquilla general y del mercado cinematográfico local.
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