La mayoría de cinéfilos y fanáticos de los blockbusters y las películas de superhéroes se saben la historia de “La liga de la justicia de Zack Snyder” de memoria. El director de “Hombre de acero” y “Batman v. Superman: el amanecer de la justicia” se encontraba en el rodaje de la tercera entrega de esta trilogía de DC Comics, cuando su hija Autumn se quitó la vida. Incapaz de seguir trabajando, el cineasta fue reemplazado por Joss Whedon (“Los Vengadores”), quien terminó regrabando el 70% de la cinta, incluyendo a un Henry Cavill cuyo bigote (para “Misión Imposible: Repercusión”) tuvo que ser borrado digitalmente y de manera poco convincente, y cambiando el tono de la historia, haciendo que se asemeje más a lo que el creador de “Buffy la Cazavampiros” hizo para el Universo Cinematográfico de Marvel. Y no nos olvidemos, por supuesto, que esta versión del filme tenía que durar 2 horas para maximizar la cantidad de funciones que pudiese tener cada día, y tenía que estrenarse en determinada fecha para que los ejecutivos de la Warner Bros. no perdieran sus bonos.
Se puede decir, en pocas palabras, que la versión de “La liga de la justicia” que vimos en cines en el 2017 no fue motivada por la creatividad, si no más bien por el dinero… más, incluso, que el blockbuster hollywoodense promedio.
Pero luego de que aquella película fuese un fracaso en la taquilla y con la crítica, los fanáticos se hicieron escuchar. Poco a poco, una campaña fue desarrollándose para traer de vuelta la versión original de “La liga de la justicia”, llamada inicialmente “El corte Snyder” («Snyder’s Cut»), primero con diversos tweets y hashtags, y culminando con pancartas en Times Square, financiadas únicamente por los fanáticos de la saga y, principalmente, de Snyder. No se puede ignorar a los seguidores tóxicos, obviamente, pero tampoco se puede negar lo mucho que estos fans hicieron para que la Warner los escuche.
Y contra todo pronóstico, los escucharon.
Es por eso que ahora podemos ver “La liga de la justicia de Zack Snyder” en la comodidad de nuestras casas, a través del servicio de streaming HBO Max, si es que se encuentran en los Estados Unidos (a Perú recién llegará en junio por esa vía), y en plataformas como Cinépolis Klic o Google Play en Latinoamérica. Puede que esta nueva versión de la película de superhéroes no vaya a ser estrenada en la pantalla grande —por el momento—, pero el simple hecho de que exista, y que DC se haya animado a invertir 70 millones de dólares para que pueda ser terminada, es digno de ser celebrado. Al menos por los fanáticos que tanta campaña hicieron estos últimos (casi) cuatro años. Después de todo, es algo que nunca antes había pasado en la historia del cine estadounidense.
El punto es que por fin podemos ver “La liga de la justicia de Zack Snyder”, luego de tanta espera y, últimamente, de tantas acusaciones hacia Joss Whedon, quien ha demostrado ser una terrible persona. Y aunque no se trata necesariamente de una obra maestra, es básicamente lo que había estado esperando: una versión coherente y consistente de la misma historia que vimos en el 2017, con más personalidad, personajes mejor definidos, menos huecos narrativos, y hasta una mejor banda sonora. Es una cinta de Zack Snyder al 100%, para bien o para mal (para su servidor, en este caso, más para bien), un producto con un estilo muy bien definido que resalta positivamente en contraposición al “monstrito de Frankenstein” que Whedon terminó estrenando en los cines.
Es pocas palabras: los fanáticos que hicieron campaña por tanto tiempo la amarán.
La premisa de “La liga de la justicia de Zack Snyder” es similar a la de la versión anterior, pero la ejecución es distinta. De hecho, esta nueva cinta comienza de manera diferente a la de Whedon, con imágenes de la muerte de Superman en “Batman v Superman”, en donde los gritos del Hombre de Acero terminan por despertar a las Cajas Madre que esconden las Amazonas de Themyscira, los Atlantes bajo el mar, y cierto Cyborg en medio de Ciudad Gótica. Es así que el poderoso Darkseid (voz de Ray Porter) decide mandar a su lacayo Steppenwolf (voz de Ciarán Hinds) a la Tierra, para convertirla en un mundo muerto y desolado, ideal para su ejército de Parademonios.
Esa es una de las mayores diferencias entre ambas versiones de la película. Mientras que “La liga de la justicia” de Whedon incluía a un Steppenwolf carente de personalidad o de motivaciones creíbles, el villano de este nuevo corte es bastante más interesante. No es ningún Thanos —ni se le acerca—, pero me gustó que esta vez haya sido caracterizado como alguien que busca aceptación, que años atrás traicionó a su Maestro, y que ahora simplemente lo quiere hacer feliz, para poder reinar a su costado. Es una versión un poco más patética, pero sorprendentemente, también más intimidante del cornudo alienígena, interpretado por aplomo por el talentoso Hinds, quien esta vez no está tan desperdiciado como antes.
