[Crítica] Festival de Cine de Trujillo: «Persona perpetua» (2020)

Persona-Perpetua-2020

El segundo largometraje del cineasta y artista plástico Javier Bellido Valdivia se aproxima desde una mirada documental y experimental a la inminente partida física de un ser querido. Es este caso, se trata de la abuela materna del director (Amadea Cárdenas), aquejada por el mal de Alzheimer, quien en su domicilio recibe los cuidados de una hija, una empleada del hogar y un enfermero. 

En «Persona perpetua», el director ausculta la escena íntima y familiar con un estilo monocromático en su fotografía y contemplativo en su puesta en escena. Busca darle expresión visual a la pérdida progresiva de la memoria. Para ello, recurre a movimientos de cámara lánguidos que ralentizan el trascurrir del tiempo hasta casi congelarlo dentro de la casa familiar. 

Los ambientes, fotografías y objetos del hogar aparecen en el encuadre como suspendidos en un escenario de memoria tenebroso y de brillos fugaces e intermitentes. Son recursos que expresan los sentimientos y recuerdos de la protagonista que el avance de la enfermedad va difuminando. 

En sintonía con ese clima cinematográfico, que tiene de expresionista, fantasmagórico y enrarecido, se intercalan imágenes de animales (gatos, un pájaro atrapado contra una ventana) y de la naturaleza (hojarasca, un atardecer) que prefiguran el ocaso de una existencia. Mientras en la banda sonora se acumulan silencios interrumpidos por quejidos y diálogos fuera de foco, son elementos que amplifican los padecimientos del grupo familiar ante el dolor y la pérdida que se avecinan. 

Sin embargo, la película no se regodea en la condición de Amadea, tampoco busca romantizar su vejez. En el cierre, hace una pausa a la sensación de agobio con el encuentro y reconocimiento mutuos entre abuela y realizador. Un momento de cariño que respira intimidad, memoria y briznas de fe religiosa. 

Bellido permanece fiel a lo visto en sus trabajos precedentes – el mediometraje Sinmute (2008), el largometraje Connatural (2018)-, obras herméticas en blanco y negro cuyas atmósferas remiten al cine de Béla Tarr, aunque en esta su última película se ha permitido trabajar con elementos que la hacen más accesible y cercana al espectador. “Persona perpetua” es uno de los acercamientos / retratos más rigurosos y creativos en torno a una persona adulto mayor que haya dado el cine peruano.

Podrán ver esta película, de manera gratuita del 11 al 17 de octubre, en el sitio web del Festival de Cine de Trujillo.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *