A diferencia de la actualidad, en que los viajes siguen restringidos en el orbe, hubo un tiempo en que el Perú tenía epidemias particulares, hiperinflación y terrorismo, que provocaban el éxodo a algún mejor lugar. Pero el Perú tortuoso se lleva en los hombros a cualquier parte: es la premisa de La bronca, dirigida por los hermanos Daniel y Diego Vega, que se emitirá online el lunes 12 de octubre en el 7° Festival de Cine de Trujillo.
La película se sitúa al inicio de los años 90, cuando el Perú llegaba al clímax de la violencia y la pérdida de democracia. Está íntegramente rodada y ambientada en Canadá, próspera y organizada, pero también distraída e inconsciente en su urbanismo espacioso de lo que estridentes migrantes podrían hacer en su pequeño mundo.
Se producen múltiples contrapuntos: localía tranquila / visitantes disonantes, desarrollo nacional / subdesarrollo del Perú, relaciones empresariales formales / familia fracturada. Las noticias que llegan del sur sólo significan la confirmación de que ahí no se debe estar por acción de “los otros”, pero también muestran que entre la nieve y el confort canadiense se va construyendo una pequeña sucursal de desencuentro y odio.
Y al medio el “jefe de familia”, que ya no puede convencer a su esposa lugareña de que tiene bajo control la intrusión, vive convencido de que su hijo no debe quedarse en el Perú o volver a él por falta de oportunidades. Sin percatarse de que las van perdiendo donde se encuentran. El tono del relato es áspero y destructivo, en escenas predominantemente conflictivas en la que el padre, su amigo íntimo y el hijo representan tres generaciones de dispersión mental y experiencia caótica: el que nació en la naturalidad militarista de mitad de siglo, el de los reformistas años 60 y el que creció a mediados de los 70 y sólo ha conocido el camino al abismo social y propio. Todo muy dramático, aunque con guiño de comedia oscurísima por lo brutos que son, como personajes de los hermanos Ethan y Joel Coen.
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