Al igual que en el corte de Whedon, es Bruce Wayne / Batman (Ben Affleck) quien se encarga de reclutar a los demás metahumanos para tratar de detener a Steppenwolf y sus Parademonios… pero nuevamente, los cambios están en los detalles. Y como se deben estar imaginando también, eventualmente nuestros héroes se animarán a resucitar a Clark Kent / Superman (Henry Cavill) con la ayuda de una de las cajas, lo cual se siente mucho mas justificado en esta película; es una suerte de culminación narrativa y dramática de lo que ha venido antes, reforzado, incluso, por unas cuantas escenas de Lois Lane (Amy Adams) tratando de sobrellevar el dolor que siente por la muerte de su amado. Funciona, y resulta mucho más emotivo que en la versión de Whedon.
Y eso se debe, más que nada, a que Snyder se toma su tiempo. Sin restricciones de duración, lo que nos entrega es una película épica de cuatro horas de duración, que por momentos se siente inflada (es algo así como un corte que incluye TODO, hasta las escenas que normalmente se hubiesen eliminado para una versión para cines), pero que la mayor parte del tiempo, maneja un ritmo que ayuda a que los personajes se desarrollen de manera más creíble. El reclutamiento por parte de Batman toma bastante tiempo, por ejemplo, y en el ínterin nos vamos enterando de los problemas que Aquaman (Jason Momoa) tiene con los Atlantes, incluyendo a un Vulko (Willem Dafoe) que esta vez aparece con una melena digna de mejor causa. Algo similar sucede con la relación entre Diana Prince / Mujer Maravilla (Gal Gadot) y Bruce, quienes manejan una química más sólida en esta versión, con pequeñas insinuaciones de una tensión sexual que inicialmente no me hubiese esperado.
Pero quienes salen mejor parados en “La liga de la justicia de Zack Snyder” son Victor Stone / Cyborg (Ray Fisher) y Barry Allen / Flash (Ezra Miller). El primero pasa de ser un adorno sin personalidad a convertirse en el corazón de la historia. La relación con su padre, Silas Stone (Joe Morton, o Miles Dyson en “Terminator 2”) está mucho mejor desarrollada, lo cual ayuda a explicar mucho del sufrimiento que el personaje siente la mayor parte del tiempo, así como el conflicto interno que tiene que sobrellevar en relación a sus poderes, y la muerte de su madre, Elinor (Karen Bryson). Se trata de una expansión verdaderamente increíble del personaje, a quien esta vez vemos, incluso, cuando era humano (en un flashback visualmente impresionante mientras juega fútbol americano), o interactuando de manera más emotiva con los demás personajes de la Liga. Da gusto ver la reivindicación de Cyborg como personaje, y de Fisher como el actor que lo interpreta.
El segundo, por otro lado, pasa de ser un personaje cómico insufrible (¡eliminaron el “chiste” sobre brunch!) a ser un miembro invaluable de la Liga. Me encantó su introducción, en donde salva a Iris West (Kiersey Clemons, quien regresará en la película de “Flash” del argentino Andy Muschietti) de un terrible accidente automotriz, así como la manera en que Snyder representa sus poderes en pantalla. Crucialmente, le da la oportunidad a Flash de realizar un acto verdaderamente importante (y emocionante) durante el clímax de acción de la película, lo cual ayuda, además, a presentar a Superman como un miembro importantísimo de la Liga y alguien innegablemente poderoso, pero no como alguien que llega a último minuto y derrota a Steppenwolf en tres segundos. De hecho, “La liga de la justicia de Zack Snyder” representa el trabajo en equipo (y en general, el crecimiento de los protagonistas) de la Liga de mejor manera que la versión de Whedon, lo cual ayuda a que la escena de acción final no se sienta forzada o cursi.
Curiosamente, la versión para cines de la película conservó muchas de las secuencias de acción de “La liga de la justicia de Zack Snyder”, pero editándolas de manera insufrible, removiéndoles el estilo tan particular que Snyder maneja. La batalla final es mucho más coherente ahora —y mucho más agradable visualmente—, pero el resto de la película no carece de momentos emocionantes, incluyendo la batalla contra Steppenwolf en las alcantarillas de Gótica, o la introducción de Mujer Maravilla, donde salva a unos escolares de ser asesinados por un grupo de ladrones de bancos. Eso sí, la película si incluye un par de momentos de disonancia emocional, la mayoría de ellos relacionados a los actos de violencia (ahora sangrienta; el filme es para mayores de 18 años) que sus héroes cometen; en dicha secuencia con los ladrones de bancos, Diana pulveriza (con explosión y todo) al líder de los criminales, y cinco segundos después, se acerca dulcemente a una niña para calmarla. No entiendo cómo es que la chica no quedó traumatizada luego de ver como su supuesta heroína destruyó a un ser humano, pero parece que a Snyder no le importan demasiado ese tipo de detalles.
