[Crítica] «The Wild Goose Lake», film noir en Wuhan


Conmemorando las fechas en las que tendríamos el Festival de Cannes entre manos, y aprovechando la gran coincidencia de una película que nos deja ver el lado B de la ciudad de Wuhan pre COVID-19, nos encontramos con “The Wild Goose Lake”. Esta película estuvo en la competición oficial de Cannes del 2019, es el cuarto largometraje dirigido por el chino Diao Yinan, quien se hizo conocido por el film “Black Coal, Thin Ice”, premiado en la Berlinale del 2014. 

Su nuevo largometraje nos transporta a un Wuhan peligroso, oscuro y corrupto. Estamos dentro del mundo de las bandas criminales, los gangsters manejan la ciudad pero se enfrentan constantemente a policías y bandas rivales. Diao Yinan nos presenta todo ello con una estética de film noir, la película transcurre en la noche, las luces de neón acompañan distintos espacios de la ciudad en los que el protagonista busca esconderse, tras haber matado accidentalmente a un policía durante una pelea de bandas criminales que salió mal. Ahora hay un precio por su cabeza, y ambos grupos criminales están buscándolo por toda la ciudad. 

Zhou Zenong está atrapado entre estos dos bandos, y decide que su mujer cobre el dinero que la policía ofrece en recompensa por su captura. Sin embargo, al momento en que se realizará el encuentro entre ellos, Zhou se sorprende al encontrar una misteriosa mujer, Liu Aiai, quien asegura venir en representación de la esposa de Zhou. Ahora todo dependerá de que Zhou confíe en esta desconocida y en que el dinero llegue a las manos correctas. 

El largometraje tiene secuencias que nos remiten al “Fight Club” de David Fincher y a la estética violenta tarantinesca. Estamos rodeados de la brutalidad de los criminales y de las reuniones ilegales en las que se ven una y otra vez para hacer acuerdos y crear su propio orden, es en una de estas reuniones en que se decide aclarar una disputa que terminará condenando a Zhou Zenong. 

Hay un manto de injusticia cubriendo toda la narración. No sabemos realmente en qué bando está Liu Aiai, o siquiera si cumplirá su promesa. Hay un sentido de pérdida de fe por parte de los personajes, y esto lo representa muy bien Zhou al aceptar su destino y considerarse prácticamente un hombre muerto. La atmósfera del largometraje nos hace pensar en “Sin City” como referente de un film noir moderno y que, al igual que “The Wild Goose Lake”, retrata la desesperanza colectiva de un grupo de individuos dejados a su suerte. En este sentido es interesante observar que las mujeres son las únicas que parecen esforzarse por llegar a una situación mejor. Liu Aiai trabaja como prostituta de la zona turística del lugar, pero encuentra una posibilidad de alejarse de ese mundo al encontrarse con Zhou Zenong. De igual forma, su esposa evita entrometerse en las cuestiones ilegales de las que su esposo forma parte, justamente con la esperanza de poder sobrevivir ese entorno difícil y salir adelante con sus hijos. 

Diao Yinan nos muestra una Wuhan repleta de verdes y morados, las luces de neón están siempre presentes en las fugas y en la representación de una ciudad que parece haberle dado la espalda a sus habitantes. La estética de la película nos hace sentir que estamos en la pesadilla del protagonista, el uso de la violencia muy gráfica que se muestra en la historia aporta a ello, sangre desparramándose sin control, disparos y muerte con charcos de sangre nos sitúan rápidamente en la clase de historia a la cual nos estamos enfrentando, pero nunca perdemos los elementos clásicos del film noir: la femme fatale y el héroe misterioso son los primeros en presentarse en la historia. 

En ese sentido, la película es muy fiel a su género de origen, su ángulo diferencial viene en la forma en que se nos presenta. Tenemos el elemento de la ciudad corrupta y de un hombre que ya se rindió a su suerte, y a ello se unen con la contemporaneidad de una ciudad grande pero desordenada, inclusive en las esferas de poder (los policías se ordenan de una forma muy torpe y son los gangsters los que logran organizarse de manera más exitosa). Sin embargo, Yinan no pierde la oportunidad de plantearse cuestiones existencialistas dentro de la historia, inclusive hay diálogos en los que se le cuestiona a Zhou Zenong por qué no lucha por vivir y él responde que inclusive si luchara o no, su destino ya está escrito, no ve posible ganarle a los gangsters y a los policías, ni ve viable poder salir de la ciudad a tiempo con su familia. Además no lo quiere hacer, hay algo en su honor que está manchado. 

Zhou carga una culpa de la cual no logra librarse y solo luchará por esa última esperanza que tiene de hacerle bien a la familia a la que le hacía daño por su estilo de vida. Nuestro protagonista es un antihéroe caído en desgracia, y el resto de personajes se relacionan en torno a él y al eje que crea con el crimen que cometió. De esta forma, el foco de atención es hacia el fugitivo que, por momentos, parece invencible pero que carga con una gran condena que lo sigue por todos los caminos que toma, en cada espacio en el que se mueve, inclusive al estar por entregarse, está cargado de muertes injustas y violencia gráfica de la cual no se salva nadie.

El filme no pierde la oportunidad de plantearnos cuestiones morales desde un inicio. ¿Se puede salir realmente de un círculo constante de violencia, o una vez que estás dentro ya no hay salida sin sacrificio? Sin duda la respuesta a esta pregunta, siguiendo lo planteado por Diao Yinan, es un no. La violencia condena a todo su entorno.  No pasa por alto que estamos hablando de un país tan estricto como es China, en el que las libertades individuales son muy reducidas y la información hacia el exterior, limitada. 

Diao Yinan nos da una pieza que invita a verla una y otra vez para poder gozar de los matices de la sociedad que presenta, y para poder reflexionar sobre la posición que cobran nuestras ciudades en cuanto a la violencia se refiere.

Recomiendo esta película en especial a los amantes y nostálgicos del film noir, “The Wild Goose Lake” queda como registro de una ciudad que lastimosamente se haría conocida a nivel mundial por otros lamentables sucesos que vivimos actualmente. Esperemos que pronto veamos más cine de Diao Yinan, y quizá también de cineastas afectados por el contexto actual.


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