La nueva película del argentino Ezequiel Acuña, la primera que filma en Perú, «La migración» continúa su estreno online. Se puede ver actualmente en Joinnus.
La historia nos narra la búsqueda de Guille, un músico argentino, quien viaja a Lima para encontrar a un viejo amigo de sus aventuras musicales, en el balneario de Punta Hermosa.
En los papeles protagónicos tenemos a Paulina Bazán, como Sofía (17) y a Santiago Pedrero en el papel de Guille (37). Conversamos con ambos protagonistas sobre esta experiencia cinematográfica:
Cuéntanos Santiago, ¿cómo ha sido este reencuentro con Ezequiel?, con quién has trabajado en todos sus films anteriores. – Con Ezequiel nos conocimos en el año 2000 o 2001 en una prueba para lo que después fue la película «Nadar solo». De ahí hasta hoy de manera cada vez más personal.
He participado en sus cinco películas, armamos algunos grupos de música que fueron efímeros y hasta llegamos a dar clases en Lima. Nunca dejamos de tener más o menos contacto en todo este tiempo, que es mucho.
Este tipo de vínculos, como el que mantienes con Ezequiel, ¿tiene ya algunos códigos, lenguajes tácitos de entendimiento cuando abordan un nuevo proyecto? – Siempre se trabaja sobre lo avanzado en algún sentido por la experiencia que ya tenemos en el trabajo. En este caso fue un poco crecer, desarrollando cada uno desde su lugar e intentando depurar o mejorar lo hecho en distintos aspectos.
A Paulina Bazán la vimos debutar en el cine, siendo una niña, en «El extirpador de idolatrías». En «La migración» interpreta a Sofía, una adolescente limeña dedicada también al arte:
Paulina, ¿cómo fue el proceso de casting? ¿Cuál crees que ha sido el elemento principal en el que te basaste para interpretar a Sofía? – El proceso de casting, como siempre digo, fue bastante particular. Primero porque hasta la tercera vez que me junté con Ezequiel no había leído el guion. Los castings se basaban en improvisar escenas en base a alguna indicación o a algún texto que teníamos como base y conversar acerca de la vida y de nosotros mismos. Ya cuando me eligieron para el personaje fue que pude leer la nueva versión del guion que Ezequiel había escrito.
Creo que el elemento principal para crear a Sofía siempre fue la improvisación. Sofía fue surgiendo, poco a poco, según cómo íbamos pasando las escenas. Ezequiel me dio mucha libertad en ese sentido. Teníamos textos para las escenas, pero sí podía agregarle alguno que fuera construyendo su personalidad, tenía libertad de hacerlo
¿Qué tanto de ti has dejado en este film? Que ya de por sí tiene una carga personal y hasta autobiográfica para Ezequiel. – Yo también podría decir que ese personaje tiene mucha carga autobiográfica. Sofía tiene mucho de Paulina: desde la risa hasta los gustos musicales y el equipo de fútbol favorito. Si bien no soy yo, creo que Ezequiel ha sabido agregarle elementos y características mías que, de alguna manera, agregan más verdad al personaje. Esa esencia adolescente que yo tengo por el mismo hecho de serlo.
«La migración» también hace referencia a la escena musical limeña o a la falta de ella, quizás con cierto sentido de crítica e identidad. En todo caso, la música juega un papel protagónico en esta historia y de manera muy personal.
Paulina, la música como elemento en esta película es muy importante. ¿Qué tanto ha servido para que los personajes y en particular el tuyo puedan expresarse con mayor libertad? – La música ha sido elemental. Si bien yo solo intervengo directamente en una de las canciones, muchas de ellas ya estaban creadas, o al menos en boceto, cuando grabamos. Tener las canciones en el rodaje de hecho que nos ayudaba a introducirnos en este mundo que Ezequiel construye.
Acuña construye universos musicales, en donde la naturaleza termina imponiendo su voluntad. Pero por encima de todo, construye interpretaciones genuinas como es el caso del vínculo entre Sofía y Guille.
Santiago, ¿qué tanto te costó entrar en la piel de Guille y todo su universo. – Por esto previo que venimos hablando, el trabajo fue conectar de vuelta con todo ese mundo que les comentaba recién.
Paulina, existe una frescura muy genuina en el personaje de Sofía. ¿Cómo lograste articular esta relación tan compleja con Guille, que entrelaza culturas y generaciones? – Mucho de la relación de Sofía y Guille siempre fue la relación Ezequiel-Paulina. De amistad, de admiración. Creo que algo importante fue que nunca pensé al personaje de Guille como un «adulto» en todo el sentido de la palabra; sino que, por el contrario, trataba de encontrar en él cosas que tuviese en común conmigo. Desde la música hasta el roche y la emoción de conocer a alguien nuevo. El que yo no conociera demasiado a Santiago (el actor) también aportó en ese sentido, pues sentía que lo iba conociendo en el proceso.
Santiago, ¿cuánto tiempo estuviste en Lima para grabar la película? ¿Cómo recuerdas esos días aquí? – Fueron dos meses creo, no recuerdo exactamente por estar la mitad de la semana en Buenos Aires y la mitad de la semana en Lima. Tengo los mejores recuerdos de ese momento y de todas las personas que participaron de la película.
Grabar en Lima, ¿ te ha dado la oportunidad de conocer más el cine que se realiza aquí? – Había trabajado previamente en el Perú en una película de Gianfranco Quatrinni [N.E.: Se trata de «Planta madre», estrenada el 2015]. Allí también conocí a muchos colegas con los que aún hoy sigo en contacto. Respecto al cine, entiendo que hay nuevas películas de nuevos directores, y sobre todo, en lo personal, me encontré gente muy buena trabajando en cine.
Finalmente, ¿qué proyectos tienen a futuro, en cine u otras artes? – Santiago: Filmar los proyectos postergados de este año horrendo y poner en escena un texto para teatro que escribí hace poco.
– Paulina: Actualmente estoy enfocandome al 90% en mis estudios (llevo Actuación en la PUCP). De todas maneras siempre trato de mantenerme activa «en la cancha», grabando cortos y alguna que otra cosita por Zoom. Por lo pronto, no tengo ningún proyecto en particular. Lo que sí, estoy a la espera de que culmine el proceso de producción de una peli que grabé el año pasado. Eso sí me tiene muy emocionada.
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