No obstante, no se puede dejar de admitir que, fuera de sus flaquezas como cineasta (usualmente relacionados al componente emocional o hasta lógico de las historias que cuenta), Snyder es un experto a la hora de componer imágenes impresionantes, con o sin ayuda de efectos digitales. Consideren, si no, el flashback extendido en donde vemos a Zeus, Ares (ya sabrán qué cameo es), las Amazonas y todas las tribus de los hombres enfrentándose a Darkseid. O la secuencia de acción entre las Amazonas (lideradas por la Reina Hippolyta de Connie Nielsen) y Steppenwolf. O las decenas de secuencias en cámara lenta, que a estas alturas del partido podrían ser consideradas como típicas de Snyder, pero que acá al menos sirven para ilustrar de manera impactante los poderes de Barry. Todo está presentado de manera poco caótica —sin las cámaras en mano o movimientos repentinos que uno esperaría de este director—, con claridad y emoción.
Ayuda, por supuesto, que los efectos visuales ahora luzcan mejor que en la versión anterior. Sí, el filme en general maneja una estética más bien digital, donde todo parece haber sido grabado en estudios, pero al menos no luce como un cutscene de videojuego para PlayStation 4. El diseño de Steppenwolf es intimidante y alienígena (en oposición al “señor pálido con cachitos” de la versión de Whedon); Cyborg luce convincente la mayor parte del tiempo, y el clímax de la historia se ha deshecho del tinte rojo nauseabundo que invadió a la película que se estrenó en cines. De hecho, la única creación digital que no me convenció para nada fue un personaje que aparece por primera vez en este universo; su cameo (en tan solo dos escenas) es extremadamente gratuito, y se siente fuera de lugar. Sin embargo, entre los cambios ya mencionados y la eliminación de los chistes innecesarios y one-liners absurdos de Whedon (¡Batman ya no es un payaso y Flash ya no es un idiota sin habilidades sociales!), “La liga de la justicia de Zack Snyder” se siente más coherente en relación a las dos cintas anteriores, tanto a nivel narrativo, como de tono.
Curiosamente “La liga de la justicia de Zack Snyder” termina siendo la película de DC más esperanzadora de Snyder. Sin llegar a ser tan ligera y bromista como algunos de los filmes de Marvel, o tan oscura y cínica como “Batman v. Superman”, esta nueva versión maneja un buen balance entre el tono épico que una historia como esta merece, el humor (sutil) que personajes como Barry Allen le inyectan a la trama, y la violencia espectacular que a Snyder le gusta tanto. ¿Debió durar 4 horas? No necesariamente (el epílogo, por ejemplo, es innecesariamente largo, por más de que esté relacionado a la secuencia de Knightmare de “Batman v. Superman”); pero me imagino una versión de tres horas de esta película estrenándose en cines. De hecho, eso fue lo que la Warner debió hacer en el 2017, en vez de regrabar todo con Whedon, insertándole humor forzado y efectos visuales paupérrimos. Hasta ahora no se me ocurre una buena razón para justificar lo que Warner Bros. y DC hicieron con esta película hace casi 4 años.
Ahora, por más de que Danny Elfman sea un buen compositor con una gran trayectoria, no se puede negar que la banda sonora de Junkie XL para “La liga de la justicia de Zack Snyder” es superior a lo que el primero hizo para la versión anterior del filme. Deshaciéndose de los temas del Batman de Tim Burton y el Superman de Richard Donner, Junkie reintroduce el tema del Hombre de Acero y Mujer Maravilla de Hans Zimmer en los momentos adecuados, agregando un tema bastante intenso para el Caballero Oscuro, y hasta incluyendo algunos cánticos amazónicos inesperadamente hipnotizantes durante las escenas más emocionantes con Diana o sus compatriotas. Sin embargo, lo más importante es que la música de Junkie acompaña mejor a la historia y el estilo de Snyder, complementando muy bien a la acción, contribuyendo al tono épico y grandioso del filme.
Los “haters” de Snyder probablemente odiarán “La liga de la justicia de Zack Snyder”, eso es de esperarse. Pero por más que detesten o amen la manera en que dicho cineasta dirige sus películas, lo que no se puede negar es que tiene un estilo muy propio y muy marcado, lo cual le otorga una identidad identificable a sus películas. Prefiero eso mil veces a un producto genérico y inconexo como “La liga de la justicia” de Joss Whedon. Con su duración excesiva, héroes mejor desarrollados, estilo visual más atractivo, e historia más fácil de comprender, “La liga de la justicia de Zack Snyder” es un blockbuster épico, emocionante, inflado e autoindulgente. Es lo que Snyder quería hacer, y a diferencia de la película del 2017, logra causar una reacción emocional fuerte en el espectador. Considerando que su universo no va a ser continuado en más películas, “La liga de la justicia de Zack Snyder” termina siendo una emotiva despedida para un director que tuvo que combatir toda suerte de obstáculos para traer su visión a la pantalla chica.
Nota: la película está siendo presentada en formato 1:33:1, tipo “Academia”, o casi cuadrado. Así que no se asusten cuando pongan play y vean barras negras a los costados de su pantalla.
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