La ópera prima de Emeral Fennel, a quien conocemos por interpretar a Camila Parker Bowles en la serie «The Crown», nos presenta de la mano de la productora Lucky Champ Entertainment (encabezada por Margot Robbie) una película que respira feminismo puro y duro. La historia de la heroína feminista que necesitamos. Promising Young Woman, un filme que fue estrenado en el festival de Sundance del 2020 y debido a la pandemia por la covid-19, tuvo un estreno comercial el 25 de diciembre de ese mismo año de forma online.
Fennel estuvo a cargo de la escritura, dirección y producción del proyecto, un trabajo que empezó a escribir en el 2017, antes de que movimientos como el #MeToo tomarán una escala mundial, pero sin duda antecediendo situaciones que las mujeres ya vivían día a día. Fue finalmente en el 2019 en el que pudo realizar el rodaje luego de contar con el apoyo y el cast amplio de estrellas de Hollywood para hacer de esta película una de las más comentadas del momento.
El thriller atrevido cuenta la historia de Cassie, interpretada por Carey Mulligan, una treintañera que aun vive traumatizada por la violación y suicidio de su mejor amiga, Nina, años atrás cuando ambas estudiaban medicina. Estos eventos la llevaron a dejar la carrera y el futuro que tenía, para trabajar en una cafetería, aunque finalmente su recordada amiga muere sin obtener justicia.
Los años han pasado y Cassie está estancada, durante el día trabaja en la cafetería y durante la noche va a fiestas en las que actúa vulnerable (drogada o borracha) para capturar a potenciales violadores, quienes inicialmente se ofrecen a ayudarla pero rápidamente muestran las garras y buscan propasarse con ella. Es ahí donde Cassie los confronta y les hace pagar por lo que potencialmente habrían hecho con ella. Lo frustrante de la situación es que los hombres confrontados no saben cómo reaccionar al cambio de actitud de Cassie empoderada, finalmente ella tiene razón en confrontarlos y ninguno se ve como un agresor sexual, a pesar de estar ejecutando ese rol.
El largometraje empieza con muy buen ritmo, mostrándonos el día a día de Cassie, y cómo va buscando su venganza pero, a la vez, lo mal vista que es una persona como ella en la sociedad: Una mujer en sus 30 años que aún vive con sus padres y que a pesar de haber tenido un buen futuro adelante hace unos años, lo echó a perder. En cierto momento, Cassie se reencuentra con un amigo de la universidad, quien reaviva los recuerdos de lo que le pasó a Nina. Y así es como empezamos a ver el espiral en el que cae en búsqueda de venganza. Nuestro ícono de venganza feminista se empieza a enfrentar a ella misma, a sus vulnerabilidades emocionales y al plan que poco a poco construye al enterarse de que los culpables de la violación de su amiga viven la vida que ella debió vivir.
En un principio Cassie se nos presenta como una superheroína, inmune a consecuencias por sus acciones e incomprendida por su entorno, Fennel nos propone un mundo crudo y realista en el que las mujeres suelen ser víctimas de ataques por partes de “chicos buenos”, hombres que bajo cualquier estándar son buenas personas, pero también de mujeres, “chicas buenas y exitosas” que no toman como real el testimonio de otras mujeres, inclusive si la circunstancias lo prueban y ahí reside uno de los primeros mensajes interesantes del filme. ¿Hasta que punto eres una buena persona? Esa es la pregunta que se plantea una y otra vez, los hombres que aparecen al inicio van progresivamente mostrándose más y más “buenos” y solo conforme avanza la historia los vemos como predadores. En ese sentido, la opción del casting es magnífica, el interés romántico de Cassie es Ryan, interpretado por Bo Burnham (conocido comediante y actor americano) quien bajo cualquier mirada parecería el hombre perfecto, es un médico que parece estar enfocado en sentar cabeza y construir una buena relación con Cassie, tiene un buen sentido del humor y los espectadores lo ubicamos siempre como el “chico bueno”. Lo mismo ocurre con el resto de hombres culpables de la violación de Nina, entre ellos encontramos a Max Greenfield (conocido por interpretar a Schmidt en la serie “New Girl») y Chris Lowell (quien actua en «Glow» interpretando a Bash), ambos actores de comedia con quienes es casi un reflejo asociar al concepto de “chico bueno”, Fennel sabe que el espectador hará esta asociación y juega al contraste de lo que puede parecer, con lo que es. A la víctima finalmente no se le cree, e inclusive pierde un juicio, porque nadie pensó que los chicos buenos hubiesen cometido ese crimen. Pero la crítica no va dirigida solo a los predadores, sino también al sistema que permite que ellos salgan ilesos. Las mujeres en el filme, sabiamente interpretadas por actrices típicamente de comedia (Alison Brie y Connie Britton) quienes son confrontadas por Cassie mostrando que el sistema que defienden las puede traicionar. Ambas habilitaron un entorno para culpar a la víctima, una víctima que ninguna parece querer recordar.
El filme propone una disección interesante sobre el trauma, Cassie no puede dejar atrás el recuerdo de la muerte de su amiga, tanto así que aquel evento afecta todo lo que ha vivido luego del mismo. Inclusive cuando la madre de Nina le pide que deje ese episodio de su vida atrás de ella, no puede. La mujer que se nos presentó como una heroína irreverente en realidad es una frágil mujer que no puede alcanzar un estado de paz y está constantemente resintiendo la realidad en la que vive. Inclusive en los momentos en los que es feliz con su pareja y tratando de alejarse de su búsqueda de venganza, el largometraje nos mantiene intranquilos, la selección de la música nos aporta para lograr ello. Constantemente escuchamos a íconos pop que sufrieron por abusos y excesos, «Stars are blind» de Paris Hilton y un perfecto remix de «Toxic» de Britney Spears crean la atmósfera perfecta en la que Cassie se desarrolla. Poder femenino y venganza.
El final de esta película es controversial, Cassie va por la venganza última y si bien apostamos por que ella gane, hay una realidad inevitable y en ello el largometraje no escatima, generalmente los hombres son más fuertes que sus contemporáneas del sexo opuesto. En este sentido el realismo de la película cobra una nueva dimensión durante los últimos minutos del filme, nuestra superheroína cae del pedestal de ser intocable y por unos minutos vemos cómo los culpables de este hecho optan por encubrir y pretender que nada ha ocurrido. Cassie cae en el mismo patrón que sufrió Nina.
Hacia el final del largometraje el suspenso se torna un ingrediente fundamental. La desorientación de todos los personajes hacia lo que ha ocurrido, la negación de los hechos, la impunidad, todo deja con la sensación de un nudo en la garganta. Experimentamos la ira que Cassie estaba afrontando todo este tiempo, ahora tomamos su rol. La sensación de pausa y desconsuelo es abatida por la astucia de nuestra querida protagonista, quien tenía un as bajo la manga.
Promising Young Woman funciona como un retrato de la ira femenina, un retrato de una justiciera que además tiene razones profundas para actuar de esa forma, como Fennel lo describe en una entrevista con W Magazine, la justicia con la que actúa Cassie es “como aquellos castigos bíblicos, cuando tienes la razón pero además estas furioso y feliz de impartir justicia”. Cassie es la justiciera bíblica que necesitamos en el 2021.
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