Luego de haber recibido el premio a mejor dirección en el último Festival de Cannes, los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne llegaron a Ámsterdam para presentar su última película “Le jeune Ahmed” (“El joven Ahmed”). Película en la que los cineastas belgas exploran con su característico estilo, un tema polémico y muy actual: la radicalización islamista. Tema vasto y a la vez complejo que podría llevar a pensar en un filme denso, controversial y hasta trágico, pero que bajo la dirección de los hermanos Dardenne se convierte en una historia fluida, sosegada y bien definida.
Sinopsis: En la Bélgica actual, el destino del joven Ahmed, de apenas 13 años, se ha quedado atrapado entre los ideales de pureza de los que le habla un imán radical y las llamadas de la vida.
Indudablemente esta cita con los Dardenne en Ámsterdam era imperdible para los que admiramos su filmografía. Luego de la proyección Jean-Pierre y Luc Dardenne respondieron a las preguntas de los asistentes. Esta es la traducción de buena parte del encuentro que permite entrar un poco en el mundo de los cineastas belgas y en algunos detalles de su más reciente filme:
Respecto al protagonista Ahmed, es muy joven. ¿Cuál era su motivación?
Sí, Ahmed (interpretado por Idir Ben Addi) es muy joven, se encuentra entre la niñez y la adolescencia. Aún es un niño en parte y como adolescente se abre al mundo. Está en la edad de la búsqueda, de los ideales, y esta es también una etapa vulnerable. En esa búsqueda por algo “más importante”, lo que encuentre puede ser amor, pero también puede ser odio. Y lo que el Imán predica es el paraíso de los mártires (terroristas suicidas), algo que para un joven, casi un niño, puede ser fascinante y también ser una tentación. Por supuesto, hay además otras razones que pueden llevar al fanatismo, como la situación socioeconómica pero ese no es el aspecto que nosotros queríamos abordar, ya se han hecho otras películas sobre ello. Nosotros queríamos tratar seriamente el tema de la religión, ver cómo se produce esa atracción, la captación que conduce al fanatismo. Aunque dejamos las circunstancias económicas y sociales un poco en segundo plano, lo que sí mostramos es el entorno; la familia de la que procede Ahmed que puede ser considerada “impura”: la madre que es musulmana no lleva velo, bebe alcohol y la hermana no se viste como lo indica el islam. Esta es la “impureza” que rodea la visión de Ahmed.
¿Cómo hicieron para que este joven actor pueda comprender el rol del personaje?
Idir que interpreta a Ahmed es un niño. Un niño no entiende realmente lo que pasa en la película. Hablamos con sus padres y les explicamos el guion. Ellos lo leyeron. Nosotros no hemos profundizado en esto con Idir. Empezamos con ensayos, filmamos, repetimos y ocasionalmente dábamos las directrices de cómo interpretar. Idir nos preguntó qué estaba pasando en la película, de qué se trataba. Los padres estuvieron de acuerdo con el guion y ellos preguntaron a Idir si quería hacer la película: “Sí me gustaría interpretarlo, porque es un personaje malo”, respondió Idir. Es muy importante que el actor quiera interpretar un personaje. Él fue capaz de establecer una clara distinción entre Ahmed y él, Idier. También tenía un gran sentido del ritmo. No hubo ningún problema para trabajar con él. Y el actor que más le apasionaba era el que hacía de imán.
¿Cuál fue el trabajo de investigación que los lleva a establecer esa impotencia que se ve en el entorno familiar? Ese no saber qué hacer ante la transformación de Ahmed.
Hemos investigado cómo se puede, o cómo sería posible romper con el fanatismo. Al principio hemos tenido dificultades con ello. Tal vez no tomábamos suficientemente en serio la religión, comprendimos lo difícil que puede ser llegar a alguien como Ahmed. Él está totalmente encerrado en sí mismo, nadie puede influir en él, a excepción del Imán. Se puede ver a su madre llorando pero ella no consigue nada, él no se lo permite. En otra escena en la que a Ahmed, luego de haber hecho las abluciones (lavatorios como ritual de purificación), su madre le dice “dame un beso”, pero Ahmed se niega. Un niño musulmán normal le daría un beso a su madre (a pesar de la purificación), un radical no.
Tal vez algo curioso que agregar, es que a nosotros como directores y escritores de la historia no nos era posible concebir un rol secundario (el de la madre en este caso) que logre influir en Ahmed. No se veía factible dentro de la trama. Al final hicimos la escena en la que Ahmed se enfrenta al miedo de su propia muerte. Vimos que era necesario un shock físico. Por el miedo a la muerte vuelve a la vida. Como una serpiente que de forma natural se despoja de su piel y adquiere una nueva. Vuelve a ser el niño que su madre tanto deseaba. Y eso sólo fue posible gracias a ese terrible episodio.
Además de lo importante que es haber escrito el guion, la estructura y sobre los actores, ¿qué otro tanto se hizo además por intuición?
Tenemos un guion de grabación establecido. No hay improvisación. Pero eso no significa que nada pueda cambiar. Una escena puede variar en pequeños detalles, pero no es improvisación. Tenemos 9 semanas para hacer la película, aparte del tiempo previo para escribir el guion. De las 9 semanas, ensayamos 5 semanas y repetimos, afinando el ritmo. A la hora de filmar los actores están ya familiarizados con las escenas, no hay temor y creo que es lo que se ve en la película. Hacemos tomas largas y tal vez eso da la impresión de que no todo está estructurado. Quiero agregar que en la película pareciera que no tenemos control sobre el personaje, que la cámara no está siempre en el lugar de Ahmed. Pero es así como ha sido planeado. Todo está sólidamente elaborado. Es una sensación viviente. Es como una sorpresa dramática, pareciera que la cámara va por aquí y el actor por allá, enseguida la cámara va rápida a seguir al actor. Una cámara que llega siempre tarde. Esa es en realidad la metáfora de todo nuestro trabajo cinematográfico. A lo largo de la película, el espectador puede llevarse pequeñas sorpresas. Esa es la interrelación que creamos, eso es lo que buscamos.
Al finalizar esta charla, comenté brevemente a los cineastas que también tenían muchos seguidores en Perú. Luc recordó afablemente haber estado en Lima. Ambos accedieron a posar al lado del poster del filme, a modo de foto-saludo para los cinéfilos peruanos. La realización de “Le jeune Ahmed” fue anunciada en el 2016 por Luc Dardenne precisamente en el Festival de Lima, pero seguidamente tuvo que ser suspendido el proyecto ante la repercusión mediática que tuvo el tema. Fue hasta 2018, en vísperas del Festival de Cannes, que recién fue presentado el proyecto, titulado entonces “Ahmed”.
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