Si bien es cierto que los cines se extrañan a sobremanera, hay que admitir también que solo las plataformas de streaming —al menos por el momento— ayudan a que proyectos como «Ni un paso en falso» (No Sudden Move, 2021), de Steven Soderbergh, se puedan realizar. Después de todo, este tipo de thrillers de ritmo pausado, que priorizan la tensión por sobre las persecuciones y balaceras, ya casi ni se estrenaban en la pantalla grande. No son viables en un mercado que, al menos antes de la pandemia por la covid-19, se veía más beneficiado por el estreno de grandes blockbusters (películas de superhéroes, secuelas, reboots y remakes). “No Sudden Move” se siente como en casa en un servicio como HBO Max, donde posiblemente será descubierta por más gente que probablemente no le hubiera dado una oportunidad en el cine.
Porque incluso considerado las distracciones que uno tiene en casa —el smartphone, las llamadas, el poder poner pausa e ir al baño—, “No Sudden Move” logra atrapar al espectador desde el primer momento, adentrándolo en un mundo de criminales, corrupción y conspiraciones, todo inspirado en eventos que sucedieron en la vida real en la década de 1950. Protagonizada por un elenco de lujo, “No Sudden Move” demuestra que no es necesario contar con grandes secuencias de acción o una historia previsible para desarrollar algo interesante y lleno de suspenso; puede que la trama se sienta algo enredada por momentos, pero no se puede negar que la más reciente producción de Soderbergh logra convencer, especialmente en contraposición a algunos de los productos más genéricos y explosivos que se pueden encontrar, tanto en las plataformas de streaming, como en los cines (en los países donde han reabierto, claro está).
La historia se lleva a cabo en Detroit a mediados de los años 50, y tiene como protagonistas a Curt (Don Cheadle) y Ronald (Benicio Del Toro), dos criminales que, junto al sospechoso Charley (Kieran Culkin), son contratados por el misterioso Jones (el gran Brendan Fraser) para un trabajo de “niñera”: es decir, tienen que ir a cuidar de una familia en su casa, mientras el padre, Matt (David Harbour) es llevado a la oficina de su jefe, para robar un documento importantísimo de su caja fuerte. El contenido de dicho documento no es conocido por los criminales, por lo que su importancia es revelada posteriormente, y de manera gradual.
Previsiblemente, todo termina saliendo mal, por lo que Curt y Ronald escapan de la casa, conscientes de que serán perseguidos no solo por un agente de la policía, Joe Finney (Jon Hamm), si no también por los líderes de las dos organizaciones criminales más importantes de Detroit: Frank Capelli (Ray Liotta), a quien todo el mundo parece conocer y tenerle miedo, y Aldrick Watkins (Bill Duke), quien se mantiene en las sombras por buena parte de la historia. Es así, pues, que nuestros protagonistas deciden investigar exactamente qué ha pasado, y por qué tanta gente parece estar interesada en adueñarse del documento que Matt fue a buscar.
Lo interesante de “No Sudden Move” no es solo que está narrada desde la perspectiva de dos criminales, si no también que se lleva a cabo en un mundo donde no hay héroes ni villanos. Todos los personajes son moralmente cuestionables, cometiendo toda suerte de fechorías y crímenes, ya sea para sobrevivir, o para ganar muchísimo dinero. Entre amoríos, asesinatos y engaños, “No Sudden Move” logra mostrarnos a seres humanos que se desenvuelven a una zona moral gris. haciendo que muchas de sus acciones sean imprevisibles y hasta chocantes. Es cierto que los roles femeninos son limitados, por ejemplo (lo cual no sorprende, considerando que la historia se lleva a cabo en 1954), pero incluso la Vanessa de Julia Fox demuestra ser mucho más intrigante de lo que uno se hubiera imaginado inicialmente.
Por otro lado, Soderbergh desarrolla el suspenso y la tensión de manera magistral, utilizando varios giros narrativos inesperados para sorprender al espectador, pero también para poner a sus personajes en posiciones incómodas. Muchos de ellos se ven obligados a improvisar o a realizar actos violentos para poder sobrevivir, lo cual hace que sea un poco más complicado empatizar con ellos. Esto se plantea a propósito; el guion de Ed Solomon le otorga algunas características positivas a personajes como Curt, para luego obligarlo a hacer algo despiadado o deshonesto. Esto hace que el espectador no sepa hacia donde el dirige la trama, y lo obliga a considerar su percepción de los personajes. Algunas de sus acciones son justificables, de eso no hay duda, pero otras… no tanto.
Ayuda, además, que “No Sudden Move” cuente con un reparto francamente envidiable; nadie está desperdiciado, y todos logran desarrollar personajes memorables. El Curt de Don Cheadle es alguien con un pasado complejo, que haría de todo para sobrevivir y escapar de Detroit; el Ronald de Benicio del Toro es más misterioso, presentado como alguien que sabe cuándo actuar y cuándo contenerse a sí mismo; el Matt de David Harbour es desarrollado como un padre de familia desesperado, que oculta más secretos de los que uno se imaginaria, y el Joe Finney de Jon Hamm tiene poco qué hacer al inicio, para luego demostrar que su presencia tenía un propósito temáticamente importante. Por otro lado, da muchísimo gusto ver a Brendan Fraser de vuelta en una película de prestigio. Su rol es relativamente pequeño, pero narrativamente importante.
Los fanáticos de los thrillers de criminales deberían pasarla muy bien con “No Sudden Move”; se trata de una experiencia cautivante, que sabe cómo desarrollar suspenso sin depender de violencia extrema o explosiones por todas partes. Agréguenle a eso un estilo visual interesante, pero por momentos innecesariamente poco convencional (parece que Soderbergh ha desarrollado una fascinación por los lentes ‘ojo de pez’), y “No Sudden Move” se convierte rápidamente en una de las mejores películas “serias” que haya visto este año, y de lo mejor que tiene HBO Max para ofrecer. De hecho, es el mejor filme de Soderbergh desde que salió de su supuesto “retiro” —ciertamente superior a la divertida pero algo irregular “Logan Lucky”. Espero que el afamado director se anime a sacar más producciones en servicios de streaming como este; ciertamente parece que le va mejor ahí, que con los grandes estudios tradicionales de Hollywood.
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