[Críticas] Festival Transcinema: «Jauría» y «Teloneras»

Jauría
Dir. Miguel Vargas

Una entrevista laboral entre una joven y una mujer mayor parece abrir una historia sobre una cotidianidad generacional asociada a ciertas filias, tales como la música o el cine. Jauría (2019), de Miki B-Side (seudónimo de Miguel Vargas Valladares), va nutriendo su trama desde eventos poco trascendentes con el fin de ir germinando de manera sutil un panorama que permanece en un segundo plano.

Existe una necesidad del filme de querer privar al espectador de una información que será crucial para la resolución de su historia. Miki B-Side asume con exigencia la metódica que, por ejemplo, es muy frecuente en el cine de Quentin Tarantino. De pronto, el diálogo o rutina frívola despista del tema o la acción principal con la intención de provocar un efecto catárquico.

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Teloneras
Dir. Rómulo Sulca

El documental de Rómulo Sulca sigue el cotidiano de cinco mujeres de distintas generaciones aportando a la música andina. La idea y distinción de este filme es que cada uno de estos retratos, según el orden en que se van narrando, parece manifestar una etapa o fase sobre la escalada a este género musical.

Su primera historia es la de la más joven, una pequeña que surte su rutina entre el estudio, ayudar a su mamá y sus primeras presentaciones musicales en la escuela. Ya después, iremos viendo cómo los siguientes retratos van apuntando a personajes cada vez más comprometidos a la labor artística en cuestión. Teloneras (2019) comienza a descubrir historias sobre un afán –el sueño de formar parte de esta industria musical tradicional– contemplado desde un carácter jubiloso y de buen auguro.