In Bruges es una de mis películas favoritas de toda la vida, y “Siete psicópatas”, aunque irregular, continuó demostrando la habilidad de Martin McDonagh a la hora de combinar el drama con la comedia. “Tres anuncios por un crimen” es la culminación de todo lo que McDonagh había estado desarrollando con esas dos cintas previas: un filme sobre el rencor y la amargura, una historia sobre una mujer que quiere justicia a toda costa, y que no siempre reacciona de la mejor manera, por más que pueda afectar negativamente a quienes la rodean.
La siempre excelente Frances McDormand está magnífica en esta película, y el subestimado Sam Rockwell logra darle humanidad a un personaje potencialmente caricaturesco. La película no se desarrolla de manera previsible, y culmina con un desenlace abierto, el cual lo deja pensando a uno sobre todos los posibles caminos que podrían tomar los personajes. “Tres anuncios por un crimen” es una de las experiencias cinematográficas más intensas e impredecibles que he tenido en lo que va del año.
Frances McDormand interpreta a Mildred, una mujer que parece estar permanentemente enojada. Le paga 5000 dólares al dueño de una empresa de publicidad (Red Welby, interpretado por Caleb Landry Jones) para alquiler tres anuncios y ponerles un mensaje muy específico. Su hija, Angela (Kathryn Newton) fue violada y asesinada unos meses antes, y Mildred no considera que los policías, quienes ella piensa son flojos y racistas, estén haciendo algo al respecto. Por ende, los tres anuncios llevan el mensaje: “Violada mientras moría”, “Y todavía no hay arrestos”, y “¿Como así, jefe Willoughby?”.
Evidentemente esto no le hace gracia al jefe Willoughby (Woody Harrelson) quien, a pesar de lo que Mildred podría pensar, es un cariñoso hombre de familia, y uno de los oficiales más responsables del pueblo de Ebbing, Missouri. Uno de los policías que trabaja con él es todo lo opuesto. Dixon (Sam Rockwell) es incompetente y racista, un tipo moralmente retorcido. La presencia de los tres anuncios generará distintas reacciones en ambos oficiales, y también en el resto del pueblo, quienes no estarán muy de acuerdo con el mensaje que Mildred está tratando de transmitir.
A pesar de que maneja un historia que lidia con temas complejos como la culpa, la ira y la perspectiva que tienen las sociedades conservadoras hacia las mujeres, Martin McDonagh le inyecta suficiente humor a la cinta como para convertirla en una suerte de tragicomedia llena de momentos de humor negro. “Tres anuncios por un crimen” nos transporta a un mundo en el que vivimos diferentes emociones, todas intensas y muy similares a las que experimentamos en la vida real.
“Three Billboards…” ha generado algo de controversia en ciertos círculos, cosa que hasta ahora no entiendo. No puedo ahondar en esto sin llegar a malograrles algunos giros en la trama; solo basta con decir que algunos espectadores consideran que la cinta se trata sobre la redención y el perdón hacia ciertos personajes. No estoy de acuerdo con esa apreciación. El filme, más bien, tiene mucho qué decir sobre la forma en que uno reacciona a la tragedia, y cómo puede elegir colocar su ira en el lugar equivocado.
El final de “Tres anuncios por un crimen” es esperanzador no porque ate todos los cabos sueltos, si no porque es abierto y lo deja uno con la esperanza de que ciertos personajes puedan llegar a cambiar, ahora que han pasado por un catalizador. Los personajes más odiosos no terminan agradando, pero McDonagh sí da a entender que podrían ser capaces de mejorar.
Como mencioné líneas arriba, Frances McDormand está espectacular como Mildred. Sí, es antipática por momentos —por ejemplo en la breve cena que tiene con el “enano del pueblo”, interpretado por el excelente Peter Dinklage—, y definitivamente no reacciona correctamente a sus emociones, lo cual puede llegar a tener terribles consecuencias (como cierto incendio…). Pero debido a cómo es tratada, a la culpa que siente por la manera en que le habló a su hija antes de morir, y debido a que uno entiende su enojo, es casi imposible no apoyarla y dejarse llevar por la historia que protagoniza.
Sam Rockwell y Woody Harrelson no podrían tener personajes más opuestos; el primero es un hombre racista y homofóbico, un desastre andante que representa todo lo que Mildred odia de los oficiales de policía. El segundo, por otro lado, a pesar de ser algo rudo, es un afable padre de familia que siente casi tanta culpa como Mildred por su incapacidad de encontrar al culpable de la tragedia. Abbie Cornish (como la esposa de Willoughby), Peter Dinklage, Caleb Landry Jones y John Hawkes (como el exesposo de Mildred, quien la dejó por una adolescente interpretada con hilarante inocencia por Samara Weaving) también dan interpretaciones de buen nivel.
“Tres anuncios por un crimen” es un notable drama tragicómico, un filme que nunca toma el camino fácil, que desarrolla su historia de forma emocionalmente honesta, y que sigue demostrando lo talentoso que es McDonagh para desarrollar premisas difíciles de manera inesperada.
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