Salomón Pérez (Trujillo, 1989) debuta en el largometraje con «En medio del laberinto», una película trujillana que discurre en el universo urbano de tres adolescentes de espíritu DIY. Entre skaters, antenas y bandas de rock se impone el ensimismamiento propio de esa etapa de la vida de búsquedas y descubrimientos.
Sinopsis: Renzo, un skater de 17 años busca aprender junto a su amigo Pablo un nuevo truco para grabar un video. Una tarde, Renzo conoce a Zoe, una chica obsesionada con el dibujo y las antenas telefónicas. La relación se estrecha cuando Renzo intenta enseñarle a patinar al mismo tiempo que sus sentimientos se van haciendo tan confusos como el laberinto de antenas de la ciudad que su nueva amiga le ha hecho descubrir.
«En medio del laberinto» tendrá su estreno absoluto en el Festival de Lima 2019, en la sección «Hecho en el Perú». A continuación conversamos con su director:
Salomón, tuviste una formación académica en el extranjero. ¿Cómo fue que accediste a esas escuelas de cine?
En el año 2015 entré a estudiar en la ECAL (École Cantonal d’art de Lausanne), una escuela que está ubicada en la parte francesa de Suiza.
Entrar a ECAL fue muy riguroso, pues solo eligen a 8 ó 9 estudiantes por salón, y se abre un salón por año. Durante los tres años de formación conocí gente de otros lados del mundo (Grecia, Mexico, Cuba, Francia) y tuve profesores que me han marcado mucho, como Roland Cossandey, que es un historiador dedicado al cine y colaborador en la Cinemateca Suiza.
El plan de estudios de la escuela me ofreció dos intercambios; el primero en L’inis en Canadá, donde estuvimos en la producción del Festival de Nouveau Cinéma en Montréal. Luego fui a La Fémis en Francia, para hacer la mezcla de sonido de mi cortometraje de fin de estudios.
A pesar de haber estado en Suiza y conocer otra realidad, siempre supe que las historias que yo quería contar estaban en Trujillo, por lo que 6 meses luego de terminar la carrera tomé la decisión de regresar a Perú a filmar mi primer largometraje, «En medio del laberinto».
Leí en una entrevista que eres skater y eres fan de la música punk. ¿Es a partir de esas aficiones que se origina la historia de «En medio del laberinto”?
Definitivamente. Yo patino desde los 11 años y toqué en algunas bandas punk de Trujillo desde los 14. Antes de hacer cine mi sueño era ser filmmaker de «Thrasher» o cualquier marca grande de skate. Aunque no lo logré, siento que estos dos gustos poco a poco me llevaron a descubrir lo que hago hoy y que considero sigue siendo fiel a esa forma de vida.
«En medio del laberinto» es una peli tan Do it yourself (DIY) como un fanzine, un cassette o un CD que hice en mi adolescencia. De hecho en la película hay muchos momentos que son cosas que mis amigos y yo hacíamos cuando teníamos la misma edad que los actores, seguramente cuando ellos vean la película se van a encontrar.
Lo primero que llama la atención de la película es el formato 4:3, y la textura de la imagen. ¿Por qué elegiste ese formato?
Desde hace años quería grabar una ficción en 4:3 [N.E.: usualmente llamado «formato cuadrado»], en el año 2017 regresé a Perú a grabar un cortometraje que se llamaba ‘Grillo’, era una historia sobre unos skaters que se dedicaban a cobrar cupos de extorsiones. Cuando vine a rodar el corto, Trujillo se inundó a causa de El Niño y en lugar de eso hice un cortometraje que se llama «La historia quebrada», el cual estrené el año pasado en Transcinema. Entonces la idea de grabar sobre skate en ese aspect ratio me daba vueltas en la cabeza, pues me parecía coherente ya que todos los videos de skate con los que yo crecí estaban en 4:3.
En cuanto a la textura de la imagen, nosotros rodamos con una DSLR [cámara reflex digital] con 4 ópticas de 18-55mm, 35mm, 50mm y un 55-250mm; también usamos un iPhone 4. Luego, conversando con el colorista de la película pensamos en emular la textura del Super 8 y del 16mm para darle una atmósfera más nostálgica al film.
¿Tuviste algunas películas o cineastas de referencia a la hora de hacer tu película?
Sí, las películas de referencia son muy variadas: «Le parc» de Damien Manivel, «Paranoid Park» de Gus Van Sant, «Hierro 3» de Kim Ki-duk. De las películas peruanas podría considerar a «Videofilia» por el modo de producción.
Sobre cineastas que me hayan inspirado puede ser Lionel Baier que es un director de cine suizo que hizo algunas de sus películas con pocos recursos («Celui au pasteur», «Un autre homme», «Low Cost»).
¿Cómo trabajaste el guion? ¿Lo tenías cerrado, o fuiste encontrando la historia a medida que se dio el rodaje?
Yo había escrito otra historia pero al momento de hacer el casting solo encontré a Renzo, el protagonista. Comencé a grabar algunas escenas de ese primer guion. Desde el primer día empecé a editar y a decidir a través del montaje que es lo que debía seguir grabando.
¿Cómo fue el proceso de cásting? ¿Los chicos protagonistas son debutantes en el cine?
