[Netflix] «Apollo 10 ½: A Space Age Adventure», una joya de Richard Linklater

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La prolongada resaca de la reciente gala de los Oscar ha generado acalorados debates y reacciones de diversos temas. Evidentemente, el tópico central ha sido el ya tristemente célebre golpe de Will Smith a Chris Rock, suceso que ha eclipsado a otras discusiones que hubieran tenido mayor relevancia para la industria del cine. Una de ellas ha sido el desprecio que mostró una de las presentadoras a la categoría del cine de animación, quien, en un desafortunado desliz, mencionó que “las películas animadas son para niños y es algo que los adultos debemos soportar”, no sin antes pronunciar un despectivo “solo he visto una de las nominadas y fue por mi hijo”. Definitivamente, estas expresiones desmerecen la labor de miles de personas que entregan el trabajo de su vida por un género cinematográfico que está a la altura de cualquier otro y que cada vez ofrece mejores producciones.

Por si aquellas expresiones fueran insuficientes, la Academia decidió darle el premio de la categoría a Encanto (Disney), cinta que estaba varios escalones por debajo de su competidora The Mitchells vs The Machines (Netflix) en cuestiones de guion y producción. No empezaré a criticar decisiones que se toman desde criterios de popularidad y no técnicos, pero sí debo celebrar que, tras ello, Netflix no haya claudicado en su intención de entregar películas animadas que puedan ser disfrutadas por el público adulto. Lo que también es para aplaudir es que directores reconocidos y laureados estén siendo cómplices de este progreso de las cintas animadas por obtener el prestigio que ya deberían tener. En este caso particular estoy hablando de Richard Linklater, quién ha estrenado Apollo 10 ½: A Space Age Adventure en la plataforma de la “N roja”.

Esta cinta es, en principio, la historia de un niño llamado Stanley, a quien la NASA recluta para hacer un alunizaje de prueba previo a la llegada del hombre a la luna en 1969. Aunque este argumento es interesante por sí mismo, es solo la excusa de Linklater para transportar un relato nostálgico -pero fresco- sobre la vida cotidiana en aquellas épocas. Así es como primero vamos conociendo a la numerosa familia de Stan, a su vecindario en los suburbios de Houston, a su escuela y a su entorno en general, para luego abordar, guiados por la voz de un narrador (Jack Black), el contexto histórico de la carrera espacial, la guerra en Vietnam, el cine, la televisión, la música y otras expresiones de finales de la década de 1960.

Apollo 10 ½: A Space Age Adventure es, por supuesto, un coming-of-age poco ortodoxo. Richard Linklater, quien también escribe el guion, ya ha mostrado un manejo sublime del enfoque de un protagonista joven que es el producto de su interacción con las situaciones que lo rodean en Boyhood (2012) e incluso en su famosa trilogía Before (1995-2013), coloca matices a sus protagonistas de acuerdo con sus vivencias pasadas. Por ello, no sorprende la conducción amena y versátil que utiliza en su nueva cinta, que es astuta en algunos pasajes para demostrar algunos prejuicios tontos de la época, pero, por encima de todo, es entrañable para narrar las memorias autobiográficas de un niño de diez años que, como cualquier persona de su edad, vive despreocupado de los problemas de los adultos.

Hay una sincera inspiración en Los años maravillosos (The Wonder Years, 1988-1993), e incluso quien haya visto la icónica serie y haya podido identificarse con el personaje de Fred Savage, podrá comprender que esto es casi una adaptación animada de la misma época, utilizando el mismo recurso de narrador adulto para asignar una impronta reflexiva a las anécdotas, sin que ello suprima los momentos graciosos a una historia sencilla, pero auténtica, que tiene como propósito principal recordar una época en la que se pudo ser feliz de una forma distinta a la actual. Y, si hay algún propósito secundario, este es el que tiene el director de homenajear todo lo que marcó su infancia, desde sus abuelos y las enseñanzas que le dejaron, hasta las grandes películas, series y canciones que lo formaron artísticamente.

La premisa principal es mucho más interpretativa, pues un hecho tan inverosímil como el de enviar a un niño al espacio no podría ser tomado de manera tan literal. Aunque el director propone un paralelismo entre la misión que llevó a Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins a la conquista de la Luna (Apollo 11) y la supuesta misión que lleva a Stan de manera solitaria al mismo punto, creo entender que aquel hecho es solo la vía para expresar los sueños de todo niño de aquellos años. La carrera espacial llenaba los noticieros en aquellos meses y el entusiasmo por hacer que la humanidad (en realidad, Estados Unidos, pues era un tema de patriotismo como la cinta también lo intuye) llegue cada vez más lejos en el universo era un asunto que rondaba la mente de cualquier persona en ese contexto. O bien podría ser todo lo contrario, pues Stan no demuestra mucho interés genuino en la transmisión del alunizaje del Apollo 11, quizá porque no tenía idea de lo que estaba ocurriendo. Sea como fuere, el protagonista queda marcado por el suceso, pues el narrador expone los hechos en torno a aquella experiencia.

La animación es otro de los puntos altos de la cinta, para la que se ha utilizado una técnica similar a la rotoscopia. Sin embargo, lo fundamental de esta es que se adhiere a lo que el argumento requiere en cada momento y en esto tiene mucho que ver la elección de colores de los fotogramas, procurando siempre colores cálidos cuando nos presenta recuerdos familiares, y tonos más fríos cuando estamos inmersos en el espacio, pero siempre priorizando que el aspecto sea de una añoranza sublime a través de planos estéticamente inmejorables.

La producción de Linklater es, cuanto menos, un gran ejercicio nostálgico que puede tener un valor especial para un espectador que haya vivido aquellas épocas. La realidad es que es mucho más que eso. Es un repaso excepcional de unos años convulsos y prolíficos para la historia de la humanidad vistos desde la tierna perspectiva de un niño, lo que brinda como resultado final una historia particular que satisface, por amplio margen, cada criterio bajo la que puede ser evaluada. Dicho de una manera más astronómica y de acuerdo con el argumento, Apollo 10 ½: A Space Age Adventure es un pequeño paso para una película, pero un gran salto para el género cinematográfico de la animación. 


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