Locos de amor 3 ya está en cartelera, una nueva producción de Tondero, dirigida siempre por Frank Pérez Garland. En esta tercera entrega se plantea nuevamente la historia de tres amigas unidas por la decepción amorosa y acompañadas de una soundtrack interpretado por ellas mismas, con canciones tan populares como el popurrí de Pandora, o los clásicos temas de José José o Luis Miguel.
En esta oportunidad la escala cronológica ha avanzado y las protagonistas ya se encuentran a puertas de cumplir 50 años. Ebelin Ortiz es Sara, quien celebra una boda que será desteñida por completo debido a la infidelidad de su flamante esposo, interpretado por Sergio Galliani. Desde ese punto dramático, Sara se hundirá en una profunda depresión que llevará a sus amigas a ser el soporte emocional que ella necesita, hasta llegar a las manos de un terapeuta psicológico. En este caso las amigas son Katia Condos (Marta) y Patricia Portocarrero (Doris).
En una primera lectura podemos encontrarnos con una película de mujeres, que lleva en su protagonismo y esencia el sentir femenino. Esto se evidencia por la casi inadvertible presencia masculina, la que además suma actuaciones poco convincentes -a pesar de la trayectoria de algunos de sus intérprtes- como es el caso de Sergio Galliani. Poco aprovechadas también como en el caso de Leonardo Torres Villar, y en completa desventaja frente a la inconsistencia de Orlando Fundichely y a un lamentable Aldo Miyashiro.
Este universo femenino cargado de emotividad, deseos de romance, seducción, vanidad y compañerismo va a actuar nuevamente en un solo ámbito. En el ámbito emocional ligado a la felicidad en función a una pareja. Parece que en pleno siglo XXI, ante los ojos de Pérez Garland y el guionista Carlos Galiano, y con la complicidad de la risa fácil, este es el gran dilema al que se enfrentan las mujeres: El estar solas, sin un hombre y caer en una inexorable depresión a causa de ello. Solo en un momento de la película el personaje de Marta reflexiona con respecto a lo que la vida en familia la ha convertido, y el vacío que se produce cuando las personas a las que se dedicaba ya no están. Quizás sea ese el momento más honesto de todo el film.
Aunque se trate de una comedia, poco o nada sabemos de estas tres mujeres y de cómo se ganan la vida. Aunque parecen provenir de algún estrato privilegiado, en el que la situación económica no es un elemento de confrontación con la realidad. Tal como sucede en muchas comedias exitosas donde todos los agravantes se confrontan para graficar mejor una perspectiva que también provoque el humor.
«Locos de amor 3» es una película predecible y reciclada, sin mayores pretensiones que las de sumar una buena taquilla. En un contexto en donde la mujer se debate contra otro tipo de conflictos, acá se insiste en el amor romántico que todo lo puede y que pregona la necesidad de la compañía de una pareja para encontrar la realización de su vida. Los realizadores abren y cierran este film con secuencias que celebran la unión de dos personas, pero poco es lo que arriesga y nada es lo que aporta en esta época de cambios.
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