Sí, ninguno tenía experiencia en cine. Realicé un casting en el local de una amiga y ahí conocí a Renzo, que en esa época era skater y youtuber. A Pablo [Ruiz] lo encontré en el skatepark y Astrid [Casós] era amiga del director de fotografía.
¿Cómo se dio la inclusión de Fernando Bacilio en un rol pequeño pero significativo?
Con Fernando he trabajado en dos cortometrajes y me siento muy cómodo trabajar con él. Es un actor que a pesar de tener premios importantes siempre le gusta apoyar al talento joven en Trujillo participando en cortometrajes y producciones pequeñas como mi película.
En la película, es interesante esa observación de las antenas aéreas en Trujillo, conversa con la idea de estar conectados, y al mismo tiempo, aislados. ¿Qué te llevó a incorporar ese aspecto de la ciudad en tu película?
Antes de irme de Perú [a estudiar cine a Suiza] recuerdo que me paraba quejando de los cables en los postes y de la cantidad de antenas teléfonicas que habían puesto por mi casa. Cuando regresé de Europa, las vi de forma diferente y comprendí que podían ser un elemento para expresar algo, teniendo en cuenta que las maneras de comunicarse han cambiado entre las personas. Estas antenas representan intermediarios, comparables con gigantes dormidos que vigilan y comunican la ciudad en silencio.
Visualmente las antenas también fueron muy atractivas, pues podían significar ser un elemento retro-futurista y atemporal que le dé fuerza y originalidad a la película.
La música es otro aspecto a destacar en tu película. ¿Cómo fue el proceso de selección de canciones?
Hay dos tipos de música: una es rock subterráneo de Trujillo (1990 – 2010) que pertenece a bandas como Demencia, Extraño Deseo, Hipernáufragos, Los Dengues, Los Kontras, etc. Y la otra es la música que le da voz a las antenas, que es música que yo mismo compuse utilizando sintetizadores en la computadora.
En la película hay dos canciones que considero tienen un papel protagónico, una es «Generación» de Demencia, que es una banda de hardcore crossover, y la otra es «¿A dónde has caído?» de Extraño Deseo. Ambas son bandas muy apreciadas y respetadas en Trujillo.
¿Cómo financiaste la producción de tu película?
En Suiza había tenido algunos trabajos como estudiante y también había vendido varias cosas que no podía traer porque ya no entraban en mi maleta. Básicamente con ese dinero fue que pude pagar los gastos del rodaje, que no fueron más que 1000 soles. Rodamos 37 días, cada jornada era de tres horas, normalmente de 9am a 12pm, de 3pm a 6pm, o de 6pm a 9pm.
Fue un rodaje muy austero pero a la vez creativo porque esa falta de recursos hacía que nos ingeniemos cómo poder continuarlo. En la etapa de postproducción solo intenté postular al Cine del Mañana 2018 pero no ganamos, así la película siguió siendo autogestionada y tuve que asumir los gastos.
El asesor del montaje es Omar Forero. Y en la película hay un guiño a «Chicama». ¿Cómo así se da la colaboración de Omar en tu película?
Antes de irme a estudiar pude conocer a Omar, al regresar de Suiza trabajé en «Casos complejos». Le comenté que iba a hacer mi peli, de hecho varias veces le pregunté sobre cómo había hecho para rodar «Los actores» y «El ordenador».
Después, le mostré un primer corte de mi película y me dio varias observaciones que fueron muy valiosas para encontrarle una mejor narración al film. Lo de la referencia a «Chicama» se me ocurrió mientras grabábamos esa escena. Pude haber dado el nombre de cualquier película pero en este caso preferí que sea una película de la región, pienso que al igual que la música eso le da esa «identidad trujillana».
La película se estrena en agosto en el Festival de Lima. ¿Luego buscarás tener un estreno en salas comerciales?
Todo lo que sume a la vida de la película está bien, no sé si se estrene comercialmente pero la intención es que se pueda mostrar en todo lugar posible y que más gente pueda ver que el cine nacional tiene diversidad.
Sé que una película peruana entre a cartelera es muy difícil, y en muchos casos aún teniendo el premio de Distribución de DAFO no te asegura nada. Sería interesante que la nueva ley de cine implemente este aspecto y que se exija, como en otros países, a tener un porcentaje de producción local asegurada en cartelera. Esta es mi primera película y aprenderé muchas cosas de esta experiencia, lo que seguramente me hará tener el panorama más claro sobre estas dificultades y probablemente optar por una vía alternativa.
¿Tienes algun nuevo proyecto en el que estes trabajando?
Actualmente estoy escribiendo un largometraje de ficción que se llamará “Cerrar los ojos”.
Sobre el director: Salomón Pérez Rodríguez realizó previamente los cortometrajes «Trilogie» (2014), «La búsqueda» (2015), «Coleccionistas» (2016) y «La historia quebrada» (2017).
En medio del laberinto (2019)
Ficha técnica:
DCP – Color – 2018 – 65 min
Idioma original: Español
Guión y dirección: Salomón Pérez
Fotografía: Martín Rebaza
Edición: Salomón Pérez
Sonido: Luis García Tirado y Salomón Pérez
Música original: Salomón Pérez
Producción: Silvia Arellano
Intérpretes: Renzo André Malpartida, Astrid Casos Portocarrero, Pablo Ruiz, Fernando Bacilio, Junny Ynoquio.
Entrevista: Laslo Rojas y Luis Ramos
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