No vi todo el cine que hubiese querido. Eso no quita que este año que acaba disfrute de muchas obras muy estimulantes. Acá un listado muy personal (sin un orden en particular) de las 21 películas (y sus respectivas experiencias) que hicieron brillar mis ojos en el 2021.
- Seis días corrientes (2021) de Neus Ballús: Sencilla, honesta y agradable. Otra notable demostración de que “menos es más” en el cine. Película española para disfrutar en familia o con “nuevos” amigos.
- Duna (2021) de Denis Villeneuve: Experiencia sensorial alucinante al verse en una sala de cine. Tal vez la elección del actor protagonista no fue la acertada, pero quieres conocer más sobre la aventura de su personaje y el universo que nos ofrece el director canadiense.
- El misterio de Soho (2021) de Edgar Wright: La primera hora, notable. Todo el juego con los tiempos y épocas se cohesionan bien. La escena del primer baile del trío protagonista es de una belleza asombrosa. ¿Dónde compro la banda sonora, por favor?
- Manco Cápac (2020) de Henry Vallejo: Uno de los mejores finales del cine peruano de este siglo que yo recuerde. La historia de Elisban toca muchas fibras y conecta con cualquier migrante. El cine puneño sigue en saludable racha. Eso sí, se merecía una mejor distribución en salas comerciales.
- Noche de fuego (2021) de Tatiana Huezo: De lo mejor que se pudo ver en el Festival de Cine de Lima. Lo femenino grabado con mucho pulso y sensibilidad. El debut de la documentalista Tatiana Huezo en la ficción es muy promisorio.
- Play (2019) de Anthony Marciano: El “Boyhood” francés, con el añadido que todo queda registrado en la cámara de video del protagonista. Comedia inteligente y fresca sobre las relaciones de parejas y el aprender a madurar. Aplausos a la Alianza Francesa por programarla es su remozada sala de cine, en Miraflores.
- El padre (2020) de Florian Zeller: Es una formalidad decir que esta película es un drama, lo vi fue una película de terror asfixiante. Como no asustarse al saber que en el futuro nuestra mente dejará de recordar. Un Anthony Hopkins en estado de gracia.
- Cry Macho (2021) de Clint Eastwood: Después de 18 meses sin ir a una sala comercial, esperé la última película del maestro Eastwood (y mi segunda dosis) para volver. Y sí, no es una gran obra, hasta linda con la comedia involuntaria, pero tenía que ver al viejo cowboy desaparecer por el horizonte una vez más.
- El último duelo (2021) de Ridley Scott: Este año el veterano cineasta británico entregó dos obras. Esta y “La casa Gucci”. Destaco “El último duelo” porque refleja que Scott no ha perdido el pulso para narrar. La última media hora de la cinta te mantiene petrificado. Enérgica, violenta e impresionante.
- las_chicas.mp4 (2021) de Ximena Medina Vásquez, Romina Bran, Valeria Marín y Francesca Bobbio: Este mediometraje peruano fue una sorpresa. Una obra sobre estos tiempos que corren. Un “Zoom” entre amigas que sirve de confesionario, de refugio íntimo. Mérito al festival arequipeño Corriente por programarla.
- La crónica francesa (2021) de Wes Anderson: Otra cinta que disfrute en salas. Anderson debe ser de los pocos realizadores en el mundo que puede hacer lo que quiera, y lo hace muy bien. Destaco el episodio “La obra maestra de concreto”. Una declaración de amor al arte, al periodismo y a Léa Seydoux.
- Val (2021) de Leo Scott y Ting Poo: Muchos desconocíamos la vocación del actor norteamericano Val Kilmer por registrar con cámaras su entorno más real, ese que sale cuando los reflectores se apagan. El momento cuando un emocionado Kilmer va buscar a Marlon Brando hamacándose es alucinante.
- Esperaré aquí hasta oír mi nombre (2021) de Héctor Gálvez: peculiar documental peruano partido por un instante poderoso: un escolar ayacuchano, que es entrevistado, le pregunta sin cortapisa al director por qué hace la película que viene grabando. Ese cuestionamiento todavía retumba en el aire.
- Tres (2021) de Juanjo Giménez Peña: Hasta ahora no me explico como esta película no fue recibida mejor por la Academia Española. Debe ser difícil competir con las nuevas obras de Almodóvar o León de Aranoa. Enigmática, sorprendente y estimulante. La actriz Marta Nieto destaca con su interpretación.
- Una película de policías (2021) de Alonso Ruizpalacios: Como hijo de policías que soy, claro que me iba a encantar esta (falsa) historia de una pareja de agentes mexicanos. Hay mucho artificio, pero también ganas de arriesgar para saltar de la ficción al documental de manera lúdica. Real y maravilloso.
- No hay camino (2021) de Heddy Honigmann: Esta parece ser la carta cinematográfica de despedida de la gran documentalista peruana-holandesa. Su regreso a Perú, las conversaciones con los amigos que reencuentra y esa sensación de que el final está próximo impregna a la obra de mucha nostalgia.
- La asistente (2019) de Kitty Green: Gracias a Prime Video pude ver esta intrigante cinta donde nunca vemos al monstruo, pero su presencia acecha siempre. Julia Garner es la secretaria de un productor hollywoodense. Muestra los abusos de poder y hasta dónde podemos soportar en este cruel sistema.
- El perro que no calla (2020) de Ana Katz: Un meteorito. Inclasificable obra de la realizadora argentina. Con un sentido del humor muy extraño, entre inocente y perturbador. Una aproximación a la madurez masculina que puede resultar extraña para algunos. Tal vez, sin la pandemia actual, su impacto se diluiría.
- Xennials (2021) de Paula Chávez López: Esta fue una comisión de entrevista para Cinencuentro en este año. Por eso el cariño a este documental sobre la creación desde lo femenino, la amistad y el paso del tiempo. Al final queda como una respuesta generacional a obras como “las_chicas.mp4”.
- Kubrick by Kubrick (2020) de Gregory Monro: Cuando uno piensa que ya no se puede extraer más del universo cinematográfico de Stanley Kubrick aparece este ingenioso documental francés y nos sorprende. Tal vez algún dato ya se sabía, pero escuchado del propio Kubrick adquiere un tamiz especial.
- Contactado (2020) de Marité Ugás: Esta película peruana destaca más por su inteligente campaña de exhibición que por la obra misma. Nunca antes asistí a proyecciones itinerantes de una película nacional en los mismos lugares donde fue grabada. Huacas, playas, plazas y observatorios. Para replicar.
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