[Netflix] «Elisa y Marcela», lo nuevo de Isabel Coixet


Elisa y Marcela es la más reciente película de la cineasta española Isabel Coixet, reconocida directora que ha dirigido películas y series entre las que resaltan “Foodie Love” (2019), “Nadie quiere la noche” (2015), “Mi vida sin mí” (2003) y  “Paris, je t’aime” (2005), entre otras.

Esta nueva película -que llega a nosotros gracias a la distribución de Netflix- nos presenta al primer matrimonio homosexual de España, en el lejano año 1901, en un país profundamente católico y conservador. Un titular es el que hizo que este matrimonio se vuelva noticia: “Un matrimonio sin hombre”, y así fue como empezó la persecución a esta pareja.

La película nos presenta la historia empezando desde el final, una anciana Marcela siendo visitada por una igualmente veterana Elisa. El encuentro -como suele suceder entre personas que se han querido intensamente y  luego han pasado mucho tiempo separadas- se siente brusco e incómodo, y pronto veremos el porqué.

Luego de presenciar el primer encuentro de la pareja, la narración cobra una forma lineal, esbozando la historia poco a poco, descubriendo a los personajes y sus intenciones, con las sutilezas con las que ellas mismas las deben mostrar debido al contexto de opresión extrema en el que se vivía en esa época. Coixet se apoya de metáforas controversiales en las escenas de carga sexual, como cuando usa un pulpo para hablar de la sexualidad de la pareja y tener a Elisa cubierta de algas previo a uno de sus encuentros sexuales.

La misma Coixet explicó las referencias más controversiales del largometraje. El pulpo, por ejemplo, es una referencia a un cuadro muy conocido llamado “El sueño de la mujer del pescador” de Katsushika Hokusai, en el cual un pulpo practica un cunnilingus a una joven. Esta imagen nos trata de llevar a la idealización erótica de la pareja en este momento de la historia. Otro referente interesante por el que opta Coixet, nuevamente en referencia a la sexualidad de la pareja, es en la escena en la que Elisa está cubierta de algas, ya que es una referencia a la artista surrealista Maruja Mallo, esta vez referenciando a una figura femenina incomprendida en su época, tal y como Marcela y Elisa lo eran en la suya.

La estética nos remite directamente a la melancolía que cubrirá la relación de la pareja, la fotografía es en blanco y negro, lo cual nos remite a un “Frances Ha” de Noah Baumbach (2014) o a un “Cold War” de Pawel Pawlikowski (2018), por la manera cómo se conecta lo monocromático con el cotidiano dolor de los personajes. Elisa y Marcela realmente vivían en una época y un mundo en el que las cosas debían ser blanco o negro, y al decidir algo distinto vivirían como parias de esa sociedad.

No pasa mucho tiempo para que ellas se descubran y se revele el estado de sus familias distantes y homofóbicas a las que tienen que afrontar. Ambas son representaciones de rebelión en un momento en la historia en que eso no era aceptado. Elisa y Marcela no solo son dos mujeres homosexuales sino también ateas y aun así estudian en una escuela fuertemente religiosa, y posteriormente enseñarán en un pueblo imbuido de la misma efervescencia religiosa.

La pareja, como era de esperarse, está destinada a un rechazo masivo de la sociedad, los padres de Marcela lo sospechan y las separan por unos años pero al volverse a encontrar retoman la relación en el mismo estado emocional y mental donde la habían dejado e intentan formar una vida juntas.

Tal y como ocurre en las historias de romance de las cuales ya estamos acostumbrados, ambas tienen al mundo en contra y los ataques no tardan en llegar. Este bien podría ser un amor frustrado pero lo que nos trajo hasta este punto y lo que inspiró a la creación de este filme fue el encabezado mencionado hace unos párrafos: “Un matrimonio sin hombre” .

La pareja pasa a ser casi un espectáculo de circo por cada intento que hacen para mantenerse juntas. Las decisiones que toman de forma desesperada las llevan a ser buscadas por la policía y tras huir a varios países, son atrapadas y llevadas a la cárcel. Las chicas ensayan todo tipo de artimañas para no ir presas y luego, para no ser extraditadas. Elisa inclusive suplanta la identidad de su primo muerto para transvestirse y así poder casarse con Marcela. Esto las convierte en el primer matrimonio homosexual en España y, además Coixet deja entrever que el matrimonio nunca se anuló.

Al ser una historia basada en un hecho real y en un titular amarillista, Coixet se ha tomado algunas libertades narrativas para tratar de completar la situación por la que estaría pasando la pareja; como la figura de la madre que apoya a su hija desde lejos y que no toma el suficiente valor para defenderla. Ella deviene en una espectadora distante que, sin querer, apoya a un sistema opresivo al no rebelarse contra el mismo, o como el hombre que empieza a acosar a Marcela y es utilizado para embarazarla y hacer más legítimo el matrimonio de las chicas.

La pareja real, Elisa Sánchez Loriga y Marcela Gracia Ibeas.

Esta es una historia de amor inconclusa y golpeada por una sociedad que no está preparada para ella. ¿Qué la hace diferente de las demás?

A mi parecer, “Elisa y Marcela” brilla en cuanto vemos a las chicas presionadas y lanzando cada vez más ideas para poder concretar su plan de vivir en Buenos Aires, la desesperación hace relucir sus lados más humanos y esto se puede ver cuando ya están encarceladas, ambas toman decisiones muy diferentes por el bienestar de quienes aman (Elisa por Marcela y ella, que acaba de dar a luz, por su bebé) y nos muestran la otra cara de una relación romántica, y lo que es dejar el amor por un bien mayor. 

Las actrices Greta Fernández (Marcela) y Natalia de Molina (Elisa) se lucen en estos papeles y crean una  relación de pareja con altos y bajos muy creíbles. Interpretan a una pareja atrapada por un simple sentir, que sufre constantemente por ello y deben pretender que esto no les duele, sacando fuerzas de donde no hay. Lamentablemente esta situación se sigue viviendo en muchos países a pesar de que el matrimonio homosexual está legalizado en 30 países (entre ellos España). En Perú esto aún no es una realidad y lamentablemente hay lugares en los que está penado inclusive con la muerte.

De forma que, a pesar de que hablamos de una historia basada en un hecho real y en un periodo histórico específico, muy fácilmente podría pasar en la actualidad y cobra ahí mismo gran valor. Es una historia que tiene mucha fuerza hoy mismo y que a mi parecer, necesitaba ser contada. 

Buen trabajo de Isabel Coixet y de su equipo. Les recomiendo ver además otros filmes de la directora, que llevan la misma sensibilidad y fuerza que esta historia, un par de ellos están disponibles en Netflix.

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3 respuestas

  1. […] Elisa y Marcela es la más reciente película de la cineasta española Isabel Coixet, reconocida directora que ha dirigido películas y series entre las que resaltan “Foodie Love” (2019), “Nadie quiere la noche” (2015), “Mi vida sin mí” (2003) y  “Paris, je t’aime” (2005), entre otras. Esta nueva película -que llega a nosotros gracias a la distribución de Netflix- nos presenta al primer matrimonio homosexual de España, en el lejano año 1901, en un país profundamente católico y conservador. Un titular es el que hizo que este matrimonio se vuelva noticia: “Un matrimonio sin hombre”, y así fue como empezó la persecución a esta pareja. La película nos presenta la historia empezando desde el final, una anciana Marcela siendo visitada por una igualmente veterana Elisa. El encuentro -como suele suceder entre personas que se han querido intensamente y  luego han pasado mucho tiempo separadas- se siente brusco e incómodo, y pronto veremos el porqué… Leer más […]

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  3. […] Elisa y Marcela es la más reciente película de la cineasta española Isabel Coixet, reconocida directora que ha dirigido películas y series entre las que resaltan “Foodie Love” (2019), “Nadie quiere la noche” (2015), “Mi vida sin mí” (2003) y  “Paris, je t’aime” (2005), entre otras. Esta nueva película -que llega a nosotros gracias a la distribución de Netflix- nos presenta al primer matrimonio homosexual de España, en el lejano año 1901, en un país profundamente católico y conservador. Un titular es el que hizo que este matrimonio se vuelva noticia: “Un matrimonio sin hombre”, y así fue como empezó la persecución a esta pareja… Leer más […]

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